Caminando hacia tu Ser Interior.

PADRE NUESTRO

El Padre Nuestro es la oración católica y cristiana por excelencia. Desde las creencias ortodoxas, anglicanas y protestantes se ha asumido como la oración que nos conecta con el Padre. Desde la Vedanta también ha habido aceptación e interpretación de esta oración. Después de leer El Sermón del Monte de Swami Prabhvananda ratifique mi visión sobre cómo entendía esa oración de invocación y plegaria. Me permito compartir con ustedes una interpretación de la lectura de este libro. Espero les sirva tanto como me sirvió a mi. Namaste!

PADRE NUESTRO
Invocar a Dios cono el Padre es crear un vínculo personal con él. Para creer en Dios y confiar en él debemos alejarnos de la idea impersonal de Dios y sentirlo dentro de nosotros; en nuestros corazones. Por eso, al invocarlo como Padre estamos creando esa relación de confianza y amor que no permite sentirnos seguro bajo su protección.

QUE ESTÁS EN LOS CIELOS
El cielo está dentro de nosotros mismos. Si Dios está en el cielo es porque nosotros podemos realizar a Dios en nuestra propia conciencia, pero en nuestra consciencia divina, porque nuestros sentidos nos atan a otra conciencia que es la terrena.
La conciencia terrena es lo físico, lo temporo-espacial, la relatividad; nuestra mente la reconoce y se apega a ella porque desde lo físico podemos explicar muchas cosas. Sin embargo, la conciencia divina trasciende el mundo físico.
Si somos seres de conciencia terrena y divina al mismo tiempo, entonces Dios habita en nosotros, somos su templo. Pero para privilegiar la conciencia divina hemos de entender que el mundo que creemos real no es tal, es ilusorio, es irreal. Y lo que pensamos como mundo irreal, fantástico, extraordinario y paranormal es realmente lo real. Esta idea de los mundo reales e ilusorios la explica de manera precisa Jidu Krishamurti en su obra A los pues del Maestro cuando aborda el principio de discernimiento.

SANTIFICADO SEA TU NOMBRE
Al santificar el nombre de Dios, lo exaltamos como máximo poder. Tifo será concedido su santificamos al Padre. El nombre de Dios es el mantra más poderoso. Las repeticiones de los mantras purifican ka mente y el corazón. El nombre de Dios debe percibirse como vivo y consciente. Es uno con Dios, Soy yo con Dios, Yo soy el que soy con Dios.

VENGA A NOSOTROS TU REINO
El reino de Dios no es del futuro; nosotros vivimos en el reino de Dios y su reino nos puebla. Pero para percatarnos de eso debemos mirar con nuestra vista divina. Hay que pensar que sólo Dios existe y que existe no sólo en los momentos de oración o meditación sino en toda la cotidianidad que vivimos. El reino de Dios en nosotros significa que seamos un poco como ese Padre y obremos de acuerdo al amor y la misericordia.

HÁGASE TU VOLUNTAD EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO.
Sólo cuando estamos llenos de Dios y en comunión perfecta con él, podemos hacer su voluntad y saber cuándo es precisamente su voluntad y no la nuestra. Sólo cuando estamos llenos de Dios podemos ser instrumentos para sus propósitos. "Señor no se cuál es tu voluntad pero guíame para que pueda hacerla.

EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA DÁNOSLO HOY.
Nuestro pan de cada día es la gracia divina. Debemos orar para que Dios derrame sobre nosotros esa gracia, y de hecho lo hace sobre justos y pecadores, pero sólo quienes han cultivado el suelo de la espiritualidad, verán florecer esa gracia. La gracia de Dios sopla siempre como brisa constante, pero sólo es sentida por aquellos que han empezado su trabajo espiritual. Debemos despertar y estar atentos porque cuando la brisa sople no debe hallarnos dormidos.

Y PERDONA NUESTRAS DEUDAS COMO TAMBIÉN PERDONAMOS A NUESTROS DEUDORES.
Nuestras deudas son todos aquellos pensamientos y acciones que efectuamos y también todas las reacciones que tenemos frente a otros. Deuda incansable que gira produciendo causa y efecto. Debemos pedir perdón por nuestras deudas para poder trascender nuestro karma y por medio de la gracia divina fundirnos con Dios.

Y NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN, MÁS LÍBRANOS DEL MAL AMÉN; PORQUE TUYO ES EL REINO, EL PODER Y LA GLORIA POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS AMÉN.
La tentación proviene del Ego y debía ignorancia que no nos permite discernir. La mente nos hace sucumbir a las tentaciones que ofrece el plano físico, los objetos y los sentidos. Vanidad de vanidades...