♫ "Never Ending."

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Tenía las piernas demasiado flojas. Los ojos demasiado perdidos, y abiertos, realmente abiertos. Como huevos. Tenía las manos demasiado muertas agarrándose a las puntas de mi abrigo. Tenía esa jodida quemadura de cigarrillo demasiado a flor de piel. La cabeza demasiado adolorida, tanto que parecía que un enano dentro de ella me daba fuertes golpeas, intentando salir. Tenía los pensamientos demasiado arrugados como para darme cuenta de lo que estaba haciendo cuando di vuelta a la manzana, en esa esquina que tiene esa casa que es muy, muy gris, y luce abandonada, pero cuyas enredaderas con más hermosas que cualquier otras en el barrio. 

Flores rosas colgaban por el muro y hacia abajo, permitiéndole a la gente tomarlas si quisiera. Yo siempre quería. 

Pero no presté atención a eso. 

Ni presté atención a mi cuerpo, el cual colisionaba con el de otro ser humano.

No presté atención a sus anteojos cuando vi en el suelo.

Y no, no estaba prestando atención cuando dije "Oh, disculpe. Lo siento"

Porque si hubiera prestado atención, me habría callado la boca. Habría evitado hablar. Y, evitando hablar, hubiera evitado que él lo notara.

Pero no lo hice.

Y fue tarde para reaccionar cuando abrió sus azules ojos inmensamente y dudó, solo un segundo, antes de mover sus labios.

"¿Harry?" 

Mierda. Que doloroso era que conociera tan perfectamente mi voz. 

Ni siquiera necesitó una confirmación de mi parte para abalanzarse en mis brazos. Me abrazó tan, tan fuerte. Un brazo alrededor de mi espalda, el otro en mi cuello. Mi rostro apretándose contra su hombro pero ya nada importaba. Yo solo sonreía, porque mierda, mierda mierda y más mierda. ¿Cómo es que este inútil estaba ahí, sin ser llamado, cada jodida vez que lo necesitaba?

Empezó a separarse de mí, casi imperceptiblemente, pero no lo dejé moverse un centímetro.

"Solo." murmuré en su oído, con una voz extraña por mis labios contra su piel. "Solo un poco más." 

Lo oí respirar en mi cuello. Sonreír en mi cabello. Y era tan, tan hermoso.

Cuando finalmente lo dejé ir fue cuando contemplé lo que rompió mi alma; su remera estaba corrida, dejando ver marcas en su abdomen. Alcé la vista, preocupado, y en sus ojos había agua. 

Solo agua.

Pero no, no era porque fuesen azules. Era porque estaban tormentosos, repletos de emociones y de gente perdida, como el mar. 

Solo agua y mierda.

Estábamos ahí, parados. Y solo temblábamos y él no lloraba. Era como si su imagen se hubiera congelado delante mío y yo estuviese siendo obligado a ver a ese maravilloso ser romperse internamente frente a mis ojos.

Y yo solo- Quería sostenerlo entre mis manos. Quería tenerlo cerca una vez más. Solo quería no alejarme nunca más de él porque por alguna razón, desde que se me informó que un tal "Louis Tomlinson" sería mi compañero, supe. Yo solo supe. Y él era tan jodidamente frágil y yo quería tocarlo. Quería tocarlo en lugares que nunca había sido tocado antes y quería conocer cada centímetro de él. Y quería besarlo. Quería besarlo con tanta, tanta devastadora furia.

Así que lo hice.

Solo suspirábamos pesadamente y nos mirábamos a los ojos, y el tiempo volvió a correr cuando mis labios tocaron los suyos. Como si fuésemos los dueños de todo lo que sucedía en la galaxia por el poder que nos conferían nuestras bocas.

Me apresuré sobre él, depositando una mano en su nuca y la otra en su cintura, presionándolo contra la pared cubierta de Enamoradas del Muro de diversos y preciosos colores. 

Y tal vez fue mi imaginación, pero se sintió como si en el momento exacto en que yo avancé hasta él, él hubiera avanzado hacia mí. Como si supiésemos que eso iba a pasar antes de habernos encontrado siquiera.

Él me correspondió, tan rápidamente que terminó comandando el beso.

No hubo lenguas, ni dientes, ni saliva. Solo eran nuestros labios, exageradamente heridos y resecos por el humo. Y no es por ser poeta, pero sabía a atardecer.

Dolía. Dolía tanto que bien pudiésemos habernos besado eternamente porque era un dolor tan precioso. Y no sé cuándo fue que noté que mis mejillas estaban tan empapadas como las suyas, o que nuestros cuerpos temblorosos estaban más pegados de lo humanamente posible.

Me dolían los huesos y me dolía el pecho y me dolían las manos, y los labios de Louis decían ser la única redención para todo ese dolor. Lo único que frenaba mis pensamientos.

Pero entonces él me empujó lejos. No tierna, ni dulcemente. No para tomar aire. Me empujó lejos y tropecé con el cordón de la vereda. Antes de poder seguirlo, ya se había ido. Corriendo, con sus manos apretando la correa de su bolso y sus ojos lagrimeando. En el camino, si notarlo, dejó caer su chaqueta de jean, y la tomé. 

La tomé y me la puse. Tan apretada y bonita y con olor a lavandas.

Tampoco volví a casa esa noche, solo me hice un bollo en esa misma esquina y lloré, presionándome a mí mismo contra la chaqueta. No paré de llorar desde que se fue. Honestamente, creo que sigo llorando hasta ahora.




Hola manzanitas ¿Cómo les baila? 

Quería decirles, como siempre, que gracias, y que decidí que voy a elegir a gente que comente y vote mucho para dedicarles capítulos, so you know. 

P.D.: el nombre del capítulo es por una canción del nuevo álbum de Rihanna. Puede que aparezcan otros capítulos con títulos de canciones para ambientar y expresar puntos de vista de los personajes y bueno, míos. No voy a explicar la elección de canciones, para que cada uno interprete como quiera.

P.D.2: ya sé que son todxs unxs pervertidxs pajerxs y que les encanta el smut, pero sean pacientes. está en camino ;)) 

Espero que estén bien y que no hayan tenido que someter sus ojos al "sextape" de "Briana", ahre.

All the massive love.

Luna, xx.

"yo sí" ♪ l.s. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora