"yo sí" ♪ l.s.

♪ Intento fallido y fallo exitoso

Cuando salí corriendo de la casa de Louis, me sentía un completo idiota.

Pero bueno ¿qué podía hacer? 

La llamada que había recibido de Gemma era para que viese que tenía un mensaje. El mensaje decía "Z está aquí"

Mi corazón se había detenido al leer eso, y había tenido que inventar una excusa para marcharme. 

Medio caminando, medio volando sobre el asfalto todo el camino a casa.

Cuando abrí la puerta, me topé con su huesudo trasero descansando sobre mi sitio en el sillón.

Él señaló "Oh, Harry, debes ser tú. Gemma me estaba contando sobre tu adorable relación con éste chico, Louis." tomó un sorbo de su té, pretendiendo delicadeza y formalidad. Lo detesto. "Se oye fantástic-"

"Lo es." dije yo, antes de que pudiese terminar, expandiendo la puerta detrás mío al tiempo que lo arrastraba para que saliese del sillón y luego de la casa. "Gracias por cuidar de él, Gem." espeté antes de dar un portazo.

"¿¡Quién te crees que eres para venir a mi casa, a hablar con mi hermana, como si todo estuviese bien, como si no hubiera perdido mi tiempo y mi energía y un importante trozo de mi juventud adorándote y siguiéndote como un perro y arruinándome contigo!?" grité, furioso conmigo y con él y con el mundo, porque siempre había tenido una cosa por Zayn. Una atracción inevitable. Algo.

"Chill out" leí en sus labios, imaginando un acento londinense. Se cruzó de brazos, y sonrió. Su campera de cuero brillante contra su blanquezino cabello. "¿No le has dicho al pequeño y perfecto novio sobre tu enorme y horrible padre viniendo a verte, verdad?" 

"G-gemma te contó qu-" tartamudeaba.

"Lo vi saliendo de aquí. He visto fotos suyas." enseñando un poco sus dientes, se inclinó hacia adelante y acarició mi mejilla con el dorso de su mano. Yo cerré mis ojos, con dolor, y puse mi palma alrededor de su muñeca, manteniéndola ahí.

"No puedes hacerme ésto" susurraba mientras sentía lágrimas abotonándose en el trasfondo de mis párpados.

"Puedo hacer lo que quiera ¿recuerdas?" dijo, sin intención de que yo entienda, pero lo hice.

Y recordé todo el tiempo que pasábamos drogándonos juntos, saltándonos clases. Incluso escondiendo éxtasis y cocaína en botellas de agua para poder llevarlas a clases. Picándonos en los baños del Instituto. 

Recordé cuando él se fue, y cuan roto estuve entonces. Por cuánto tiempo.

Como mi hermana me encontró solo, llorando en un cuarto de hotel, con una chica sordomuda que solía ser nuestra amiga teniendo una sobredosis sobre la cama, mientras Zayn había salido corriendo hace horas ya. Habiéndome dejado ahí, diciéndome que si no huía con él no podríamos volver a vernos. 

Recuerdo la desesperación y el dolor y lo tóxicos que éramos el uno para el otro, incluso después de tanto tiempo.

Él puso su frente contra la mía, y dejé caer nuestras manos a nuestros costados. "Él no es como tú, H. No te entiende como yo" señalizó.

"No, el no es como tú..." murmuré yo "Por ti, soy débil."

Una lágrima bajó por mi mejilla mientras él acercó sus labios un centímetro hacia los míos, y antes de que llegase a tocarlos, susurré sobre su aliento "Pero gracias a él soy fuerte" me alejé de él con violencia y una lágrima colgando "Esa es la clase de amor que yo deseo. Ahora, vete a la mierda, por favor." terminé indicando con la cabeza la dirección hacia su casa. 

Creí oír el sonido de un sollozo en la distancia mientras mi viejo amor trataba de desaparecer. Pero nada era más importante entonces que llegar hasta Louis.

Una vez en su casa de nuevo, me informó que sus Lottie y su novia se habían ido, y que teníamos la casa para nosotros solos.

Postrado en el marco de la puerta, perdido en sus ojos desnudos a pesar de mí mismo, le confesé "Mi padre estuvo en mi casa hace algunos días y he tardado en decírtelo porque creí que odiarías saber que vengo de alguien como él. Pero estaba equivocado. Sé que me aceptas por quien soy y te amo por eso, y nunca jamás volveré a ocultarte algo otra vez y-" 

Antes de que pudiese terminar de hablar, sus manos atracaron mis mejillas mientras su boca descocía la mía ferozmente. Al separarse de mí me miró, y me vió, sin verme, mejor de lo que nadie me había visto nunca antes. 

"Entra" indicó "y cuéntamelo todo, amor."