Llegan a casa de vuelta tras esa hora y media de encargos y sitios que visitar, y aunque tienes bien pensado abrazarlo al bajar de la camioneta y tener uno de esos momentos emotivos de novela, tu plan es destruido con algo de miedo por tu parte, al ver a la puerta de la casa a Will Graham. El viento frio a aumentado, y lo pueden ver de pie frente a la puerta con su habitual chamarra con una caja grande de cartón a sus pies.
-¿Abra pasado algo?- preguntas algo nerviosa, Will piensa mucho antes de ir a casa de Hannibal últimamente, y verlo ahí no te da buena espina.
Bajan de la camioneta, y de pronto recuerdas aquella discusión que ambos hombres tuvieron durante la cena de noche de brujas, solo esperas que no tenga algo que ver con ello y comiencen a pelearse de verdad esta vez.
-Es una suerte que no tardaran...- dice Will en cuanto los ve acercarse. -...media hora más y abría tenido que irme.-
-¿Te sientes bien?- pregunta Hannibal escaneando con la mirada al hombre frente a él, y no sabes muy bien si se refiere a la forma amena en que está hablando esta vez, o si en verdad Hannibal sospecha que algo le suceda a Will.
-Sí, estoy muy bien... pero creo que tengo un problema y pensé que...- ya ha llegado hasta ahí, ya ha pasado un rato esperándolos en la puerta y parece no saber cómo explicar el gran problema que lo aqueja, quizás se siente mal por la pelea de ese día, quizás comienza a sentirse incomodo al verte caminar nerviosa hacia la gran caja que dejó en el suelo del recibidor para encontrarse con Hannibal, quizás se está arrepintiendo de lo que va a pedir a continuación.
Sin embargo, no das tiempo a su pregunta a Hannibal, ya que al ver un extraño movimiento proveniente de la caja la destapas con súbita curiosidad.
-No estaba seguro...- dice Will sin mirar a Hannibal, más interesado por sus zapatos al parecer, y buscando las palabras en su ya de por si revuelta mente. -...creí que usted... podrían...-
-¡Son cachorritos!- exclamas al abrir la caja por completo.
Tu feliz y animoso pequeño grito fue solo contestado por la oleada de ladridos agudos e igual de animosos de cinco cachorritos que se subían unos a otros para alcanzarte fuera de la caja.
Will no pudo completar su frase, la verdad había sido revelada y posiblemente le sería más fácil lidiar con un cadáver en este momento que explicar lo que venía pensando mientras cargaba una caja de cartón llena de cachorritos.
-Necesito que me los cuiden por un rato.- intenta justificar de una vez al ver a Hannibal esquivarlo para ver a las cinco criaturas que se arremolinaban con alegría. –Tengo que limpiar la habitación donde los tengo y no los puedo dejar con los demás perros.- en verdad se esfuerza por explicarse.
-Tenías una caja con cachorros criollos y lo primero que pensaste fue en traérmelos.- dice Hannibal algo risueño.
-No... en realidad...- Will se acerca y suspira al ver a los cinco perritos, todos eran blancos y de pelo algo largo, con manchas negras y cafés en patrones desiguales. –En realidad pensé en traérselos a ella...-
Giras la cabeza para ver a Will sorprendida, este hombre, aun con sus deslices y arranques dementes ha pensado en ti... para encargarte una camada de cachorros, pero lo ha hecho.
-Las mujeres son mejores para cuidar crías adorables...- dice sonriendo. –Pero aun así necesito tu permiso para dejarlos aquí.
Hannibal mira a Will con media sonrisa, es ridículo y muy adorable, ha llegado con una caja de cachorros... y ahora parece tener expresión de cachorro para que le permita que los cuides. El psiquiatra no parece tener muchas ganas de tener cachorritos corriendo por su casa sin importar cuánto tiempo sea, pero entonces te voltea a ver a ti, que estas acariciándote las mejillas con un cachorro en cada mano.
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Oblígame (Hannibal Lecter x Lector)
FanfictionTu vida a sufrido una desgracia que muy pocos podrían sobrellevar, la policía sigue investigando el caso y aunque eres fuerte tu salud física y mental se deteriora lentamente por los recuerdos de aquello. Por suerte, conociste a un muy buen psicólog...