Capítulo 27:

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----Narra Ana----

Al subir al avión, me fui directamente con Dani y Carlos se me quedó mirando.

Ana: Hola cuñadito.

Dani: ¿Qué tal cuñadita?

Ana: Bien-le sonreí.

Dani: Dime que María no se ha vuelto a picar.

Ana: María no se ha vuelto a picar-reí.

Dani: ¿Es enserio?

Ana: Sí, solo es por una buena causa.

Dani: ¿Qué buena causa?

Ana: Mireya no quería sentarse con Blas, aún no se siente preparada para estar a solas con él.

Dani: ¿Tú ya lo has arreglado con Carlos?

Ana: No lo sé.

Dani: ¿Cómo que no lo sabes? Él nos ha dicho que tú fuiste a su habitación, que estuvisteis hablando y eso.

Ana: Sí, pero... De lo nuestro no hemos hablado-suspiré.

Dani: ¿Por qué no hablas tú?

Ana: No sé, no creo tener el valor suficiente.

Dani: Eres hermana de María, aparte de su amiga, algo se te ha tenido que pegar de ella.

Ana: ¿A qué te refieres?

Dani: Ella al principio era cortada, se callaba algunas cosas y así le iba. Pero desde que estamos juntos si me tiene que decir lo tonto que soy o que me quiere, no lo duda ni un segundo sin importar quién haya delante.

Ana: Demuéstralo.

Dani: ¡María!

María: Dime

Dani: Te quiero.

María: ¿Y eso a qué viene?-se giró y se miraron.

Dani: A que te quiero-se encogió de hombros.

María: Yo también te quiero, tonto-sonrió.

Dani: ¿Ves?-se giró hacia mí.

Ana: Sí-reí.

Dani: Ese payaso está enamorado de ti y lo ha pasado fatal este tiempo sin ti, habla con él y seguro que lo arregláis y volvéis a ser tan inseparables como antes, o incluso más.

Ana: Gracias cuñadito-le sonreí.

Dani: De nada cuñadita.

Estuvimos metiéndonos con Álvaro y Judith con la cosa del bebé y Dani se quedó pensativo durante un rato.

Dani: Ana... En el tiempo que habéis estado juntos Carlos y tú ¿os ha dado por pensar en formar una familia?

Ana: Pues ahora que lo dices... No, la verdad es que nunca nos hemos parado en pensar en eso, ¿por?

Dani: No, por nada. Solo es que todos vivimos juntos, María y yo tenemos al enano, Judith y Álvaro están esperando y Blas...

Ana: ¿Qué pasa con él?

Dani: ¿Eh? No, nada.

Ana: Vale.

No parecía muy convencido, pero no le di tampoco mucha importancia.

Me quedé dormida después de un rato hablando. Me desperté porque escuché algunas voces y no eran de alguien hablando, sino cantando. Abrí los ojos y me encontré con la mirada de Carlos, estaban cantando Cartas Entrelazadas.

Al Caer el SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora