¿Quién eres tú? Miraculous Ladybug

Capítulo 19

Capítulo 19 

Plagg

Plagg fue el primero en llegar a la casa de Adrien, se escabulló en el cuarto de su amigo y al ver la computadora decidió prenderla. Mientras jugaba juegos en la notebook, se abrió la puerta de un portazo y entró el chico rubio con el ceño fruncido a apagar el aparato. 

—¿Qué le has dicho a Tikki? —dijo enojado—. Marinette me ha llamado, diciendo que ella no deja de llorar.

—No es de tu incumbencia —contestó con los brazos cruzados—. Vuelve a prender la computadora.

—No. Ya he tenido suficiente, dime lo que ha sucedido —dijo Adrien tomando una de las sillas y sentándose frente a él—. ¿Qué te pasa estos días? No eres el mismo...

Plagg metió las manos en el bolsillo de su sudadera y se reclinó en el asiento. Le molestaba cuando el chico deseaba hacer todo de forma correcta, a la perfección. Apretó su mandíbula y soltó una carcajada.
—¿"No eres el mismo"? Oye, ¿esa línea la sacaste de alguna película? Porque parece que me preguntaras si estoy en mis días o algo así...

Adrien golpeó la mesa, alzándose con furia.
—¿Alguna vez me prestarás atención?

—Esa es una pregunta que haría mi novia... Claro, si tuviera una —añadió Plagg mirando sus uñas.

Adrien apretó los puños y cuando alzó su mano para pegarle, Plagg lo sujetó al instante de la muñeca. Abandonó su asiento.
—¿Tú pegándome? ¿Qué es esto? —le dijo con una sonrisa desencajada—. "No eres el mismo..." —repitió.
—¿Debería corregirte de esa forma?

—¿Cómo? ¿Utilizando los métodos de tu padre? —le contestó desafiándolo. Adrien se zafó y terminó por hundir su puño en el rostro del chico.

Como consecuencia Plagg debió retroceder unos pasos, tocó su mejilla que ahora estaba totalmente roja. Vio como los hombros de Adrien subían y bajan, cómo éste intentaba recuperar el aliento, tranquilizarse y aguantar la furia. Lo observó con los ojos llorosos, mirando la palma de su mano.
—Yo... ¿Qué he hecho? —le dijo con voz quebrada alzando la vista hacia Plagg.

Caminó hacia la puerta, apartando a Adrien de un empujón. Apoyó su mano en el picaporte y antes de girarlo, se mantuvo en silencio.

—Tú... No tienes idea de cuánto he sufrido —murmuró—. No me conoces, Adrien.

El blondo lo tomó de la muñeca, deteniéndolo.
—Espera, Plagg. Lo lamento... Yo... No quería hacerte daño.
—Está bien... ¿No recuerdas cuando llorabas porque tu padre te presionaba? Yo estuve ahí para ti... —dijo llevando su mano a su nariz para detener las lágrimas—. ¿Cuándo murió tu madre? Yo estuve ahí también... Pero ya no lo estaré.

—Espera, ¿qué dices?

—Convirtámonos en los peores enemigos —dijo comenzando a girar el picaporte.

—¡Ya he dicho que lo sentía! ¿Por qué eres así?

—¿No te lo dije? No me conoces, Adrien.

Tras decir eso se marchó, juró nunca volver a la mansión de los Agreste.

***

Quizás el último capítulo sea el final. 

Gracias a todos.