Capítulo 45

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Sus miradas se encontraron en el espejo. _____ no pudo moverse, ya que la pasión y la ternura que se reflejaban en los ojos de Harry la sumieron en un estado de trance.
— Quiero verte, _____ —le dijo en un tono que dejaba a las claras que no admitiría un no por respuesta.
Antes de poder volver a pensar con claridad, él le quitó la camisola y pasó sus manos sobre la piel desnuda de su estómago.
— Tus pechos no son pequeños —susurró, incorporándose tras ella—. Tienen el tamaño perfecto para la mano de un hombre —y para demostrar su afirmación, acercó las manos y los cubrió con ellas.
— Harry—balbució _____ con un gemido y el cuerpo abrasado—. Recuerda tu promesa.
— Me estoy comportando bien —respondió él con voz ronca.
Apoyándose sobre sus duros pectorales, _____ observó sin aliento en el espejo cómo Harry dejaba sus pechos y le acariciaba las costillas, descendiendo hasta las caderas y una vez allí, metía las manos bajo el elástico de sus braguitas.
— Tienes un cuerpo hermoso, _____ —le dijo mientras le acariciaba el pubis.
Por primera vez en toda su vida, lo creyó. Harry le mordisqueó el cuello mientras sus manos jugueteaban con los rizos oscuros de su entrepierna.
— Harry —lloriqueó, sabiendo que si no lo detenía ahora no sería capaz de hacerlo más tarde.
— ¡Shh! —le dijo al oído—. Ya te tengo.
Y, entonces, separó los tiernos pliegues de su cuerpo y acarició su sexo.
_____ gimió, consumida por la pasión. Harry capturó sus labios y la besó plena y profundamente.
De forma instintiva, se dio la vuelta entre sus brazos para saborearlo mejor.
La levantó del suelo, sin abandonar sus labios, mientras la llevaba hasta la cama. De algún modo, se las arregló para acomodarla sobre el colchón y tumbarse sobre ella sin dejar de besarla.
Ciertamente tenía un gran talento.
Y ¡uf!, _____ se sentía arder con sus caricias. Con su aroma escandalosamente sensual. Con la sensación de su cuerpo tendido junto a ella. Comenzó a temblar de pies a cabeza mientras él le separaba los muslos con las rodillas y se colocaba, aún vestido, sobre ella.
Sentir su peso era algo maravilloso. Su cuerpo duro y viril, mientras restregaba sus esbeltas caderas contra ella. Aun a través de los vaqueros, podía sentir su erección presionando sobre su entrepierna. Como si estuviesen atraídas por un imán, sus caderas se alzaron acompasándose al movimiento de Harry.
— Eso es, _____ —murmuró sobre sus labios, mientras seguía rozando su miembro hinchado contra ella, de un modo tan magistral que _____ supo que ya habría llegado al clímax si estuviese dentro de ella—. Siente mis caricias. Siente mi deseo por ti, sólo por ti. No luches contra él.
_____ volvió a gemir cuando Harry abandonó sus labios y dejó un abrasador reguero de besos por su garganta, hasta llegar a sus pechos, que comenzó a succionar con suavidad.
_____ deliraba de placer mientras enterraba las manos en el pelo castaño de Harry.
Él atormentó implacablemente sus pechos con la lengua.
Todo su cuerpo temblaba por el tremendo esfuerzo que le suponía mantenerse vestido. Quería introducirse en ella con tanta desesperación que su cordura se desvanecía poco a poco.
Con cada enviste de sus caderas contra las de _____, le daban ganas de gritar por la agonía del deseo insatisfecho. Era la tortura más deliciosa que jamás había experimentado.
Y todo empeoró al sentir a _____ deslizar las manos por su espalda, e introducirlas en sus bolsillos traseros para acercarlo aún más, apretándolo con fuerza.
Harry se estremeció ante la sensación.
— ¡Sí, oh, sí! —jadeaba _____ cuando él aumentó el ritmo de sus embestidas.
Harry sintió que todo le daba vueltas. Tenía que hundirse en ella. Y si no podía hacerlo de una manera, por todos los templos de Atenas que lo haría de otra.
Se apartó de ella y se movió hacia abajo, pasando los labios por su estómago y besándole las caderas mientras le quitaba las braguitas.
_____ temblaba de pies a cabeza al sentir el poder que él ostentaba en ese momento.
— Por favor —le suplicó, incapaz de soportarlo más.
Le apartó los muslos con los codos. _____ se lo permitió sin protestar. Colocó las manos bajo ella y le elevó las caderas hasta que le pasó las piernas por encima de sus hombros.
Los ojos se le abrieron de par en par en el mismo instante en que Harry la tomó en la boca.
_____ enterró las manos en el cabello de él y echó la cabeza hacia atrás, siseando de placer ante las caricias tan íntimas que la lengua de Harry le prodigaba. Jamás había experimentado algo así. Una y otra vez, penetrándola con la lengua implacablemente, él la lamía, la atormentaba, hurgaba en su interior hasta dejarla sin aliento, exhausta.
Harry cerró los ojos y gruñó cuando probó su sabor. Y disfrutó de la sensación. Los murmullos de placer que escapaban de la garganta de _____ resonaban en sus oídos. Percibía cómo ella reaccionaba ante cada caricia sensual de su lengua, cuidadosamente ejecutada. De hecho, sentía como le temblaban los muslos y las nalgas, como se estremecían contra sus hombros y sus mejillas.
_____ se retorcía de modo muy erótico en respuesta a sus caricias.
Con la respiración entrecortada, Harry quiso mostrarle exactamente lo que se había estado perdiendo. Cuando saliera de la habitación esa noche, _____ no volvería a encogerse de temor ante sus caricias.
Ella gimoteó cuando movió la mano despacio para introducir el pulgar en su vagina, mientras continuaba lamiéndola.
— ¡Harry! —jadeó con un involuntario estremecimiento de su cuerpo.
Él movió el dedo y la lengua aún más rápido, más profundo, aumentando la presión mientras giraba y giraba. _____ sentía que la cabeza le daba vueltas por el roce de la barba de Harry en sus muslos, en su sexo.
Y, cuando pensaba que ya no podría soportarlo más, alcanzó el clímax de forma tan violenta que echó la cabeza hacia atrás y gritó mientras su cuerpo se convulsionaba por las continuas oleadas de placer.
Pero Harry no se detuvo, siguió prodigándole caricias hasta que tuvo otro nuevo orgasmo, casi seguido al primero.
La tercera vez que le ocurrió pensó que moriría.
Débil, y totalmente saciada, sacudía la cabeza a uno y otro lado, sobre la almohada, mientras él continuaba su implacable asalto.
— Harry , por favor —le suplicó mientras su cuerpo seguía experimentando continuos espasmos por sus caricias—. No puedo más.
Sólo entonces, él se apartó.

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Chicas...!!  Me deben de estar odiando >. < les pido mil disculpas... Jajaja

PD: No podre subir la maratón. Es que en mi pais (Uruguay) hay tormenta y coso xD en cuanto pueda subo la maratón ;) Bss





Esclavo Sexual «Harry & _____»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora