Meditar es escuchar a Dios. Conectados desde el corazón y estableciendo la conexión de luz con nuestra divinidad (porque mora dentro de nosotros el espíritu divino) abrimos el canal de comunicación para escuchar a Dios. Al meditar la mente descansa y el corazón actúa.
Meditar es dominar la mente, sosegar los pensamientos y silenciar el Ego. Haciendo esto aperturamos el canal para poder escuchar a Dios. Con la mente dominada y sin que ella nos marque la pauta de lo que debemos hacer nos disponemos a escuchar. El corazón asume el mando, y ese canal de luz que hemos abierto entre el Padre y nosotros comienza a recibir ciertos códigos o señales que debemos interpretar. Dios nos habla de diferentes formas: unas veces con susurros, voces tenues dentro de nosotros que nos indican algún mensaje, algo que hacer o decir; otras con visualizaciones que podemos experimentar como flashes en la zona del entrecejo o zona del tercer ojo para muchos; lugar donde yace la glándula pineal relacionada místicamente con el alma y encargada de activar toda la parte intuitiva y de clarividencia del ser humano; otras veces se presentan olores o sabores que unidos a determinadas sensaciones se convierten en señales.
De modo que al meditar, debemos estar atentos a todo aquello que podemos recibir, bien como revelación, como respuesta a alguna petición que hayamos hecho o simplemente para sanar alguna situación de orden emocional o espiritual que estemos presentamos o que hayamos vivido y tengamos que sanar para poder evolucionar.
Todos tenemos una conexión con Dios. La naturaleza del hombre es divina y la meta principal y real debe ser desarrollar esa divinidad. Todos tenemos los mecanismos para activar esta conexión pero, a lo largo del tiempo hemos perdido la claridad para darnos cuenta de ello y nos entregamos a vivir en un mundo que creemos real cuando en verdad lo real es aquello que consideramos irreal.
La meditación nos conduce a desarrollar el discernimiento, primera cualidad que, según Jiddu Krishnamurti, se necesita para transitar por el sendero espiritual. A través del discernimiento podemos comprender que lo real es el sendero para desarrollar la espiritualidad, para ver y entender el plan divino, para lograr la conexión con la luz y por ende la realización interna. Esto es lo real, pero para muchos esto es una retórica irreal y cargada de invención. Lo real para la mayoría de las personas es simplemente el mundo material y cotidiano, las funciones que desempeñamos y los roles sociales que ejercemos, sin que haya más nada por lo cual preocuparse y motivarse en una búsqueda interior.
Busque cada quien la forma de comunicarse con el Padre para iniciar su trabajo espiritual, no religioso, sino espiritual. Son éstas dos cosas distintas y así debemos entenderlas. Busque cada quien los mecanismos para activar esa conexión de luz con la divinidad. Pero no busquen lo que es de Dios es caminos oscuros y torcidos porque nada hallarán allí. Busquen en la luz un buen maestro, un buen guía que los ayude a edificar el templo de Dios en ustedes mismos. Y edifiquen con conocimiento, comiendo de la palabra del Padre y de otros sabios y maestros ascendidos que han cultivado ese canal de luz y de comunicación en otros planos donde puede el alma desarrollarse. Edifiquen con humildad, con profundo amor y con justicias. Hagan de sus acciones las muestras fehacientes de su trabajo evolutivo. Edifiquen sin vanidad, sin Ego ya que la inmodestia y la jactancia solo muestran que no estamos admitiendo que hay un Poder creador por encima de nosotros que ha concebido todo con gran perfección. Busquen, no se cansen de buscar pero no se confundan en la búsqueda; y si la confusión llega, pues ha de llegar porque es un recurso que toma la mente, apelen a la meditación y oigan a Dios en su corazón. Porque solo allí permanece Él de manera inmutable.
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Caminando hacia tu Ser Interior.
RandomA través de estos textos intento, ayudar a esclarecer dudas, interrogantes, expectativas sobre lo que puede llegar a ser el camino hacia el desarrollo del ser interior. Un camino espiritual que cada quien asume como un trabajo intimo, personal. Espe...