Capítulo VIII.

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Niklaus había hablado con Elijah para que pusiera algunos hombres a vigilar las actividades que hiciera Katherine. Habían pasado dos semanas desde la conversación que Katherine había sostenido con Esther, días en los que ella se limito a vivir tranquilamente ya que tenía la confianza de que al tener a Esther Mikaelson seria más fácil hacer el hechizo.

Durante esos días, Kol y Marcel habían buscado a Davina por todas partes, pero no había ninguna noticia de ella. Habían tenido ayuda de brujas, de las autoridades pero ninguna los ayudaba a encontrarla. Rebekah había regresado a Nueva Orleans al enterarse de que Kol había vuelto, y durante ese tiempo estuvo a acompañando a Hayley en la casa, mientras Elijah supervisaba la vigilancia de Katherine.

Después de unos días Caroline y Niklaus decidieron volver a Nueva Orleans para informarse de lo que estuviera pasando.

— Es muy grato verlas de nuevo —expresó Niklaus entrando a la casa junto con Caroline.

— Es bueno verte otra vez, Caroline —dijo Rebekah, la rubia mostró una gran confusión al ver a la chica—. Lo sé, es un cambio drástico en mi apariencia. Soy Rebekah.

— Es algo que no esperaba.

— ¿Cómo esta Hope? —cuestionó Hayley.

— Esta bien, Camil decidió quedarse con ella a cuidarla —respondió Niklaus—, ¿dónde esta Elijah y Kol?

— Con la desaparición de Davina, es muy difícil ver a Kol en la casa —comentó Hayley—. Él y Marcel han estado buscándola todo este tiempo, pero pareciera como si se la hubiera tragado la tierra. Y por otro lado, Elijah esta muy ocupado con tú amiga.

— Creo que debería hablar con Katherine —dijo Caroline—, este tiempo ha estado portándose diferente conmigo, tal vez consiga algo que los ayude.

— Eso sería bueno, voy a buscar a Elijah para ver que averiguó —respondió Niklaus—, cuidate Caroline.

— Lo haré.

Caroline fue en busca de Katherine al hotel donde se hospedaron cuando llegaron a Nueva Orleans, sin tener éxito en su busca. La rubia ignoraba que Katherine se encontraba con Esther, cerca del cementerio. Ambas planeaban los últimos detalles para los hechizos, el que permitiría que Katherine siga viviendo y el que terminaría con los Mikaelson.

— ¿Tienes miedo? Parece que tienes varias preguntas, Katherine —comentó Esther frente a ella.

— ¿Por qué elegiste este cuerpo? —cuestionó Katherine sin dejar de mirarla—, no es por racista, pero por qué no usar tu verdadero cuerpo.

— Cuando decidí volver para terminar lo que empecé, no quería que mis hijos tuvieran la imagen de su madre al asesinarlos.

— Eso es un poco cobarde, quieres matarlos pero no quieres que te vean hacerlo —dijo cruzando los brazos—, normalmente las madres tratan de protegerte y cuidarte de los problemas. No de matarte y quedar como si nada hubiera pasado.

— Katerina Petrova preocupándose por eso, el embarazo te ha hecho más sensible  —respondió Esther, ante la burla de la Petrova.

— ¿El qué?

— ¿No lo sabías? —cuestionó Esther viéndola. Se acerco a ella y puso una de sus manos en el estómago de Katherine y la otra es su cabeza—, escucha el milagro de la naturaleza.

Katherine se concentró en escuchar a que se refería Esther, cerro los ojos y escuchó un corazón latir.

— ¡Mierda! ¿Qué hiciste? —cuestionó Katherine alejándose de ella—, esto es una broma, no puedo estar embarazada. Te recuerdo que estoy casi muerta, es imposible.

— La naturaleza es tan maravillosa —respondió y fue hacia la mesa detrás de ella.

— Esto no es obra de la naturaleza, ¿por qué estas haciendo esto?

—No estoy haciendo nada, Katherine —dijo Esther. Dibujo un circulo de sal en el centro—, dime el nombre de los hombres con los que estuviste. Te voy a enseñar un pequeño truco para saber quien es el padre.

— ¡Esto es estúpido! —expresó Katherine con enojo—, ¡No estoy embarazada! ¡Deja de decirlo! Es imposible.

— Dime los nombres.

— ¿Quieres saber con quién he estado estos últimos días? —preguntó Katherine y Esther afirmó—, Bien. Cuando volví a este mundo, a los pocos días me acosté con un hombre llamado Kai Parker, que después desapareció por culpa de Bonnie Bennet —Esther escribió el nombre de Kai dentro del círculo—. También, estuve con alguien que tu conoces muy bien.

— ¿Quién?

— Tu hijo, Kol.

Esther observó a Katherine con un poco de enojo y después escribió el nombre de Kol en el círculo.

— Acercate, dame tu mano —dijo Esther y cortó en la palma, Katherine dio un pequeño grito de dolor. Mientras Esther dejaba caer la sangre en el centro del círculo.

— Estás demente, no puedo creer que estés haciendo esto —expresó Katherine, cubrió su mano con un pedazo de papel y observó a Esther—, esto es lo más estúpido que has hecho. Tengo que recordarte que estoy prácticamente muerta, que el psicópata de Kai desapareció y que el asesino de hijo, es un vampiro.

— Kai es humano, tu eres parte humana.

— ¿Y milagrosamente esa parte humana logro concebir un hijo para mi? —cuestionó—, nada de lo que estas diciendo tiene sentido, solo son supersticiones tuyas. Tu mal intento de ser madre te esta consumiendo.

Esther ignoraba cada palabra de Katherine y seguía con el hechizo. Cerró los ojos y pronuncio unas palabras en latín que hizo que la sangre se empezara a mover. La sangre se detuvo frente al nombre de Kol. Esther abrió los ojos y quedo sorprendida, al igual que Katherine, al ver el resultado.

— Es imposible.

— ¿Debería empezar a llamarte suegra? -dijo Katherine— Solo mira el tamaño de esta estupidez. Me estas diciendo que tú hijo y yo concebimos un bebe, aún cuando él es un vampiro y yo estoy muerta.

— Es la verdad Katherine —comentó Finn entrando al cuarto—, estas embarazada.

— ¡No puedo! —gritó Katherine y los focos que alumbraban el lugar explotaron—, no es verdad.

— Si no confías en nosotros puedes recurrir a los métodos de los humanos —respondió Finn. Con una rabieta Katherine salio del cuarto, dejando solos a Esther y Finn.

— Lo ves, Finn. Mis hijos se están empezando a procrear —expresó Esther con preocupación—, debemos acelerar el hechizo. Debemos matarlos antes de que algo más pase.

— ¿Y qué hay de Katherine?

— Ella ya no es útil, tiene el pecado en sus entrañas y debe ser exterminado también.

— ¿Y el bebé? Él no tiene la culpa de esta situación.

— Sí Katherine no hace el hechizo no habrá bebé.

Regresa Katerina | The Vampire Diaries & The OriginalsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora