♪ Bailes y drogas

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Las semanas pasaban tan rápido, que yo ya ni siquiera estaba enfadado con respecto a mi vida, ni siquiera atacaba a mamá con comentarios sarcásticos constantemente. Otra vez jugaba con mis hermanas, otra vez parecía sonreír. Otra vez, las cosas volvían a su sitio.

No estaba enojado ya por la transferencia de colegio, ni odiaba a cada persona en la institución.

Harry y yo comenzamos a salir. Primero, eran solo pequeñas citas.

Una tarde, fuimos a la heladería y compramos cerca de 3 cuartos todos con gustos diferentes que nunca habíamos probado. Él, con los ojos cerrados. Yo, simplemente siendo yo. Tomábamos la cuchara y comíamos de cualquier gusto, sorprendiéndonos con lo que nos gustaba y lo que no.

Finalmente, nos quedamos solo con el cuarto que tenía los típicos chocolate, menta granizada y dulce de leche, y regalamos el resto a unos niños que jugaban en la acera.

Otro día, decidimos ir a bailar juntos a una discoteca del barrio a la que, según dijo H, todos los estudiantes van todo el tiempo.

Para ser honesto, estaba bastante asustado de entrar a un lugar tan lleno de personas, tan lleno de ruido, monotonía, desastre. Me asustaba no tener control por los lugares en los que me movía.

Y yo nunca, jamás, ni en un millón de años, pedía ayuda. Desde el inicio traté de ser autosuficiente, odiaba sentir que necesitaba de otros, porque no lo hacía. Sin embargo, esa noche me aferré con tanto temor e inseguridad al brazo de Harry que casi lo rompo en pedazos. Esa noche, necesitaba que estuviese ahí, joder, necesitaba ayuda.

"Tranquilo" me había susurrado en el límite de la entrada, con cada una de sus manos haciendo círculos en mis antebrazos, mientras las luces ultravioletas y el neón se apoderaban de nuestros rostros que estaban de frente al club. "Estaremos bien"

Entonces entré, casi por él, para complacerlo. O quizás quería ver qué se sentía embriagarse tanto que no recuerdes lo que pasó.

Entramos al lugar, que (en mi imaginación) constaba de dos pisos, no enormes pero sí relativamente grandes, había sillones cubiertos con piel falsa desgarrada y muchachas semi-vestidas. Había drogas, botellas. Había música electrónica, desprecio, desinterés. Había olor a sexo, y había amor.

Pero sí, eso era en mi imaginación. Probablemente era solo un boliche, Louis, ya calmate.

Busqué a tientas a Harry en la oscuridad, sacudiendo mis brazos como un idiota. De repente, sentí dos manos en mi estrecha cintura que no pude identificar. "¿Hazza?" inquirí, no muy seguro, pero no obtuve contestación.

Me preocupé bastante al sospechar que estaba en un lugar desconocido, en las manos de un completo extraño (o extraña, aunque parecían más bien manos masculinas, solo que excesivamente bien cuidadas). Pero todas mis preocupaciones se desvanecieron cuando me sentí en el centro de la pista de baile, o al menos cerca. El extraño estiro más sus brazos alrededor de mi cintura, casi abrazándome, y posicionó su cabeza en mi cuello.

De pronto, como si el diese una orden con su movimiento de caderas, "Where Are Ü Now" de Justin Bieber comenzó a sonar en los parlantes. Lentamente, se movía contra mi cuerpo, tan experto que me hizo parecer un niño.

Acompañando sus movimientos, empecé a balancearme de lado a lado, despacio. A mi alrededor, el calor de los cuerpos era abrazador y dulce. Harry cruzó mi mente por un momento y me pregunté ¿Dónde está? ¿Qué está haciendo? ¿Debería ir por él? No, él debería venir por mí.

Pero todo eso voló lejos de mi mente cuando de repente oí ese "Where are u now that i need you?" y la parte rápida del tema retumbó en todo el lugar.

El desconocido, moviéndome dulce y divertido para un lado para el otro, bailando cerca de mí, alejándome y acercándome a su cuerpo. Saltando, gritando. Su voz, entremezclándose tanto con las de las otras personas que casi no podía divisar cuál era la de él.

Cuando la parte rápida volvió, estuvimos de frente. Habrán sido minutos, pero para mí fue como una milésima de segundo.

"I gave you the key when the door wasn't open, just admit it

See, I gave you faith, turned your doubt into hoping, can't deny it"

Cantó Justin, y entonces Él me pegó a su pecho.

"Now I'm all alone and my joys turned to moping

Tell me, where are you now that I need you?"

Mis manos, en su cintura. Las suyas, jugueteando en mi cabello.

"Where are you now?

Where are you now that I need you?"

Mi cabeza reposaba tranquilamente en su pecho.

"Couldn't find you anywhere

When you broke down I didn't leave you"

Mi corazón iba a mil por hora, mientras seguíamos moviéndonos con el lento pero agradable compás de la música.

"I was by your side

So where are you now that I need you?"

Se separó un poco de mí, a penas lo suficiente como para pasar el dorso una de sus (entonces supe) ásperas manos por el costado de mi rostro, acariciándolo desde la frente hasta la barbilla, y estremeciéndome

"Where are you now that I need you?"

Me detuve por un minuto a entender la letra que sonaba, cerrando mis ojos ante su tacto y Él, dejando el más precioso de los besos sobre mi frente, desapareció tan repentinamente como había aparecido.

Por el amor de Dios, ¿Cómo un total extraño podía haberme hecho sentir de ese modo tan mágico?

Me permití disfrutar de la siguiente melodía que se escuchaba (una canción de The Weeknd realmente pegadiza que me encanta), tambaleándome ante cada nota, sin tener idea de donde estaba, y sin que me importara.

No sé cuánto tiempo pasó, porque aquella sonata parecía ser eterna, pero la fuerza abrazadora de las manos de ese mismo extraño (solo supe que era él) me arrastró por los hombros hasta que estuve aprisionado entre él y una pared.

De pronto, unos labios desesperados y hambrientos golpearon con estos inexpertos y fríos que yo llevo, atrapándolos. Su lengua y su saliva se entremezclaban con la mía y de pronto, sentí un sabor amargo en la garganta. Nos separamos, y ahí entendí; más tarde aprendería que lo que me había dado era MD, un tipo de éxtasis.

Estuve a punto de detenerlo para que no se marche, y entonces oí la voz que ya comenzaba a añorar susurrarme al oído "¡Ahí estás, tú!"

Sonreí de lado y asentí.

"¡Bailemos, Louis!" gritó por encima de la estruendosamente aguda voz de Grimes en los altavoces, y (tal vez porque los cristales ya estaban haciendo efecto) yo alaridé un "¡SIIIIII!".

Me tomó de la mano y me arrastro hasta la pista, donde en mi mente comenzaban a haber imágenes raras, más de las debidas.

Mientras bailaba con H, flores de colores y cintas doradas parecían decorar las sombras que usualmente veo y, por un momento, creí ver un par de ojos verdes con unas pestañas delineadas, abriéndose y cerrándose sobre una boca de sandía que cantaba en la oscuridad.

Y me dije a mí mismo que era imposible, pero hasta el día de hoy podría jurar que esa noche, en ese club cualquiera y drogado como la mierda, vi a Harry Styles, danzando pegado a mí con una sonrisa arrogante y hermosa., y fue como ver el primer destello de luz tras años de oscuridad.

"yo sí" ♪ l.s. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora