Todo estuvo bien durante un tiempo.
Fue todo diversión y juegos, algodones de azúcar. Todo inocencia, dientes, labios, lenguas y manos.
Todo amor adolescente, del estilo que jamás había conocido o deseado conocer en el pasado.
Éramos Louis y yo tendidos en la plaza, besándonos lentamente con los ojos cerrados, un suspiro escapando de esa boca tan linda que tiene. Mi corazón latiendo rápido contra su pecho, y mi mano cuidadosamente en su nuca, acercándolo.
Nos separaríamos para quedarnos mirándonos el uno al otro, fijamente. Y entonces, nada era incómodo. Parecía como si hubiésemos estado juntos desde el primer día en que lo conocí.
Éramos nosotros acostados en su sofá un viernes por la tarde luego del colegio, mirando alguna empalagosa película al azar.
Y era él, mirando embelesado la pantalla con orbes bien abiertas, gesteando "¿Te has dado cuenta de cómo todas las historias esconden en el fondo una historia de amor?"
Y era yo, contestando con los ojos brillosos al mirarlo porque si había algo que para mí era indudable, era su belleza. "¿Incluso las de guerra?" preguntaría, en tono más curioso que desafiante. Me encantaba verlo expandir sus ideas, sabía que eran espectaculares a pesar de la vergüenza que a él le daban.
"Especialmente las de guerra" me daría en contestación el ojiazul, sonriendo fervientemente con sus piernas cruzadas en loto. "El amor es la batalla más sangrienta de todas, nene." explicaba "Ha dejado herido a más de un corazón, y llevádose consigo a millones de enamorados soldados."
Fueron tan eternos los segundos desde que pensé en cuestionarle "¿Crees que nosotros también nos enamoraremos?" hasta que de hecho lo hice.
Él sonrió en ese momento. Justo al escucharme. Sonrió con una pequeña tosecita, como si fuese un raspido de su garganta. Sonrió como burlándose, casi como si hubiese sabido que estaba en la duda entre si hacerle esa tonta pregunta, o no.
Sonrió porque, a pesar de que fingiese que no, él ya estaba enamorado de mí.
"¿A caso quieres morir?" me devolvió.
"Quizás." Me encogí de hombros, hundiéndome en su regazo y mirando hacia arriba, a su mentón.
"Bien" murmuró con su boquita, mientras también así lo hizo con sus delicadas manos, bajando su mirada hacia la mía por unos segundos "enamórate de mí, entonces."
Lo miré fijo, seria, muy seriamente. Sentí una opresión inmensa en mi pecho mientras decretaba genuina furia a través de mis ojos. Y luego, simplemente sonreí para decirle. "Yo no me enamoro nunca."
Movió su cabeza al frente, incluso pensando que no podía ver las imágenes en la pantalla, oía cuidadosamente cada línea de la película y la comprendía. Incluso debatíamos sobre los finales y las malas actuaciones a veces. "Te apuesto a que lo harás."
"¿Ah sí?" asintió "¿De ti?" asintió de nuevo "Te apuesto que no."
"Bueno."
"¿Y qué apostaremos?" me surgió dudar.
"Desde luego, nuestros corazones" moduló perfectamente. El lenguaje de señas de Louis había mejorado notablemente desde que empezamos a salir. Practicábamos juntos. Yo le acomodaba las manos de las maneras correctas con suma suavidad, y él lo entendía todo. "¿Qué otra cosa sino estaría en juego al amar?"
Otra vez la tristeza me invadió, y sentí la urgencia de cambiar de sujeto, de tema, de vida. De no tenerlo cerca, porque me volvía loco. "Más vale que no estés esperando que literalmente me arranque el corazón y te lo entregue porque eso sería desagradable, Tomlinson." Traté de bromear. Mis manos temblaban.
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"yo sí" ♪ l.s.
FanfictionAU donde Louis es ciego y Harry es sordo. Sin embargo, Louis es el único que ve ralmente a Harry, mientras que Harry escucha a Louis mejor que cualquier otra persona. " llega un momento en que un hombre ciego toma tu mano y dice : ¿no lo ves? " -h.s...