Capítulo 34:

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Final parte 1:

----Narra Álvaro----

El día 27 nos pusimos rumbo al pueblo, íbamos todos en el coche de David de cachondeo para despejar un poco a Blas que estaba de los nervios, en menos de 24 horas se casaba y estaba que no se aguantaba ni a él mismo, más que nada porque no podría ver a Mireya hasta la boda.

No era por nada, simplemente decidimos que fuera así para darle más emoción para que, con los nervios, no se le escapara nada y, sobre todo, para picarlos, esta parejita feliz siempre estaban juntos y quisimos alejarlos un poco antes de que se dieran el sí para toda la vida y ahí sí que no habría quién los separara para nada nunca más. Aunque... el juego nos salió mal y, por no decirles a las chicas nada sobre lo que teníamos preparado, nos dijeron que nosotros tampoco las veríamos hasta la boda. Muy oportuno porque justo yo me moría por ver a mis princesas y mi pequeño... En fin, eso me pasaba por seguirle la guasa a estos.

Llegamos al pueblo y me fui a mi casa. Al día siguiente a las ocho de la mañana ya estábamos los cinco juntos otra vez para ultimar algunas cosas.

El sitio dónde se celebraría la boda estaba todo bien montado y preparado y los nervios de Blas... Ya rondaban en nosotros también, había pasado bastante tiempo.

Estábamos ya listos, esperando a la hora para entrar en la iglesia cuando...

Álvaro: Blas, ¿quiénes van a ser vuestros padrinos?

Blas: Mierda-abrió mucho los ojos.

Carlos: ¿Qué pasa?

Blas: Que yo era el encargado de hablar con el padrino para que lo supiera, si es que ya sabía que algo se me olvidaba...-suspiró.

Dani: Bueno, tranquilo que todavía quedan dos horas para la boda, te da tiempo de hablar con él.

Blas: Vale-suspiró un poco más tranquilo-.Entre Mireya y yo estuvimos hablando y descartamos a nuestros padres, no es por nada, pero es que vosotros sois como mis hermanos y preferíamos que uno de vosotros y una de las chicas fuerais nuestros padrinos, pensamos en hacerlo a suertes, pero al final optamos por pensar un poco y, aunque todos habéis estado ahí siempre, fue gracias a dos personas por lo que hoy estamos juntos. Dani, ¿quieres ser mi padrino de bodas?

Dani: Claro que sí-sonrió y se abrazaron.

David: ¿Nosotros seremos los damos de honor?-rió.

Carlos: Solo tú, el vestido ahora te lo traen-reímos.

Blas: Enserio, muchas gracias chicos.

Álvaro: ¿Gracias?

Blas: Por todo, por estar a mi lado, por todo el tiempo que llevamos siendo amigos, porque siempre me aguantáis, por ser mis hermanos.

Dani: No tienes nada que agradecer, algunos somos más pesados que otros y aun así nos aguantas.

David: Hablas por ti, ¿verdad?

Dani: Y por ti, ¡cabrón!

Carlos: Ala, ¡cuánto amor!-rió.

David: Pero tiene razón el peque, a veces nos pasamos de pesados.

Álvaro: Pero ¿y lo bien que nos lo pasamos? Si fuéramos todos serios... Menudo muermazo, ¿no?

Carlos: Estoy de acuerdo.

Blas: La promesa que hicimos sigue ahí.

Dani: Obviamente, era una promesa de hombres.

Álvaro: ¿La recuperamos?-todos me miraron.

Al Caer el SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora