Capítulo 1: Fer

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...hacer eso era mi ultima opción, estaba por perder una amiga. Alguien que fue tan importante en mi vida. No, jamas lo permitiría. La vida me enseñó a proteger mi familia y ella fue mi única familia en todo este tiempo. Su mejor amigo había sido una farsa. Lo sabia hace tiempo pero siempre tuve miedo de dejarlo salir a la luz. Ahora, debía afrontar las consecuencias y salvarla de ser mordida por se "best friend". Un vampiro...

—Bayly! —Hablo mi padre interrumpiendo mi lectura.

—Voy, estoy guardando las cosas en mi mochila. —Miento al guardar mi libro en mi mochila y colgarla en mi hombro.

Bajé apresuradamente después de haber observado mi celular y ver que eran las 7:55 a.m. Faltaban 5 minutos para entrar a mi primer día de clases. Cuando baje mi papá ya estaba en el auto esperándome, me subí de prisa y nos marchamos.

—Siempre tarde, hija. —Me riñe.

—Lo siento, papá. Tuve un contratiempo. —Busque una estación que me gustase en la radio.

—Seguramente con tú montón de hojas y tinta. —Ladee la cabeza divertida.

Él no tiene la misma pasión que yo en los libros.

—Para mi es algo mas que solo hojas y tinta. —Lo miro con una sonrisa mientras maneja. Me observa de reojo.

—Al menos no estas todo el tiempo con esos aparatos antiviejos que siempre usan. —Rio y beso su mejilla para despedirme.

Cuando me baje del auto, mire nuevamente mi escuela. El césped estaba cortado a diferencia de cuando salimos a vacaciones de verano hace unos meses, incluso pintaron todos los grafitos que alguna vez algún alumno llego a pintar para hacer alguna maldad al director. Subí las escaleras de la entrada y entre directo a mi casillero. Enseguida mire mi horario para mi primera clase, si tenia suerte podría llegar a tiempo.

Después de haber buscado mi salón correspondiente, al fin lo encontré y toque, con la mano un poco temblorosa por los nervios, y me abrió la puerta el maestro. Este me indico que me pasara y tomara asiento sin mucho problema.

Había un lugar en el rincón, por lo que me senté allí sin ninguna otra opción. Mi mejor amiga se mudo a Costa Rica por cuestiones de familia y ahora me tocaba estar sola. Sin embargo, no creo que sea tan malo tomando en cuenta que tengo mis mejores amigos siempre: mis libros. En cuanto me senté, me di cuenta que un chico muy guapo, y que jamas había visto antes, me miraba discretamente. Me senté sin darle mucha importancia, aunque tenia curiosidad.

Cuando me asegure de que me quitaba la mirada de encima, mire en su dirección. Tenia el cabello oscuro como el carbón, no era negro pero estaba cerca de llegar a serlo. Tenia una tonalidad chocolatosa. Su piel era bastante clara, no tanto como el papel pero mas clara que la mía como aspecto de un muerto. Su nariz, que veía de perfil, era respingona. Tan tierna y linda. Sin esperar una reacción, volteo en mi dirección y descubrí que sus ojos eran tan oscuros como su cabello. Bellos.

Mantuvimos la mirada sin hacer ningún gesto a cambio, ni siquiera estábamos dispuestos a romper aquella conexión de miradas. No obstante, debimos hacerlo cuando el profesor volvió a tomar la palabra.

—Lo primero que quiero conocer es quienes son, —Dijo el maestro haciendo movimientos con las manos.— por lo que quisiera que se presentaran diciendo sus nombres completos y después como les gustaría que los llamaran.

Yo, en cambio, estaba muy emocionada por conocer aquel chico. Aunque no trate de mostrar mi emoción y actuar discreta, con indiferencia ante su presencia. Se me hacia difícil tomando en cuenta que en esta escuela no solía haber chicos así. Fue entonces cuando ansiaba el momento en el que se presentará. Cada uno iba mencionando su nombre completo, yo no les prestaba atención a ninguno, hasta que le tocó a él.

—Mi nombre es Jovany Hillen pero con tan solo que me digan por mi nombre esta bien. —Se había puesto de pie y me di cuenta lo alto y musculoso que era, aparte de la voz de cielo que tenia. Era tan ronca y hermosa.

Así fue pasando hasta que me tocó presentarme, lo cual en cuanto me paré me empezé a sentir un poco mal, entonces me sentí mareada y me senté obligada por mi cabeza.

—Esta bien, señorita Weller. —Dijo el profesor un tanto preocupado.

—No —Le respondí. No podía mentir.

—¿Qué le sucede?

—Me siento un poco mareada —Confese, ganándome la atención de todos.

—Le gustaría ir a enfermería. —Me dijo indicándome con la mano la puerta de salida. Lo tome mas como indicación que como pregunta.

Yo le asentí con la cabeza y salí del salón hacia la enfermería. No necesitaba compañía. En mi camino me topé con una chica. Se veía amigable. Era de una estatura mediana, poseía unos ojos verde azulados, unos labios finos, cabello suave y completamente lacio de color cobrizo.

—Ay! Perdón no te ví! —Le dije de una manera temerosa.

—No descuida, fue mi culpa... —Dijo amable y sin quejarse tratando de ayudarme.— ¿Te sientes bien?

—Solo me siento un poco mareada y voy con la enfermera.

—No deberías de ir así, en estas condiciones. ¡Te acompañare! —Exclama dispuesta de ayudarme.

—Gracias. —Murmuré.

—Por cierto, mi nombre es Fernanda pero me puedes llamar Fer.

—Mucho gusto Fer, soy Bayly. —Dije con un tono dulce y amigable. Aunque no duro mucho porque me volví a sentir muy mareada.

En esos momentos, llegamos a la enfermería y me dijeron que me recostara. Fer dijo que iba a ir por mis cosas a mi salón, ya que permanecería allí hasta sentirme mejor. Habían transcurrido 38 minutos, me sentía mejor y me dieron el permiso de retirarme. Al salir estaban dando el toque para entrar a la siguiente clase, por lo que nos dirigimos a nuestros salones.

—¿En que clase te toca? —Fer interrumpió el silencio.

—Dejame ver, —saque el pequeño papel con mi horario— creo que ciencias con Mariela.

—¿¡Enserio!? Yo igual, —Chillo con emoción.— vamos es mejor darnos prisa.

Llegamos al salón y nos sentamos juntas, por fortuna no había llegado la maestra. Fer y yo platicabamos mucho antes de que llegara la maestra. Conocí mucho de ella y coincidimos en varios gustos. Había perdido una amiga pero ahora tenia a otra. Sabia que nos llevaríamos muy bien.

Pronto llego la maestra y todos nos mantuvimos en silencio. Prácticamente, sucedió lo mismo que en la otra clase. A diferencia de que también nos presento la manera en la que pretendía evaluar. Esa parte la perdí cuando estuve en la enfermería. Debí de haber desayunado algo pero me sentía tal atada a mi libro, que perdí la noción de tiempo en él.

Y no me culpen, ¿acaso nunca les ha pasado no poder dejar de leer un libro? Y, bueno, siendo de mis personajes mitológicos preferidos, era aun mas imposible dejar de leer. Me explico, amo los vampiros y siempre me han parecido tan atractivos. Sin embargo, no es que crea que esos seres existan por mucho que me gustara que así fuera. Digo, vivo en un sueño y siempre me lo repiten.

En fin, aunque no pudiera sacar aquella historia de mi cabeza, debía prestar atención ante la presentación de cada uno de mis compañeros. No miraba ninguno porque no fuese algo que me importase mucho, con el paso del tiempo los conocería si pretendían entrar en mi vida. Pero ese pensamiento se esfumo al escuchar su voz.

—Soy Jovany Hillen. —Dijo con total seriedad e inmediatamente lo mire. Él volvió a mirarme pero de reojo y nuestras miradas se volvieron a conectar, frunci el ceño confundida.

No podía creer que otra vez compartieramos clases seguidas, ¿era una broma o alguna señal del destino? Pienso que la segunda opción son estupideces pero no terminaba de creerla. Solo deseo que nada mas sean dos clases compartidas, o al menos eso quería obligarme a pensar porque moría de ganas de compartir todas mis clases con aquel chico misterioso de nombre Jovany.

Hasta me dejaba mariposas en la lengua.

La Llamada De La Luna (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora