Capítulo 13

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Capítulo 13



Adrien


Ambos se hallaban recostados en la cama. Por la ventana entraba una fresca brisa y desde allí, podían ver la luminosa Torre Eiffel. Adrien al ver a Tikki, sintió una fuerte presión en su pecho. Extrañaba a Plagg, nunca se había imaginado que sería tanto. No quería volver a su casa, ver el cuarto de su padre... El de él sin Plagg revoloteando al rededor pidiendo queso, a su secretaria.

Se reincorporó.

—Marinette, ¿Puedo quedarme aquí... por esta noche? —le preguntó fijando su vista en la ventana.

—Y-yo... digo que s-si... p-pero mis padres... —la escuchó decir con su típico tartamudeo.

Se dio vuelta y se acercó sobre ella, rozaban sus narices y sus cuerpos estaban juntos. Adrien sintió cómo la piel de Marinette se erizaba al acariciarla.

—¿No estás pensando en eso... o sí? —le preguntó con una sonrisa traviesa.

—¡Es tan raro cuando lo dices tú! —exclamó.

—¿Qué? Oye, espera... ¿"Cuándo lo digo yo"? ¿Ya hubo otro chico que...? —preguntó nervioso haciendo gestos con sus manos. Marinette lo cayó poniendo su dedo índice sobre los labios del joven.

—Sh... No es eso, tonto. Yo... Me refiero a que acabas de decir algo que diría Chat Noir —sonrió. Adrien tan sólo pestañeaba—. Me hace feliz que puedas ser tú mismo conmigo.

Adrien la contempló para luego besarla. Escabulló su mano debajo de la camiseta de Marinette y acarició su cintura mientras ella lo tomaba del cuello y cerraba sus ojos. No quería llegar hasta ese punto, lo único que necesitaba en ese momento era tocarla, estar piel contra piel.

Cuando la puerta se entreabrió, Marinette inconsciente lanzó a Adrien al suelo. Era su madre.

—Chicos, ya está lista la cena —les avisó sonriente pero luego miró espantada a Adrien que se había dado la cabeza contra la mesa de luz—. A-adrien... ¿Estás bien? ¿Qué estaban haciendo?

—N-nada mamá... ¡Pe-pelea de almohadas! —exclamó Marinette arrojándole una de sus almohadas al chico—. ¡Siii!

—Está bien, bajen a comer —respondió no muy convencida y cerró la puerta.

Cuando Sabine se fue, Adrien fulminó con la mirada a Marinette mientras agarraba el almohadón que ésta le había lanzado segundos atrás.

—¿Así que "pelea de almohadas? —dijo alzando el ceño.

—Adrien, lo siento. ¿Fue... sin querer? —dijo entre risas—. ¡No, oye espera! ¡NO! ¡NO! —soltó una carcajada a la vez que Adrien se lanzaba sobre ella como un felino y le tiraba desde cerca la almohada—. ¡Estás transpirado, salí!

—Se llama sudor Chat Noirniano. No te arrepientas cuando lo empiecen a vender —dijo riéndose. Dejó la almohada en el suelo—. Vamos a comer.



Marinette

¿Quién eres tú? Miraculous LadybugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora