En El Precipicio

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No se como pasó, no recuerdo nada sobre lo sucedido, algunos recuerdos vienen a mi como destellos, recuerdo por ejemplo una luz cegando mi vista, una luz muy fuerte y muchos ruidos todos distorsionados. Recuerdo abrir los ojos y ver de manera borrosa a unas enfermeras, pero después me volví a desmayar. No se cuantas horas estuve inconsciente, aun no entiendo muy bien que hacía antes de todo eso. Desperté poco a poco, sentía los párpados pesados, y los ruidos a mi alrededor no estaban fijos no entendía nada, las imágenes daban vueltas, cuando por fin desperté fije mi vista en el cuarto, las paredes tenían un tapiz color azul aparentemente viejo algunas partes estaban rasgadas, en el techo había un candelabro bastante antiguo, los barrotes de la cabecera se veían oxidados, al rededor había un aroma de humo y muerte, había una mesita de noche de madera incluso el mueble tenía abolladuras, sobre el mueble había una radio como de los años veinte había algo sonando pero no le había prestado atención puesto que sonaba una canción bastante antigua. Sin duda pensé es una estación de canciones antiguas, hasta que el locutor dijo algo.
"Es un caluroso viernes aquí en Londres hay por lo menos 27° sin duda el mes de julio de este 1940 será el más caluroso Jejeje ahora seguimos con un par de canciones de Cole porter "

Es imposible que sea 1940 no yo soy del 2015 yo no se que hago aquí por dios como pasó esto de seguro es una broma tiene que ser una broma. Quería levantarme pero mi cuerpo no respondía era como si la cama estuviese adherida a mi, era desesperante cuando por fin mi cuerpo me respondía. Comenzé a enderezarme de la cama poco a poco tenía puesto un suero el cual me quité en un segundo pero al sacarla la aguja de mi vena me provocó gritar un par de enfermeras entraron a la habitación para ayudarme.

-Tranquila! Tranquila! Estás muy lastimada para que te levantes así como así - la mujer se acercó con una aguja. Era una mujer joven con un peinado y maquillaje de los años cuarenta sus medias e incluso sus zapatos me lo decían -
-No! Déjame. No se que estoy haciendo aquí ¡quiero irme a mi casa! - estaba ahí para ayudarme pero me resistía a la enfermera y sus agujas -
-Sólo es por tu bien si shuu tranquila no te haré daño - se calmó y dejó la aguja en la mesita de noche -
-¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué en la radio dicen que es 1940? ¡yo soy del 2015! - la enfermera se alarmó al escuchar mis palabras sin duda pensó que el golpe fue demasiado fuerte y su acompañante corrió a sujetarme -
- No! ¡Por favor déjenme! ¡Solo quiero ir a casa! - comenzé a gritar pidiendo ayuda mis gritos eran incesantes - ¡Ayúdenme! ¡por favor alguien que me ayude! - a mi habitación entro corriendo un hombre vestido de soldado -
-Basta dejen la en paz! - las enfermeras me soltaron de inmediato y bajaron la cabeza ante el sujeto -
-Disculpe Capitán Nicholls es que la señorita está muy lastimada ella quería levantarse no podemos dejar que haga eso - aquel hombre era un sujeto apuesto de cabello rubio rizado, ojos azules, al parecer era bastante alto y por su acento era inglés, ese traje verde lo hacía ver aun mas apuesto -
-Está bien pueden soltarla yo la ayudaré a pararse y la sacaré en la silla de ruedas - una de las enfermeras solo asintió con la cabeza -
-Si mi capitán - las mujeres salieron apenadas del cuarto, entre aquel hombre y yo hubo un silencio insondable tenía la mirada abajo, me sentía apenada por la escena que había hecho - Hola - me dijo el agachado la cabeza intentado ver mis ojos -
-Hola - respondí a secas -
-Quieres decirme ¿quién eres? - alce la mirada pero al ver que sus ojos estaban fijos en mi la baje de inmediato, no dije nada permanecí en silencio hasta que el decidió hablar - Bueno yo soy el Capitán Nicholls pero puedes decirme Nic - por la forma en que sonó el estaba sonriendo - Ya no somos desconocidos así que por que no me dices tú nombre -
-Soy... Soy Madeline Alcázar, pero todo me dicen Madie - alcé poco a poco la vista, hasta que sus ojos y los mios se encontraron -
-Y de dónde eres Madie. ¿puedo decirte Madie? No - asentí con la cabeza -
-Yo soy de Brooklyn -
-Estas algo lejos de casa. Yo soy de aquí Londres - interrumpí carraspeando la garganta -¿Te gustaría un poco de agua? -
-Si eres tan amable - el hombre se levantó caminó hasta la puerta, la abrió con cuidado al parecer por los pasillos había siempre enfermeras caminando y le pidió a una que por favor trajera un poco de agua -
-¿Por qué estás en cama? Si se puede saber - acercó un mullido asiento cerca de mi cama, luego se sentó -
-No lo se solo recuerdo una luz incesante y después desperté aquí. Pero yo no pertenezco aquí no se como llegué hasta aquí este no es mi tiempo. ¡Tienes que creerme! - la enfermera entró con una jarra llena de agua y un vaso ambos de vidrio, la enfermera salió de ahí cadenciosa. El comandante me sirvió agua y me paso el vaso -
-Sabes así me siento aveces ejeje - lo imaginé no me creería cambie de tema para que no creyera que estaba loca quizá el sea mi salida de este loco mal entendido -
-Vamos necesitas dar un paseo te llevaré al jardín - se levantó y me acercó la silla de ruedas - no puedes levantarte sola si yo te ayudaré esa es la condición - me cargó con cuidado, yo enredé mi brazo a su cuello podía oler su perfume tenía un aroma delicioso fue una pena despedirme de su olor cuando ya me había sentado en la silla - Vamos ya verás que el aire de las gardenias te ayudará - los pasillos eran bastante feos las paredes tenían un color verde aceituna deprimente habían un par de enfermeras caminando, al pasar cerca de aquel hombre sonreían gustosas, pude ver en uno de los cuartos a un hombre bastante herido que era alimentado por una de las enfermeras, conforme más andábamos más me daba cuenta que era un hospital de soldados, fue un alivio salir por fin al jardín, el olor a tierra mojada me relajó, era un jardín hermoso, también iban y venían soldados al pasar cerca del capitán hacían una seña bajando con una mano sus gorras. - Es un lugar hermoso no crees -
-Si lo es sin duda. ¿Es un hospital de soldados verdad? - giré para ver su rostro, el solo se río un poco -
-Eres muy observadora -
-¿Y podría quedarme aquí? Sólo mientras veo como regresar a casa -
-Claro puedes ayudar a las enfermeras, yo me encargo de eso. Es más ya tienes un amigo -se acercó para decirme cerca del oído ya que pasaban uno que otro soldado - este lugar es aburrido - no pude evitar reír este soldado era diferente a todos los que había visto hasta ese momento, más gracioso, relajado, dimos un par de vueltas al jardín pero ya estaba anochesiendo -
-Te llevaré de nuevo a tu cuarto debes descansar un poco tuviste un accidente - tuvimos que volver a pasar por el pasillo que era alumbrado con un débil foco se veía bastante tenebroso - Vamos te ayudo a recostarte - me volvió a cargar para depositarme con cuidado en la cama incluso me tapó, luego se sentó en una orilla de la cama - Descansa Madie -
-Usted también capitán Nicholls - volvió a sonreí pero sin mostrar los dientes -
-Por favor dime Nic, ya somos amigos ¿o no? -
-Claro. Y gracias por el paseo y por salvarme Nic - se levantó para irse pero dijo algo más, fue como si no pudiera irse sin decirme -
-¿Te gustaría ir mañana a comer conmigo? Ya sabes para mostrarte el lugar -
-Me encantaría - le sonreí de igual forma, luego él se acercó a la puerta y apagó la luz, se fue cerrando la puerta sin hacer mucho ruido -

En la obscuridad de la noche mientras la quietud callaba intenté hacer memoria de como es que había llegado aquí no era mi tiempo, ni mi ciudad ni mis amigos ¿Estaré muerta? Cómo voy a volver a mi tiempo todo aquí me es tan horrible es un fiasco de no ser por el Capitán Nicholls el me agradó además, él que es tan guapo. Por ahora buscare ayuda, no debo decirle a todos lo que me sucedió creerán que estoy loca y puede ocurrir me algo malo. Aun que con la guerra como saberlo.


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