Capítulo XVI.

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Después de la discusión que tuvo Katherine con Kol y en qué había terminado ésta, la Petrova comenzó a empacar la ropa que tenía. Habían pasado dos horas de dicha discusión, ya todo esta preparado para que saliera de la casa, aunque probablemente no dejarían que se fuera.

Caroline entro a la habitación y observó las maletas de la chica, todas las pertenencias que ésta tenía ahora estaban dentro de aquella maletas.

— ¿A dónde vas? —cuestionó la rubia.

— A donde vamos —respondió Katherine—. Escuchaste lo que dijo, no me voy a quedar a que me arrebaten a mi hijo y después me maten.

— No debiste decir eso —dijo acercándose a ella—, yo sé que Davina no está muerta y si no le dices la verdad él...

— ¿Te vas conmigo o te quedas? —preguntó viéndola a los ojos.

— Es una mala idea.

— Lo sé, pero es lo mejor para todos.

— No lo es y lo sabes perfectamente —dijo tomando una maleta, ante la sonrisa de la Petrova.

— Pero necesito que hagas algo primero...

Para poder salir de la casa debían apartar a los Mikaelson, Kol, Niklaus  y Rebekah. Así que Caroline se encargó de ellos mientras Katherine una con Rebekah.

— ¿Qué haces aquí? —cuestionó Rebekah sin voltear a verla—, no quiero verte ni hablar contigo.

— Quiero preguntarte algo, es simple de responder —dijo Katherine acercándose a ella.

— ¿Qué?

— ¿No te importa mi bebé, cierto?

— Ya sabes la respuesta.

— Si, ya lo sabía, sólo me dejaste comprobar algo.

— ¿Qué quieres?

— ¿Si mueres en este cuerpo tu espíritu regresa al antiguo o mueres definitivamente? —cuestionó la Petrova con una sonrisa.

— ¿Por qué me preguntas esto?

— Sólo responde.

— No lo sé, no le pregunte a mi madre.

— Sabes, no sé si escuchaste que tú hermano me amenazó hace unos momentos.

— ¿Nick?

— No, él no fue —respondió Katherine causando una sonrisa en el rostro de Rebekah—, fue Kol.

— Al fin se dio cuenta de lo perra eres.

— Creo que ya lo hizo, como sea —dijo acercándose más a ella—. Debo contarte algo y solo tengo confianza en ti, porque sé que me entenderás.

— ¿Qué?

— Una madre hace lo que sea necesario para proteger a sus hijos —comentó Katherine.

— ¡Al punto, Katherine!

— Está bien, tú madre me ofreció protección a cambio de que me deshaga de ustedes.

— Dejame adivinar, aceptaste.

La Petrova la miro por unos segundo y después le enterró un cuchillo en en cuello, causando que Rebekah cayera al suelo.

— No, yo trabajo sola.

Caroline había ido primero con Niklaus, quien se encontraba en su estudio, pintando. Se acerco a él.

— ¿Has hablando con Katherine? —cuestionó el híbrido.

— Lo hice, ella está... sentimental —respondió Caroline con una sonrisa fingida.

Regresa Katerina | The Vampire Diaries & The OriginalsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora