Capítulo 60 (6/10)

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Lisa observaba cómo Harry se paseaba nervioso, por delante de su puesto, mientras hacía una tirada para un turista. ¡Dios santo!, podría pasarse todo el día observándolo caminar. Ese modo de andar hacía saltar los ojos de las órbitas, y a ella le entraban unos deseos terribles de salir corriendo a casa, agarrar a Nick y hacerle unas cuantas cosas pecaminosas.
Una y otra vez, las mujeres se acercaban a él, pero Harry no tardaba en quitárselas de en medio. Era ciertamente divertido ver a todas esas chicas pavoneándose a su alrededor mientras él permanecía ajeno a sus estratagemas. Nunca le había parecido posible que un hombre actuara así.
Pero claro, hasta ella podía llegar a aborrecer el chocolate si se daba un atracón.
Y por el modo en que las mujeres respondían a la presencia de Harry, dedujo que él ya había sufrido más de un dolor de tripa causado por un empacho. La verdad es que parecía muy preocupado.
Y Lisa se sentía fatal por lo que les había hecho a ambos, a él y a _____. Su idea parecía bastante sencilla en un principio. Si hubiese reflexionado un poco más...
¿Pero cómo iba a saber quién era Harry? Claro, que su nombre podía haber hecho sonar algún timbre en su mente; de todos modos, su especialidad era la Edad de Bronce griega que, hasta para la época de Harry, era la Prehistoria.
Y tampoco había creído que el tipo del libro fuese realmente humano. Pensaba que era alguna clase de genio o criatura mágica, sin pasado ni sentimientos.
¡Señor!, cuando metía la pata lo hacía hasta el fondo.
Meneando la cabeza, observó cómo Harry rechazaba otra oferta, esta vez procedente de una atractiva pelirroja. El hombre era un verdadero imán de estrógenos.
Acabó la lectura.
Harry esperó unos minutos y se acercó a la mesa.
— Llévame con _____.
No era una petición, no. Estaba segura de que era el mismo tono de voz que empleaba para dirigir a su ejército en mitad de una batalla.
— Dijo que...
— No me importa lo que dijese. Necesito verla.
Lisa envolvió la baraja en el pañuelo negro de seda. ¿Qué demonios? Tampoco es que necesitara que su mejor amiga volviera a hablarle.
— Vas directo a tu funeral.
— Ojalá —dijo en voz tan baja que ella no pudo estar segura de haber escuchado correctamente.
La ayudó a recoger sus trastos para meterlos en el carrito, y llevarlo todo hasta la pequeña caseta que tenía alquilada para guardarlo.
Sin pérdida de tiempo, llegaron a casa de _____.
Aparcaron en el camino del jardín justo cuando _____ estaba guardando sus maletas.
— ¡Hola, _____! —saludó Lisa—. ¿Dónde vas?
Ella miró furiosa a Harry.
— Me marcho por unos días.
— ¿Dónde? —le preguntó su amiga.
_____ no contestó.
Harry salió del coche y se acercó a ella. Iba a arreglar las cosas, costase lo que costase.
_____ arrojó una bolsa al maletero y se alejó de Harry.
Él la cogió por un brazo.
— No has contestado a la pregunta.
Ella se zafó de su mano.
— ¿Y qué vas a hacer, pegarme si no lo hago? —le dijo, mirándolo con los ojos entrecerrados.
Harry se encogió ante el evidente rencor.
— ¿Y te extrañas de que quiera marcharme? —Entonces se dio cuenta. A _____ le estaba costando horrores contener las lágrimas. Tenía los ojos húmedos y brillantes. La culpa lo asaltó—. Lo siento, _____ —murmuró mientras cubría su mejilla con la mano—. No pretendía hacerte daño.
_____ observó la batalla que mantenían el arrepentimiento y el deseo en el rostro de Harry. Su caricia era tan tierna y tan suave... Por un instante, estuvo a punto de creer que, en realidad, él se preocupaba por ella.
— Yo también lo siento —susurró—. Ya sé que no tienes la culpa.
Él soltó una brusca y amarga carcajada.
— En realidad, todo lo que sucede es culpa mía.
— ¡Eh! ¿Me puedo fiar de vosotros? —preguntó Lisa.
Harry miró a _____ con ardiente intensidad, atrapando su mirada y haciéndola temblar.
— ¿Quieres que me vaya? —le preguntó.
No, no quería. Ésa era la base de todo el problema. Que no quería que volviera a abandonarla. Jamás.
_____ cogió las manos de Harry entre las suyas y las apartó de su rostro.
— Todo está solucionado, Lisa.
— En ese caso, me voy a casa. Nos vemos.
_____ apenas si fue consciente de que su amiga ponía en marcha el coche y se alejaba. Toda su atención estaba puesta en Harry.
— ¿Ahora me vas a decir dónde vas? —le preguntó.
Por primera vez, desde que la policía se marchó, _____ sintió que podía respirar. Con la presencia de Harry, el miedo se desvaneció como la niebla bajo el sol.
Se sentía segura.
— ¿Recuerdas lo que te conté sobre Justin Carmichael?
Él asintió.
— Estuvo aquí hace un rato. Él... él me inquieta.
La expresión gélida y severa que adoptó el rostro de Harry la dejó atónita.
— ¿Dónde está ahora?
— No lo sé. Se esfumó al llegar la policía. Por eso me marchaba. Iba a quedarme en un hotel.
— ¿Todavía quieres marcharte?
_____ negó con la cabeza. Con él allí, se sentía completamente a salvo.
— Cogeré tu bolsa —le dijo. La sacó y cerró el maletero.
_____ se encaminó hacia la casa.
Pasaron el resto del día en una apacible soledad. Al llegar la noche, se tumbaron delante del sofá, reclinados sobre los cojines.
_____ apoyó la cabeza en el duro vientre de Harry mientras acaba de leerle Peter Pan y hacía todo lo posible para no distraerse con el maravilloso olor que desprendía su cuerpo. Y con lo maravillosamente bien que estaba, apoyada sobre sus abdominales.
Tenía que echar mano de toda su fuerza de voluntad para no darse la vuelta y explorar los firmes músculos de su torso con la boca.

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Dedicado a:  Gracias por agregar mi novela =D




Esclavo Sexual «Harry & _____»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora