♪ Principios e incomodidades

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Narra Louis, x.

Era mi primer día en el absurdo colegio para estúpidos niños con "necesidades especiales", o así es como nos llamaban.

Yo no podía entenderlo, ¿por qué no solo dicen que soy un maldito ciego y ya? 

La única "necesidad" que tengo es la de un par de ojos sanos, por el amor de dios.

Nos trataban como fenómenos. 

Pero bueno, después de todo, era preferible asistir a una escuela llena de otros no-videntes idiotas como yo que ser golpeado por chicos mayores con el privilegio de ver, como me sucedía en mi antigua escuela. Y en la anterior a esa. 

Y en la calle.

Y en el supermercado.

Y en las clases de tai-chi que intenté tomar un día.

Bueno, la verdad es que era agredido, física y verbalmente, en todas partes. Pero eso no importaba.

Todos me odiaban, y yo solo no lo entendía. Me refiero a que, mierda ¿a caso creían que había escogido tener ésta discapacidad? 

Lo peor de entrar a una escuela nueva es estar totalmente perdido y solo. 

Cuando la gente se te acerca tienes que sacar el celular y fingir que estás ocupado para que no se les ocurra hablarte, porque eso sería incómodo.

Y cuando nadie se te acerca también tienes que fingir que estás ocupado, porque de lo contrario todos los que pasan a tu lado te miran raro y piensan "pobre solitario bastardo", aunque no lo digan.

La mejor parte de ser ciego es que, por más que la gente me mire con desprecio, nunca seré capaz de ver el odio en su mirada. Asique estoy relativamente bien la mayoría de las veces.

"Hola" percibo una voz femenina delante de mí, y recuerdo que estoy parado en frente del colegio como un imbécil, pensando, desde que mi madre me dejó aquí, hace casi 20 minutos. 

"Yo soy Candace, seré tu tutora y te ayudaré a conocer la escuela a la perfección para que así puedas moverte solo por allí y hacer tu vida normal" habló alegre la misma voz de antes, y la imaginé con una pollera azul muy apretada, un poco larga, como de oficinista, un pañuelo rojo apretado al cuello y un rodete, que le daban aire de comandante de abordo. 

Sonreí "Genial" tenía que parecer amable, de otra forma me dejaría perdido por ahí a mi suerte y yo no sería capaz de encontrar el camino a mi salón "Soy Louis." 

"Lo sé" respondió, y adiviné que ella también estaba sonriendo y fingiendo, como yo "vamos"

Me tomó del brazo y caminamos juntos por los pasillos, los cuales ella dijo que eran blancos, y yo solo me di cuenta de que, también, eran muy muy ruidosos.

Pero está bien, me gusta el ruido. 

Ya que no puedo ver, he desarrollado más el sentido de la audición que ningún otro. Un simple susurro para mí es como un grito desaforado, y eso me fascina.

 Para mis padres siempre fue una desventaja ya que: 

A_ Cada vez que tenían peleas por dinero yo las escuchaba y luego me preocupaba.

B_ Siempre sabía dónde escondían los regalos de navidad.

C_ Nunca podían guardarme secretos de ningún tipo.

Y D_ Escuchaba a cada una de las mujeres que mi padre hacía gemir en la cama matrimonial, y se lo contaba a mi madre.

Supongo que, básicamente, les arruiné un poco la vida.

"yo sí" ♪ l.s. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora