Capítulo IV.

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Katherine salió de la habitación y se encaminó a la salida cuando vio a Elijah entrando, no estaba lista para hablar con él así que pronunció: invisique, que hizo que quedara invisible ante la vista del inmortal. Elijah sintió que alguien estaba con él pero no observaba a nadie así que siguió su camino.

Katherine salió de la casa y fue hacía el cementerio, cuando llegó uso sus poderes para encontrar a Davina, cuando logró ubicarla se dirigió hacia ella con rapidez. Estaba en una tumba, con varias velas encendidas, sangre por todos lados y el lugar están hecho un basurero.

— Vaya, de verdad sigues intentándolo —comentó Katherine entrando a la tumba— ¿Cuántos hechizos has realizado?

— ¿Quién eres? —cuestionó Davina.

— Voy a ayudarte a traer de vuelta a Kol Mikaelson —respondió la Petrova.

— Y cómo pretendes hacerlo porque yo ya he tratado de todas las maneras posibles y no encuentro cómo traerlo de vuelta —dijo Davina y comenzó a llorar.

— Llorando no ganas nada —comentó acercándose a ella—. Además te voy a enseñar trucos de los viajeros, trucos que los brujos no tienen en cuenta que existen.

Katherine le pidió unas cosas a Davina mientras ella salía por otras más importantes, cuando Katherine regresó lo hizo con un hombre. Davina se sorprendió al ver aquél hombre y cuestionó inmediatamente.

— ¿Quién es él? —preguntó Davina confundida.

— El ingrediente secreto —respondió Katherine—, por favor bebe esto —dijo al hombre mientras le daba un vaso con un líquido rojo, sangre—. Como te lo imaginas los viajeros están educados, en cuanto a la magia, a la antigua. Ellos muy específicos y cuando se trata de revivir a alguien poderoso, no lo piensan dos veces.

— ¿Qué quieres decir con eso? —preguntó Davina confundida, y después de una sonrisa Katherine sacó un cuchillo y degolló a aquel hombre— ¿Por qué hiciste eso?

— ¿Conoces la frase "vida por vida"? —comentó Katherine— Si quieres revivir a un vampiro, lo justo es que la vida sea igual.

— No te importa matar a alguien inocente, eres una persona horrible —dijo Davina al ver al hombre y la sonrisa de Katherine.

— Ya lo sé.

Mientras Klaus estaba detrás de Caroline, sin acercase a ella, solo caminando. Pero ella ya lo había sentido, cuando dio vuelta en un callejón y después de que el híbrido lo hiciera también, ella lo llevo contra la pared.

— ¿Por qué me estás siguiendo? —cuestionó Caroline.

— Estaba esperando el momento en que te dieras cuenta, amor —respondió el híbrido y después sacó una jeringa con verbena que le inyecto a Caroline quien cayó desmayada en sus brazos.

Katherine y Davina habían esperado a que el hombre despertará para completar la transición y empezar con el hechizo. Cuando el hombre dio un gran suspiro las dos chicas se levantaron y se acercaron a él.

— ¿Cómo te sientes? —preguntó Katherine y él no respondió— Como si de verdad me importará, debes completar la transición sino esto no servirá de nada —tomó el brazo de Davina e hizo un corte y después se lo dio al hombre, quien lo tomó y se empezó a transformar—. Espera hombre, la necesito para el hechizo.

— ¿Qué rayos te pasa? —cuestionó Davina enojada, mientras Katherine se dirigía a la mesa— No seguiré con esto hasta que no me cuentes qué es lo qué te pasa, por qué debes hacer esto.

— Toda mi vida estuve escapando de Klaus y a pesar de lo que hice antes de morir, siento que si traigo a su hermano de vuelta esta vez me dejará ser libre —respondió Katherine y le enterró una estaca al hombre, lo sujeto y lo llevó a un círculo de sal. Dibujo un símbolo en su frente y después se acerco a Davina—. No me detendré por nada hasta traer de vuelta a Kol, no me importa matar, mentir, traicionar. No me conoces pero toda mi vida he hecho eso y hasta ahora no me ha traído nada malo.

Regresa Katerina | The Vampire Diaries & The OriginalsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora