----Narra Judith----
Mayte nos avisó que una prima suya había abierto un spa y que la había invitado a ella y a algunas amigas a una sesión completa. Nos llamó y quedamos en que iríamos las cinco.
El spa abría a las nueve así que quedamos el sábado a las ocho y media en la casa de Mayte para irnos todas juntas al spa de la prima de Mayte. Salí de casa a las ocho y cuarto ya que yo era la que más lejos vivía de Mayte. Pasé por casa de Mireya y llegamos juntas. Tocamos el timbre y nos abrió Mayte.
Mayte: Hola chicas, cuánto tiempo-nos dio dos besos a cada una.
Mireya: Sí, ¿cómo te va todo?
Mayte: Bien, aunque algo agobiada con los últimos exámenes.
Judith: Sí, así estamos todas-suspiré.
Tocaron el timbre, eran Ana y María.
Mireya y Judith: Hola.
Ana: Hola chicas-nos sonrió-.María, deja el móvil que no le va a pasar nada.
Mayte: ¿Qué pasa?
Ana: Pues que por poco no se vuelve a casa.
Mireya: ¿Por qué?
María: Me da cosa dejar a mi peque solo.
Ana: Pero si me has dicho que tuviste que dormir con David.
Judith: ¿Y eso?
María: Al peque se le metió en la cabeza que quería dormir con nosotros y su padre no fue capaz de decirle que no. Lo tiene malcriado.
Mireya: Pues si tanto lo malcría, que hoy se haga cargo él solito.
Mayte: Se me ha ocurrido algo mejor.
Judith: ¿El qué?
Mayte: Dadme vuestros móviles.
Los sacamos y se los dimos. Los dejó encima de la mesa del salón y cogió su bolso.
Mayte: Listo, vámonos.
María: ¿Piensas dejar los móviles ahí?
Mayte: Vivo sola, aquí no va a entrar nadie y hoy es un día de relax así que si los móviles suenan, que suenen aquí.
Salimos de la casa, nos montamos en el coche de Mayte y fuimos hasta el spa que quedaba a la salida de la ciudad.
Por el camino, hablamos de todo un poco ya que hacía casi un mes que no veíamos a Mayte por la universidad y eso.
Llegamos y la prima de Mayte fue la que nos recibió.
Mayte: Chicas ella es Ainoa, mi prima. Ellas son Mireya, Judith, Ana y María-nos fue señalando.
Ainoa: Hola, venid conmigo. Os voy a llevar al vestuario para que os cambiéis y después os acompañaré hasta dónde vais a pasar toda la mañana.
Todas: Vale.
Llegamos al vestuario, nos pusimos el biquini y nos fuimos hasta las piscinas de hidromasaje. Allí solo estábamos las cinco así que seguimos hablando de nuestras cosas hasta que Mayte…
Mayte: Dios mío, dime que ese monumento es de verdad-abrió mucho los ojos.
María: Mayte, la baba-se burló.
Mayte: ¿Pero tú lo has visto?
Nos volvimos y lo vimos. Era un monumento pero todo de gimnasio, nos quedamos todas mirándolo hasta que lo vimos acercarse a otro chico y darle un beso.