Capítulo 23

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El avión estaba aterrizando en el aeropuerto de Dubai. Ya estaba exhausta, fue un largo día, ya que tuvimos que tomar dos aviones antes de este. Viaje sentada sola, con mis auriculares puestos y un poco asustada por el aterrizaje del avión. En el asiento de atrás estaba mi padre, quien aún no me dirigía la palabra. Isabelle, mi hermosa tía, estaba sentada junto a él. Sus ojos verdes eran lo más que resaltaba en ella, ya que hoy tenían un brillo especial.

 Sus ojos verdes eran lo más que resaltaba en ella, ya que hoy tenían un brillo especial

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Llevaban horas hablando sin parar. Risas se escuchaban, y a cada rato mi padre, Dave, le hacía halagos a Isabelle. Siempre se habían llevado bien pero me percaté de que nunca se habían hablado con tanta confianza. Eso me estaba muy raro así que una vez el avión aterrizara yo descubríría que era lo que pasaba.

3 minutos después.

El avión terminó de aterrizar. Gracias a Dios, porque si no hubiera muerto de un infarto. Mis manos estaba sudadas. Así que tomé una servilleta que encontré en mi cartera y las sequé.

Unos minutos después comenzó el proceso de desalojo en el avión. Una vez fuera, mi padre, se fue a buscar nuestras maletas; mientras yo me quedé junto a Isabelle. Nos sentamos en los bancos de aeropuerto a esperar a que llegara mi padre.

Perfecto, era el momento de sacarle información a Isabelle.

Justo cuando iba a hablar mi tía habló.

-¿Que tal haz pasado el viaje?–dijo efusiva.

-Mi cara debe responderte–le dije.

-Se que estas cansada, pero hemos tenido un buen viaje. Ánimo mi hermosa Hailey.

-Tu haz tenido un mejor viaje que yo–le dije mientras sonreía queriendo decirle a lo que me refería.

-Hailey no es lo que crees. Tu padre y yo solo somos amigos, solo eso–dijo seria, sin mostrar emoción alguna.

-Isabelle, eres mi madre, o por lo menos así te veo yo. Y te conozco lo suficiente para saber que tus ojos verdes están brillando más de lo normal.

-Y para mí, tú , eres mi hija. Y yo te conozco lo suficiente para saber desde un principio que eras novia de Ryan. No debiste ocultárnoslo.

-Por favor, no intentes cambiarme el tema–le dije rodando los ojos.

-¿Que es lo que se quieres saber? Acabemos con esto ya–dijo mientras me observaba fijamente.

-¿Te gusta mi padre?–le dije
sin esperar más.

-Siempre me gustó, desde la secundaria. Pero solo somos amigos, nada más–dijo con una mirada triste.

El Secreto de las Gemelas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora