Mil Pedazos

48 3 0
                                    

Podía ver su cuerpo. Estaba inmóvil y ni siquiera respiraba, aunque no era necesario para él siempre lo hacía. Solo ver ese cuerpo varonil sin moverse me indicaba una sola cosa: estaba muerto.

Había sangre a su alrededor, se veía mal pero muy mal. Aunque no tanto como la manera en la que yo me sentía, solo diganme ¿que sentirían si vieran al amor de su vida muerto? Exacto, a eso me refiero.

Desconocía la manera en la que mataban a los vampiros pero ver como estaba el cuerpo de mi novio descuartizado en pequeños pedazos me daban una sensación de querer vomitar y el problema es que, estaba sola. No tenia quien me ayudará con esto.

Caminaba por el bosque sin rumbo alguno cuando pareciera que su cuerpo aparecía ante mis ojos como por arte de magia. Solo quisiera que esto fuera una broma, que apareciera a mi lado diciendo que no es su cuerpo sino el de alguien mas. Sé que suena cruel pero solo quería que él estuviera vivo, no importa que vida costaría. Si costaría la mía, la daría sin pensarlo con tal de que él estuviera bien.

Caminé hasta su cuerpo y derrame mis lágrimas a lado de todos los pedazos que antes unían a mi vida entera. Quería tocarlo pero sentía miedo, miedo de que si lo hacia solo lo haría mas verdadero.

Era inexplicable expresar como me sentía, no sabría compararlo porque quedaba lejos a que me quitarán tan solo una parte de mi cuerpo. Mi dolor iba mas allá que eso, quería gritar, patalear como niña pequeña, quería hacer berrinche para que me lo devolvieran, quería llorar pero no podía. No podía hacer nada de aquello y no sabia la razón.

Me sentía tan desubicada. Desconocía que tenia que hacer entonces, debería ir a avisarle a su familia pero tenia miedo de como podrían reaccionar. Además, quería por lo menos unos minutos mas junto a su cuerpo sin vida ahora que lo tenía de vuelta. Había pasado demasiado tiempo sin verlo como para dejarlo ir tan fácil y rápido. Me sentía aferrada a él y eso era lo peor que podía hacer en momentos como esté.

Las gotas no dejaban de salir por mis párpados, parecía un caño roto. Mi pecho se sentía vacío pero a la vez con un gran nudo que me dificultaba poder respirar. Me desesperaba no poder hacer nada, me sentía impotente y quería culpar a la primera persona que viera por ahí cerca con tal de buscar al culpable y hacerlo pagar por lo que hizo.

Tal vez era ese sentimiento de venganza por haberme quitado lo que era todo para mi. Nunca pensé que él moriría ante mis ojos, siempre creí que él me vería envejecer y después morir aunque no me gustara.

Golpeé el suelo con mis puños a pesar de lastimarme con las pequeñas piedras, ramas y espinas que había en él. Ese dolor no se comparaba con lo que sentía en mi interior. Aquel dolor provocado por mis puños contra el suelo era soportable, el de mi pecho no lo era.

Pronto todo el paisaje se volvía borrosa y poco a poco las cosas iban despareciendo. No entendía lo que sucedía pero sabia que si lo permitía, el cuerpo de Jovany también desaparecería.

Me levante del suelo buscando una forma de detener lo que estaba sucediendo. Cuando mire a mi alrededor, todo había desaparecido incluso el cuerpo descuartizado de Jovany. Todo se volvía negro y oscuro, me sentía sola y debo admitir que era una sensación horrible.

Abrí mis párpados pesados y me di cuenta de que solo había sido un sueño. Me encontraba en mi habitación en lugar del bosque, lo prefería a pesar de no tener a Jovany aquí. Por lo menos tenia la posibilidad de que estuviera vivo.

Comencé a repasar todo lo que había sucedido la noche anterior. Mau había venido a visitarme porque era fin de semana y todos tenían algo que hacer excepto yo porque no podía salir de la cama hasta el lunes que fuera a clases.

La Llamada De La Luna (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora