Capítulo 13

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Este capítulo va dedicado a: TenderMostacho ¡Gracias por ser una excelente lectora! Les recomiendo mucho leer sus historia son muy buenas.

Al rato Isabelle llegó a la sala de espera donde papá y yo estábamos. Supongo que ya había terminado de hablar con el doctor.

Me dirigía a despedirme de la secretaria de la clínica, se llamaba Susy, le di un intenso y fuerte abrazo, ya que esta era mi despedida hacia ella, sería la última vez que vendría por aquí. Luego, mi papá, yo e Isabelle salimos fuera de la oficina.

Inmediatamente, nos percatamos que estaba lloviendo fuertemente. El parking quedaba lejos así que papá se ofreció a buscar el carro y luego recogernos en la entrada. Por supuesto, asentimos con la cabeza, ninguna de las dos querría mojarse. Y menos yo, que hoy llevaba mi pelo bien alisado.

Aproveché esos minutos que tenía para hablar con mi tía sin que mi papá supiera sobre lo que escuche en la oficina.

Lo que había escuchado en esa conversación entre mi tía y el doctor no salía de mi cabeza:

"Hailey no se puede enterar. Es lo mejor para ella."

¿Porque mi doctor pensaba eso? ¿De que hablaban? La curiosidad me invadía demasiado. Quería saber de que hablaban. No esperé más.

-Oye tía, mientras te haz quedado hablando con el médico decidí ir al baño y he escuchado parte de la conversación–le dije con un tono serio.

-¿Porque espiabas Hailey? No es correcto. La próxima vez debes respetar las conversaciones entre el doctor y yo–me dijo.

-No estaba espiando–dije mintiendo.–Además si fuera así ya no habrá oportunidad para respetar o espiar tus conversaciones con el doctor porque ya no volveré a esa clínica. Moriré tía.–dije estallando en lagrimas.

-Discúlpame, no llores.–dijo mientras me abrazaba.

-Te disculparé si me dices de que hablaban tú y el doctor–le dije un poco molesta y todavía llorando.

Sé que no era correcto lo que había hecho pero no me importaba espiar las conversaciones de mi doctor con Isabelle, yo tenía derecho de enterarme de todo. Y en todo caso, la paciente aquí era yo.

Isabelle se quedo callada.

-Por favor, necesito saber–le dije un poco desesperada.

-Esta bien Hailey ... El doctor y yo estábamos hablando de que no podías enterarte de la hora exacta de tu muerte, al parecer unos estudios nuevos pueden indicar esa hora pero me dijo que no te los iba a realizar porque era mejor para ti, no saber a que hora exacta morirás–me dijo.

Había escuchado sobre esos estudios por la televisión, era un nuevo avance en la medicina. Pero ... realmente a mí no me importaba saber la hora de mi muerte, simplemente quería vivir ese último día de vida al máximo. Sin preocupaciones, sin estrés y sin estar pensando cuantos minutos restarían para morir. Así, que estaba de acuerdo con el doctor era lo mejor para mí.

-Te entiendo tía pero ¿porque no me lo dijeron? ¿Porque ocultarlo?–le pregunté.

En eso papá llego con el auto.

Mi tía se acerco a mi oído y me susurró: Ya te he dicho. Porque era lo mejor para ti.

Me monte al auto y mientras abandonábamos la oficina no podía parar de pensar en que esta sería la última vez que vendría por aquí. Miré por última vez el brillante blanco de la oficina mientras el auto se alejaba. Podía observar el amplio consultorio alejarse mientras avanzábamos en la carretera. Hasta que al final de ser una gran oficina blanca solo veía un punto blanco y luego ya no veía nada.

El Secreto de las Gemelas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora