14. "repite eso y te mato"

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Abro los ojos lentamente acostumbrándome a la luz que está alrededor, cuando lo logro noto que no estoy en mi cuarto, menos en mi casa. Estoy en un especie de jungla, hay muchas lianas que impiden ver mas allá de dos metros, comienzo a caminar hacia cualquier lugar, evitando las lianas y ramas que están a mi alrededor. Me doy cuenta que no siento que esté caminando, sino flotando, y extrañamente para mí es normal. Sigo caminando sin un rumbo en específico. Hasta que escucho una voz.

Chanel, Chanel. —una voz femenina repite mi nombre una y otra vez alargándolo. Sin pensar en lo que hago corro hacia la voz que sigue repitiendo mi nombre.

Me detengo en seco al llegar al fin a un lugar que no es solo lianas o ramas. Es un lago, un lago hermoso. El lago tiene alrededor rocas de diferentes tamaños y formas, arriba de esas rocas cae una cascada gigante hasta el lago. El agua azul celeste brillaba con intensidad. Todo era tan perfecto, tan irreal.

Luego escucho pasos que se aproximan a mi, y me escondo. Lo que veo a continuación es una mujer. Era de estatura mediana, cabello castaño oscuro que brillaba con la misma intensidad que el agua del lago. Su rostro no lo podía ver muy bien, estaba borroso, pero por alguna razón podía ver sus ojos. Eran verdes, verde esmeralda.

La mujer se sentó a la orilla del lago, con los pies en el agua. Luego se escucharon mas pasos, unos pasos rápidos y cortos, los de un niño.

Tenía razón, una niña se acercó a la mujer corriendo. De unos tres o cuatro años. Era color clara. Tenía el cabello como la mujer y lo tenía atado en dos coletas, y los ojos eran verdes. Era como una versión pequeña de la mujer. Al acercarse a la mujer, la niña le tocó el hombro y habló.

Mami mami, mida el dibujo que te hice —le muestra una hoja de papel con algo dibujado en ella que me pareció muy familiar. La mujer sonríe de oreja a oreja.

¿Donde estoy?

Oh mi pequeña, es hermoso —toma el dibujo y lo deposita en el suelo. Luego carga a aquella niña y le da vueltas, la niña ríe sonoramente. No logro reconocer a aquella mujer, me parece tan familiar.

—¡Nathy! Cariño ven a ver lo que dibujó tu hermana —se escuchan mas pasos y luego aparece una niña de 8 o 9 años. Piel almendra. Cabello negro azabache. Y ojos verdes claros. La reconocí al instante en que apareció entre los árboles, Nathalia.

¿Que rayos esta pasando?

La niña mas pequeña se quedó viendo a Nathy con una sonrisa. Esta última le sonrió —te quedó muy hermoso la mujer abrazó a las dos niñas.

De un momento para otro todo se oscurece, no puedo ver nada, ni siquiera a las chicas. Nuevamente todo se ilumina, pero ahora no hay lago ni una jungla. Ahora hay una casa, una casa que me parece muy familiar. Pero nuevamente no la reconozco.

Una vez mas se escuchan pasos acercarse. A diferencia de los otros, estos son fuertes y largos. En una de las paredes aparece una sombra que parecía estar acercándose. Las chicas ahora en vez de estar felices estaban asustadas, abrazándose, con terror. Luego se oyó un grito.

¡¡ELLIE!! —ese grito era masculino. Inundó toda la habitación, era ensordecedor. Las tres chicas se taparon los oídos. La mujer inmediatamente volteó hacía las dos pequeñas y les dijo.

Ya sabes que hacer Nathy, llevala a su cuarto y no salgan pase lo que pase.

¡Otra Vez No! PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora