Capítulo 6: Ego

88 4 0
                                    

Necesitaba un descanso y por suerte lo obtuve. Nuestra maestra de Matemática no había asistido hoy, por lo que nos dieron dos horas libres que correspondían a su clase. Quería aprovecharlos en lugar de malgastar mi tiempo, así que me decidí por leer un poco en uno de los jardines de la escuela.

Estaba fresco y por el tiempo, húmedo. Estábamos en temporada de lluvias y eso me gustaba tanto como comer pastel, de preferencia de chocolate. Aunque también sabia bueno el pastel de tres leches, estilo mexicano. Lo amaba. Volviendo al tema, no me importaba que el césped estuviese mojado, yo quería leer bajo un árbol recostada en aquella hierba verde que predominaba el suelo.

Ya llevaba mucho tiempo leyendo. Desgraciadamente había acabado mi antiguo libro de vampiros, por lo que debía empezar uno nuevo. Por fortuna, y viendo el lado positivo, tenia muchos libros que quería leer y que tenia en mi casa. Nunca me quedo sin leer libros porque siempre estoy comprando uno nuevo cada que tengo la oportunidad.

—Hola, —saluda una voz masculina frente mio— ¿tienes idea de donde esta nuestra maestra de Matemáticas? —, levanto mi vista de mi libro para ver de quien se trata.

—Ah, eres tu. —Vuelvo a fingir prestarle atención a mi lectura— No vino, tuvo algo mas importante que hacer.

—Es de mala cortesía prestarle la atención a algo que no sea la persona con la que estas hablando.

—Devuelveme mi libro, Jovany. —Exigo poniéndome de pie y levanta una ceja al mismo tiempo que una sonrisa aparece en sus labios.

—Sabes mi nombre. —Dice divertido y me sonrojo un poco.

Maldita sea! ¿Por que dije su nombre? ¿¡POR QUE MIERDA DIJE SU NOMBRE!? Auxilio, estoy a punto de entrar en un colapso mental. Mi estupidez jamas podrá tener limites. Tengo que remediar esto.

—Obviamente, te presentaste el primer día de clases. —Me cruzo de brazos tratando de lucir natural.

—Creo que es una coincidencia muy repentina que conozcas específicamente mi nombre siendo 40 alumnos en un grupo, —sonríe— y sumándole el hecho de que tenemos diferentes compañeros en cada clase...

—Idiota, comparto contigo la mayoría de mis materias. —Levanto una ceja.— No hay nada de coincidencia saber tu nombre teniendo que escucharlo en prácticamente todas mis clases.

—¿Por que no simplemente aceptas que no puedes sacarme de tu cabeza, Bayly?

Me muestro indiferente mientras disfruto esa sensación de escuchar mi nombre salir de sus labios. Bayly, Bayly, Bayly. Se escucha tan jodidamente bien pero debo bajar de mi nube. Por Dios, se sabe mi nombre. Mi conciencia salta de la alegría y mi yo físico solo decide mirarlo de pies a cabeza.

—Porque no es así. —Ruedo los ojos.— Deberías dejar de creer que eres irresistible y que ninguna chica dudaría de estar contigo. —Su sonrisa se borra. punto para Bayly.

—Me estas juzgando muy rápido. Apenas llegue a esta escuela y ya resulto ser el chico mas deseado en este instituto. Yo no quiero tener un estúpido puesto aquí. —Le molesto mi respuesta, es evidente.

—Entonces deja de actuar como si lo quisieras porque ese estúpido puesto te lo estas ganando.

—Estas muy cegada como para ver la realidad. —Me entrega mi libro y se va sin decir mas.

¿Cegada? ¿Yo? Quien se cree que es como para decirme tal cosa. Me hace mejor pensar que fue su ira quien hablo, pero da igual. Suena el timbre que nos indica la siguiente clase. Genial! Quizás eso me ayude para no pensar en ese idiota y sus idioteces.

Tomo mi mochila de mala gana. Ese chico solo logro joder mi buen humor. Por fortuna, no comparto la siguiente clase con él por lo que me da tiempo para evitarlo. De cierta forma me siento culpable por juzgarlo pero también me molesta el hecho de que me haya juzgado a mi.

***

—...y podría decir que me hiere que me haya dicho eso pero no lo hizo. —Le digo convincente a mi mejor amiga por teléfono después de contarle lo que paso.

—A nadie engañas con esa estúpida escusa, —me riñe a través del teléfono—fuiste grosera y estúpida. Mereces que te haya hablado de esa manera.

—Te estas poniendo de su lado, Fer! —De estar acostada pase sentada en mi cama.

—Pareces una chiquilla, Bayly! —solo un poco— Soy la que esta en medio de ambos y solo admite que tuviste la culpa. Lo juzgaste sin conocerlo a fondo y eso no se hace, amiga.

Lo juzgue por como estaba actuando conmigo. Él decidió dejar salir su egoísmo, aunque muy en el fondo tenía razón con lo de que no podía sacarlo de mi cabeza. Pero no debió decirlo! Mucho menos yo admitirlo. Estaría revelándole que me gusta y actúe a la defensiva... Si, Fer tiene razón. Me equivoque.

—Pero eso no le da derecho de venir y enfurecerse conmigo. —Me cruzo de brazos y hago mi puchero aunque este consciente de que no me ve.

—Mmm, si le da cierto derecho. —Soslayo sorprendida.— Infante, solo date prisa para ir al centro comercial. Nos vemos.

—Como quieras, adiós. —Cuelgo

Ahora tengo que prepararme para ir al centro comercial. Claro, mientras hago todo lo que tengo que hacer, comienzo a reflexionar sobre lo que paso y me siento obligada a pedir disculpas como también ser la persona molesta por su actitud. No se si deba pedir perdón o esperar a que él lo haga.

No obstante, también me parecen tonterías. Solo somos compañeros, por mucho que me gustara ser por lo menos amigos, sólo eso somos. No hay ningún lazo de magnitud que nos obligue a estar bien o por lo menos fingir que estamos bien. Si le pido perdón, sera como si quisiera por lo menos alguna relación, hasta la mas mínima, entre el y yo; por lo tanto, subirá su ego y lo demás sera consiguiente. Así que mejor paso.

Aunque... como él mismo lo dijo, estoy cegada como para ver lo que es. Pero, diganme, ¿que pensarías de un chico cuando has conocido una primera impresión? Pensaras que él es tal cual actuó, así que no hay razón para obligarme a ver algo en él que no me ha demostrado. Me conozco, siempre me imagino toda una cadena de personalidades y actitudes que tiene alguien con tan solo una pequeña conversación. Es normal que haya sido lo mismo con él.

Son estupideces, es obvio que me equivoque. Cometí un error pero no se como remediarlo. Por mas que quiera, no encuentro una manera de pedirle disculpas. En fin, tengo bastante tiempo para pensar en eso. Por ahora, mi siguiente paso es conseguir mas ropa. Tome todo el dinero necesario y seguí preparando mi bolso.

La Llamada De La Luna (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora