Aprendiendo a Meditar.

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Aprender a meditar no es sencillo pero tampoco es difícil. Es un proceso de búsqueda interior que pasa primero por calmar nuestro cuerpo físico y el mental para aprender a conectarnos con Dios dentro de nosotros. Hay muchas formas y propósitos para meditar. La que acá te propongo es una forma sencilla de meditación para ir aprendiendo a controlar la mente.

La mente siempre será el mayor obstáculo que hay que saltar. Ella siempre interfiere en los procesos de meditación para distraernos y desviarnos. La meditación es un proceso para dominar la mente y obviamente ella se resiste a eso. Por eso debemos saber que al meditar ella estará allí tratando de interferir.

A continuación, algunos pasos que pueden seguir para iniciar meditaciones sencillas:

1. Escoge un día y una hora a la semana para realizar la meditación. Desde el principio es bueno que te acostumbres a meditar el día previsto, eso va conformando la disciplina necesaria para tener constancia. Escoge el día en el que tengas tiempo disponible y no estés presionado por algo. Puede ser al inicio del día en la mañana, a mitad de la tarde o en la noche. La hora más cómoda para ti. Lo importante es que realices la meditación todas las semanas el día y hora convenida. Luego sentirás la necesidad de hacerlo con mayor regularidad, hasta que esa práctica se incorpore a tu vida.

2. Seleccionar un lugar donde puedas estar solo por el tiempo que estipules para tu meditación (20 o 30 minutos para iniciar). Si es un lugar tranquilo y sin tanto ruido sería lo ideal, pero si no es así, trata de que al menos no seas interrumpido en medio de tu proceso. Advierte a los que estén contigo que vas a disfrutar de un momento a solas para que respeten ese derecho en ti. Nunca habrá un lugar totalmente sin ruidos porque siempre escuchamos ruidos de carros, de personas hablando, etc. No tenemos que detener el mundo para poder meditar. Pero si podemos meditar y detener al mundo para que no nos perturbe. Al inicio nos cuesta pero con la practica vamos dándonos cuenta que podemos entrar en comunión con nosotros mismos aunque afuera y a nuestro alrededor sea todo un caos.

3. Una vez que escojas el lugar puedes dependiendo de tus gustos y posibilidades colocar una varita de incienso para purificar el sitio o colocar una música de relajación. Aunque esto no es bueno hacerlo al principio porque corremos el riesgo de dormitarnos y así no logramos nuestro propósito de dominar la mente. La meditación debe ser lo más consciente que podamos hacer, para desde nuestra consciencia dominar los pensamientos.

4. Siéntate en posición de loto o semi loto en un cojin en el piso con la espalda recta, si no puedes hacerlo por algún problema físico que realmente te lo impida, siéntate en una silla con los pies tocando el piso y la espalda recta. La espalda debe estar recta para que la energía concentrada en l Chakra 1 fluya hacia arriba por todo nuestro cuerpo. Coloca las manos encima de tus rodilas con las palmas mirando hacia arriba para recibir la energía divina.

5. Entrega de manera consciente ese proceso de meditación a la Divinidad, desde tu elección consciente y personal. Invoca a los ángeles y arcángeles, a tu ángel de la guarda (si crees en ellos obviamente), invoca a tu Yo Superior que es la consciencia individual de nuestro espíritu que mora en otras dimensiones a donde la consciencia terrena no alcanza, es la consciencia espiritual que está dentro de todos nosotros y que nos guía como seres divinos. Aquí puedes crear tu propia fórmula personal de entrega de la meditación. Por ejemplo: "Padre Celestial, me entrego a ti en estos momentos, guía esta meditación para que yo a través de ella te escuche en mi interior. Yo Superior conéctate conmigo y permite que yo sea Uno contigo. Ángel de mi guarda, permanece a mi lado como siempre velando por mi cuerpo y por mi espíritu. Arcángeles (aquí puedes invocar al Arcángel regente del día o a alguno es especial con el que quieras conectarte) guíen mis pasos hacia la luz divina. Seres de Luz y Maestros Ascendidos guíen mi espíritu en esta meditación." Una vez entregada la meditación quédate en silencio, cierra tus ojos y respira.

6. Al cerrar los ojos nos disponemos a abandonar todo lo que yace en nuestra mente para buscar la paz interior y la conexión con Dios. De manera consciente iremos observando qué sentimos, qué pasa por nuestra mente, qué tipo de pensamientos acuden (porque acudirán muchos) qué emociones salen a flote. La mente nos hará sentir incómodos, nos darán ganas de levantarnos, pasarán miles de pensamientos por la mente: problemas del trabajo, la casa que necesita limpieza, el recibo de luz que no se ha pagado, la comida que no se ha comprado, las deudas, las peleas, los hijos que no hacen caso, los amigos que molestan, entre muchos miles más. Los pensamientos llegarán para sacarnos del estado de inamovilidad al que sometemos al cuerpo y a la mente. ¿Qué hacer? Simplemente dejar pasar cada pensamiento tan rápido como aparece. Si nos detenemos en profundizar en alguno de ellos nos atrapa. Los dejamos pasar pero de manera consciente vamos fijándonos en qué tipo de pensamientos son. Son pensamientos sobre la vida cotidiana, son pensamientos donde me recrimino cosas y me hago juicios personales, son pensamientos con los que enjuicio y critico a otros. Solo nos fijamos en la naturaleza de los pensamientos y los dejamos ir.

7. Un aspecto importante en la meditación es la respiración. Al cerrar los ojos hacemos tres inhalaciones profundas y lentas (contando 5 segundos mientras inhalamos), contenemos el aire por 2 segundos y luego exhalamos lentamente todo el aire mientras contamos 5 segundos más. Después de estas tres inhalaciones nos dedicamos a respirar inhalando y exhalando solo por la nariz de manera profunda y lenta. Es bueno concentrarnos en la respiración mientras meditamos para así no prestar atención a los pensamientos.

8. Mientras respiramos intentamos concentrarnos en los latidos de nuestro corazón y sentir allí el refugio. Observemos los que nos pasa y sentimos. Si hay incomodidad para respirar, si nos falta el aire, si sentimos angustia.

9. Cada quien a su ritmo va alcanzando su proceso. Es normal sentir algunas emociones o sensaciones durante la meditación. Si estamos conscientes de ellas en la misma meditación podemos trabajarlas pero si no, simplemente las fijamos para tratar luego de anotarlas y analizarlas en función de sanar alguna emoción o conducta.

10. Cuando finalice el tiempo de la meditación (lo puedes inicialmente marcar con un sonido leve que te traiga de vuelta al aquí-ahora.) empiezas a respirar como al principio (tres veces) y vas moviendo tus pies, tus manos hasta abrir lentamente los ojos.

11. Puedes llevar un registro de notas de lo que vas observando en cada meditación para que puedas trabajar en ti mismo (solo o con la ayuda de alguien más) esos aspectos que vas notando.

Te deseo mucha suerte si empiezas a meditar. No te desanimes si no lo logras desde la primera vez, la mente querrá que tú abandones, pero tu perseverancia debe ser mayor.

Caminando hacia tu Ser Interior.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora