Capítulo 32:

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----Narra Dani----

Ya había pasado el tiempo, estábamos en Junio, a 20 de Junio. En ocho días mi peque cumplía cuatro años y el mismo día, Blas y Mireya se casarían.

El tiempo estaba pasando muy rápido, los mellizos de Judith y Álvaro ya tenían dos meses y les habíamos encontrado los parecidos. Lucas era moreno como Álvaro pero con los ojos azules de Judith, era el niño de los ojos de su mamá, y la pequeña Lucía era rubia y de piel clara como su madre pero tenía los ojos verdes de Álvaro y, por supuesto, era la pequeña princesita de papá.

Dani estaba loco de contento con sus primos, en especial con Lucía. Estaba muy atento a ella siempre.

Yo, por mi parte, seguía con la idea de volver a ser padre, María y yo habíamos estado intentándolo, pero no había manera, pero tampoco nos dábamos por vencidos. Ese hijo llegaría, no sabía cuándo, pero llegaría.

María: Dani.

Dani: ¿Mmm?

María: Estás pensativo, ¿qué te pasa?-me acarició el pelo.

Dani: Nada, ¿cómo está Ana?-puse mi cabeza sobre su hombro.

Habían ido esa mañana al médico.

María: Con una barriga de cuatro meses-rió.

Dani: ¿Se ha visto qué es?

María: Un niño.

Dani: Carlos se va a poner feliz.

María: Seguro, está muy ilusionado.

Dani: Sí...

María: Cielo, ¿seguro que no te pasa nada? Te noto raro.

Dani: Sí, solo estoy un poco cansado.

María: Ve a dormir un rato, anda.

Dani: Hoy me toca ir a por el peque.

María: No, hoy se queda con su tita Ana.

Dani: ¿Y eso?-la miré extrañado.

María: Carlos quiere empezar a practicar para cuando tenga a su hijo así que me han pedido a Dani para toda la tarde y el peque estaba encantado por quedarse con sus titos que le dan todos sus caprichos.

Dani: Ah-volví a apoyar la cabeza en su hombro.

María: Además, así podemos aprovechar para pasarnos la tarde juntos que hace bastante que no tenemos tiempo para nosotros.

Dani: Sí... Ya no insiste tanto con lo de su hermanito, ¿no?

María: No, hablé con él y ha entendido.

Dani: ¿El qué?-volví a mirarla.

María: Le dije que tendría a su hermanito, pero que debía esperar.

Dani: ¿Esperar a qué?-estaba intrigado.

María: A que la cigüeña nos responda-me sonrió.

Dani: Entonces...

María: Sí, ya va siendo de que el peque tenga un hermanito al que cuidar.

Dani: Te amo-la besé.

María: Yo también te amo-me besó.

Dani: ¿Te parece si nos ponemos manos a la obra ahora?-pregunté entre besos.

María: Tenemos toda la tarde.

Sobre las ocho tocaron el timbre, fui a abrir.

Dani P: ¡Papi!

Dani: Hola campeón-lo cogí en brazos-. ¿Cómo te has portado?

Al Caer el SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora