Capítulo 3

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Capítulo 3 


Adrien


Un globo insignificante había dicho muchas cosas que Chat Noir nunca escuchó de la boca de Lady Bug. El joven la miró por un momento, se sentía tan estúpido. Los ojos brillantes, su sonrisa, todo era tan obvio que su amor por ella lo convertía en un ciego. No podía pensar en otra persona más que en Lady Bug, porque estaba enamorado.

Aceptó el globo y lo soltó. Lady Bug lo miró desconcertada, no entendía en absoluto aquél gesto. Él apoyó la palma de su mano en la mejilla de la joven, quién estaba expectante a su próximo movimiento. Sin embargo, no la besó en los labios. Tan sólo recorrió el cuello de Lady Bug hasta llegar a su rostro, y cuando sus dos narices estuvieron juntas, se animó a besarla en la frente. Lady Bug cerró los ojos y no impuso resistencia, se quedó callada. De alguna forma, aquellas extrañas caricias parecían gustarle.

—¿Por qué no dices nada? —le preguntó con voz ronca.

—Yo... No lo sé.

Cuando Chat Noir apoyó su mano en la cintura de Lady Bug, ella dio un respingo. La atrajo hacia él para acortar la distancia de tal forma que cualquier susurro los delataría.

—Tienes miedo, lo sé —le dijo al ver que ella ya no hacía contacto visual—. Temes a que yo no sea esa persona.

Lady Bug se separó de su compañero, y en ese momento, Chat Noir notó que lo estaba mirando a los ojos.

—Lo siento. Yo amo a esa persona desde hace mucho tiempo... —dijo retrocediendo mientras tocaba sus brazos, como si tuviese frío—. No puedo rendirme ahora.

—No lo hagas, porque yo tampoco lo haré.

Adrien se sentía celoso de él mismo. Se sentía decepcionado porque de la persona que ella se había enamorado, no era el auténtico Adrien. Con Chat Noir podía ser él mismo, tras un traje nadie lo juzgaría, ni su propio padre.

En cuanto el miraculous de Lady Bug comenzó a sonar, Chat Noir la sujetó de la muñeca.

—No puedes irte.

—Fue... Suficiente por hoy Chat Noir —le contestó soltándose de él y comenzó a correr.

—Maldita sea...

Cuando llegó a casa, Chat Noir había vuelto a ser Adrien. Cerró la puerta de su habitación y se miró al espejo, frunció el ceño. Imaginó cómo sería su vida viviendo como Chat Noir sin que esa parte de él mismo existiera... Sin Adrien.

—Adrien... —Por primera vez, Plagg había dejado de comer queso y lo miraba preocupado.

Adrien se volvió hacia él y lo murió furioso.

—¡No me llames Adrien! Nunca mas —exclamó en un tono brusco que terminó por asustar a la criatura.

¿Quién era él realmente? ¿Adrien, un chico tímido, obediente y reservado? ¿O Chat Noir, una persona que disfrutaba las bromas y no le importaba decir lo que pensaba? Se miró una vez mas al espejo y lo golpeó con su puño. No consiguió romperlo, pero fue él mismo quien quebró en llanto.

Marinette.

Al otro día en la escuela, Alya alcanzó a Marinette y le dio un enorme abrazo.

¿Quién eres tú? Miraculous LadybugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora