No te es posible dormir ahora en tu cama, y estás muy consciente de ello, sabes la razón, y sabes la causa con certeza. Seguir pensándolo no te dejara dormir en días y te hace sentir que cada minuto dura tres veces más.
Deberás decírselo, tras todo este tiempo ya no puedes ocultarlo por más, giras de nuevo en tu cama con desagrado, ha pasado mucho tiempo desde entonces y retener aquello para ti misma te hace enfermar de una manera personal.
Con todo lo que ha pasado no tienes otra solución más que plantarte frente a él y decírselo tal cual, ya no hay nada que perder.
Aquella noche, horas antes, fue bastante difícil, no es como si ya de por si las últimas semanas no lo fueran, pero ello era la forma perfecta, el cúspide de los acontecimientos, una corona bien merecida y con grandes piedras preciosas que llamaran la atención.
Tras haberlo abrazado cuando llegó de donde fuera que estaba, cubierto de sangre y algo de tierra, tuviste una sensación contradictoria. Te sentías a salvo sabiendo quien era... pero al soltarlo y dejarlo ir a cambiarse de ropa sentiste miedo, un miedo bien establecido al saber que ese hombre había matado a alguien en las últimas horas, y sin miedo ni remordimientos entraba a su casa.
Tras cambiarte rápidamente la blusa, que también se había ensuciado un poco al abrazarlo, aquel miedo continuó creciendo, era una ansiedad que creíste que era común al principio, cualquiera reaccionaria así, pero la sensación parecía desviarse a algunos recuerdos, segundos de tu mente queriendo recordar cosas, y no te gustaba.
Mientras bajabas las escaleras tenias esa sensación de que todo aquello no era más que una pesadilla muy vivida, y que despertarías pronto, si... debías despertar, porque todo aquello no era ni medio normal, toda esa ansiedad, todo ese miedo del cual no podías escapar. ¿Por qué no podías simplemente despertar y bajar a desayunar con Lecter como de costumbre, bromear sobre Will como siempre, escuchar una de esas conversaciones inteligentes y profundas de un psiquiatra?
Llegaste al sillón y te sentaste en él a esperarlo, debían hablar de muchas cosas, y no estabas segura de que quisieras mas información de esa índole, hundirte más en algo que, en primer lugar, nunca quisiste saber.
Pero escuchaste pasos atrás de ti, pasos firmes que solo podían ser del único hombre en esa casa, y por un reflejo que hubieras querido ocultar, volteaste de inmediato, viéndolo de pie a unos metros detrás del sillón.
Hannibal te miró con neutralidad al inicio, mirándose fijamente a los ojos por un momento antes de dirigirte una media sonrisa forzada y mostrarte las manos vacías.
Podías escuchar tu corazón latir con fuerza.
Hannibal se sentó en el sillón frente a ti, y te preguntaste si era a propósito el no sentarse junto a ti como todo el tiempo.
El silencio permaneció reinando por un incomodo minuto antes de que el comenzara a preguntarte por lo que sabias ahora sobre el caso y lo que en realidad había pasado, increíblemente, su voz no sonaba molesta, no sonaba demasiado formal, se escucha como la voz con la que te hablaba cada mañana de temas diversos.
Con un poco de esa fugaz tranquilidad casi imaginaria comenzaron a hablar, a intercambiar historias y datos, intentando hacer de ambos puntos de vista una sola historia, y al terminar todo quedó más claro, al menos para él.
Al menos para el quedó clara gran parte de lo ocurrido, pero para ti solo ha quedado mas ansiedad, una ansiedad que parece hablar más fuerte de lo que Lecter hablaba, una idea terrible que ya sabias pero ahora ha vuelto a atormentarte gritando en tu mente y evitando que te concentraras en lo que el psiquiatra siguió diciéndote con seriedad.
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Oblígame (Hannibal Lecter x Lector)
FanfictionTu vida a sufrido una desgracia que muy pocos podrían sobrellevar, la policía sigue investigando el caso y aunque eres fuerte tu salud física y mental se deteriora lentamente por los recuerdos de aquello. Por suerte, conociste a un muy buen psicólog...