El valor de la verdad

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-Quiero a Will. - dices en voz alta al entrar a la casa de Lecter y arrojar al suelo de la sala una bolsa plástica con la botella de un refresco y un par de pastelillos qué te habían dado para tranquilizarte en el FBI en su interior. 

-Pensé que habíamos superado esa fase... - bromea Lecter dejando cuidadosamente su saco en el perchero, y gira para observarte caminar molesta hasta tu sillón predilecto frente a la televisión. 

-¡No me refiero a eso!- gruñes al tiempo que te acomodas tan agradablemente como puedes y enciendes la televisión. Has estado en un intento de homicidio por segundo día consecutivo, tienes mucha presión y estrés, y eso sin mencionar lo que verdaderamente ocurrió en la escuela ese día. 

¿Y qué planeas hacer? Aprovecharte de la situación al máximo, será día de estar echada en el sillón viendo una maratón de tu serie favorita, comer galletas, muchas, y de preferencia abrazar a tu psiquiatra homicida favorito y a tu solitario con trastornos de conducta preferido para no sentirte sola. Ahora que lo piensas, no suena tan mal estar acurrucada toda la tarde entre ellos dos. Imágenes que no estarías dispuesta a aceptar cruzan tu mente haciéndote sonreír de forma culposa. - Bien... - continuas diciéndole a Lecter levantándote de tu lugar y ocultando tu sonrisa traviesa. -... no es sólo por eso.

Lecter por su parte se ha dirigido a la cocina, parece que este hombre vive en la cocina, y quien se atreva a hacer una broma machista sobre "ve a hacerme un sándwich mujer!" posiblemente se convierta en un sándwich. 

-¿Podemos?- preguntas con un hilo de voz, pero con cierta confianza al verlo sonreírte.
-¿Que cosa?- te pregunta sin dejar de sonreír pero ocupado sacando cosas del refrigerador.
-Invitar a Will.- dices sonriente y con una mirada qué estás segura te convencería a ti, así has convencido a tu madre antes. 

-No voy a molestar a Will haciéndolo venir en tan delicado momento.- dice Hannibal sin mirarte en realidad. - Estoy seguro de que el FBI lo estará vigilando para asegurarse de que no se involucre ni un poco en los sucesos recientes. 

Miras a Hannibal algo molesta desde tu lugar en el umbral de entrada a la cocina, y suspiras con cierta derrota. Cuando quiere Hannibal puede ser algo aguafiestas. 

-Ya que importa, ya sabe que yo fui.- rezongas enojada. - Mejor dicho a ver si un día involucramos al FBI en el caso, digo, para variar.- Estas siendo grosera, pero en verdad querías pasar esa tarde con ellos. 

Cuando uno tiene miedo o simplemente esta triste o desanimado siempre es bueno recurrir a los amigos, en vista de que ya no te quedan muchos, ellos eran tu única opción, y en el fondo, la que más te gusta. 

-Pues yo no pienso hablarle. - te dice Hannibal sin detener su labor en la cocina. Ya se han arriesgado suficientes, tanto al salir de esa casa últimamente tanto en mentirle al FBI para hacer algunas cosas, como salir a pasear, o no hablarle a Crawford la noche pasada, así que parece haber decidido no meterse en esto.

-Pues dejaste su número en un papel sobre la mesa del teléfono... podría hacerlo yo.- le informas saliendo de la cocina y dirigiéndote hacia el teléfono.
No ves a Hannibal detenerte ni lo escuchas decirte que no. 

-Will... si, soy yo... - comienzas a decir. - Quería saber si podías venir... solo veremos la televisión, quiero pasar el día con mis amigos sin... sin hablar del caso.- continúas mirando hacia la cocina. —Oh, si... perfecto... Claro que puedes traer a tus perros... - No has terminado de decir eso cuando escuchas un cuchillo caer y ves a Hannibal con expresión algo preocupada asomarse desde la cocina.
Lo miras sin poder dejar de reír internamente, ni siquiera habías descolgado el teléfono, solo querías molestar a Hannibal. Si tu no tendrías lo que querías ibas a molestarlo con gusto.
-Le llamaré... - te dice entendiendo tu punto y entendiendo que no vuelve a dejarte sola con el teléfono. -...pero si te dice que no, no vas a renegar ni le voy a rogar en tu nombre.
Tras la advertencia asientes con la cabeza y una gran sonrisa. 

Oblígame (Hannibal Lecter x Lector)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora