Capítulo 20

71.3K 4.9K 1.5K
                                    


 Capítulo 20 


Plagg



Mientras caminaba por las calles desiertas, se encontró a Marinette y a Tikki corriendo hacia él. Cuando volteó, se dio cuenta que Adrien lo perseguía.

—Qué molestos son... Llamándose entre ustedes para ayudarse —dijo con las manos en los bolsillos viendo cómo se acercaban.

—¡No sé lo que harás, pero detente Plagg! —gritó Marinette convirtiéndose en LadyBug.

Al ver la transformación de la joven sonrió de tal forma que hizo aterrorizar a Adrien. El akuma dorada se posó en la palma de su mano y poco a poco se convirtió en una daga y una capa del mismo color.

—¿Qué vas a hacer? ¿Purificarme? —Dijo moviendo el objeto, colocándose en una posición de defensa—. Estamos jugando con dos tipos muy diferentes de armas.

—Plagg... No hagas nada insensato —le gritó viendo a Marinette arriesgarse frente a Plagg—. ¿Qué era esa mariposa dorada?
—¡Adrien vete! Estás indefenso —exclamó la chica.



No es necesario que te repita que debes matarlo. ¿Cierto, Plaggot?



—No, no es necesario —respondió atragantándose con sus palabras, empuñando la daga y comenzando a moverse hacia LadyBug—. Pero primero debo deshacerme de ella.

Ladybug le arrojó el yoyó, pero Plagg era sumamente rápido. Incluso esquivaba sus movimientos más arduos de defender. La joven se subió a uno de los techos y gritó "encanto afortunado" para que su miraculous le diese objetos para vencerlo, pero a diferencia de siempre, ésta vez sólo le entrego una espada color carmín. Debían pelear cuerpo contra cuerpo.

—¿Por qué eres así, Plagg? —le preguntó desesperada mientras saltaba por sobre él para pararse detrás de Plagg y atacarlo.

—¿Atacando desde atrás? —dijo girándose con rapidez y deteniendo su ataque. El sonido metálico hacía que le aumentasen los nervios a Adrien—. ¿No te han dicho que no te metas en problemas ajenos?

—Tú no eres ajeno, Plagg. Adrien, Tikki... Yo, ¡todos somos tus amigos! —exclamó con lágrimas en los ojos mientras veía a Plagg dirigir la daga hacia ella.

—Me da igual, tan sólo quítate de mi camino —gruñó empujándola sobre las tejas. Se deslizó sobre las paredes para ir en busca de Adrien—. Te sientes inútil sin mi... ¿Cierto? —le gritó aterrizando frente a él.


Mátalo, mátalo ahora mismo.



»¡Cállate, demonios! —Volvió a gritarle a aquella voz.

—Verte de esta forma... ¿Quién hubiese pensado que podrías convertirte en esto? —dijo Adrien retrocediendo, observando la capa dorada que caía por sobre los hombros de Plagg. Viendo como su excompañero acercaba la daga hacia él.

Plagg esquivó el puñetazo de Adrien y hundió su pie en el estómago de su amigo, arrojándolo al suelo. Alzó la daga en el aire para clavársela, hasta que escuchó unas pisadas ligeras. Miró por sobre su hombro, Ladybug corría hacia él y por la intensa mirada, por lo azules que estaban sus ojos y la forma en la que sostenía la espada, sabía que estaba dispuesto a matarlo para salvar a Adrien. Él podía correrse de ese lugar al instante pero lo que luego sucedería...

Recordó su pasado. La forma en la que había matado a Niria. Era la misma escena con diferentes rostros. Si no hacía algo... Marinette mataría a Adrien, ella recibiría el catigo...Y Adrien él...

Sintió una punzada en el corazón.


¿Qué haces? ¡MÁTALO!


—¡MALDITA SEA! —exclamó jadeando y rodó por el suelo tomando a Adrien junto a él, viendo como LadyBug acuchillaba a la nada misma. Observó al blondo que ahora se hallaba sobre él, con lágrimas en los ojos. Sonrió con tristeza—. Lo siento... Adrien.

Plagg tomó la daga y se acuchilló a sí mismo, hundiendo lentamente el filo en su pecho mientras quebraba en llanto por el dolor.

Ladybug cayó espantada, y se transformó rápidamente por culpa de Tikki quien se impacientó en salir del cuerpo de la chica.

—¿Plagg...? —dijo Adrien llorando, palpando la mejilla de su amigo—. Espera... ¡ESPERA!

Tikki se lanzó al pecho de Plagg, transformándose otra vez en una humana y lo abrazó. Se aferró a él, atormentada. Le temblaban las manos y su voz no salía de su boca.

—Desde el primer momento... Tú ibas a hacer esto, ¿cierto? —exclamó—. No nos ibas a matar...

Plagg alzó su cabeza entre jadeos y se colgó del cuello de la chica para besarla. Sus párpados se sentían pesados pero sus labios aún se movían con los de la chica, rozándolos con suavidad.

—Alguien tenía que morir... Y ese debía ser yo —le confesó abrumado al sentir cómo cada vez le costaba respirar—. Tikki yo... yo te am...

La daga y la capa doradas se desvanecieron en el aire como pequeños brillos de oro.

¿Por qué había hecho eso? ¿Por qué no se había matado sólo en la habitación sin hacerlo sufrir? Quería una despedida, quería que supiesen cuánto los quería.

Marinette se unió al resto, viendo la forma en la que Adrien cerraba los ojos de Plagg para que descansara en paz.

—¿¡TENÍAS QUE IRTE TÚ TAMBIÉN!? ¡DEMONIOS! —Gritó el chico golpeándolo y tomando la mano de Plagg para acercarla a su rostro—. ¿Por qué...? —murmuró entre sollozos, un calor interno se había apoderado de él—. Luego de esa pelea... ¿Por qué?...

Las calles de Paris se encontraban desiertas a esa hora y lo único que se escuchaba eran los gritos y el llanto de los tres chicos que suplicaban por él. 





¿Quién eres tú? Miraculous LadybugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora