♪ Amaneceres y suspiros

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Cuando salimos del pub esa noche, ya no era de noche.

Era de madrugada, y lo supe por las voces de las aves y el caliente aire matutino que me llenaba.

"Es una mañana preciosa ¿Sabes? Apenas está subiendo el Sol." Había dicho Harry, con sus manos en mis hombros. "Deberíamos ir a algún sitio a ver mejor el amanecer."

Asentí y lo tomé de la mano, más o menos consciente de la ubicación geográfica en la que estábamos.

Caminamos una, dos, tres, ocho cuadras.

Yo me tambaleaba y reía, con la droga todavía en mi sistema, de la cual había tomado una segunda dosis más tarde.

Me preguntaba ¿Harry estaría tan drogado como yo?

Me respondía Sí. ¿A caso no vez como el idiota tropieza con sus propias palabras?

Llegamos hasta una plaza que yo conocía y él me llevó hasta arriba de un pequeño monte de hierba desde donde el astro rey seguramente se veía precioso.

Mierda, a veces verdaderamente deseaba poder ver. Poder verlo. Poder mirarlo.

Una vez arriba de la colina, con nuestras respiraciones agitadas, nos dejamos caer entre la arena y el pasto que la recubrían. Yo estaba tan cansado, que nada parecía importarme.

Me quise recostar hacia un lado, exhausto, y caí sin quererlo sobre las piernas cruzadas de Harry.

"L-lo siento" murmuré. Pero él solo depositó una de sus manos sobre mi pecho y empezó a dibujar lindas formas sobre él. Sonreí, cerrando mis ojos casualmente, con batidas pestañas.

"El cielo está entre un rosado rojizo y tonos de naranja, el Sol parece una inmensa bola de fuego y las nubes, apenas molestan, con colores lilas y amarillentos." Suspiró. Suspiré. "Es como una pintura, o quizá una poesía..."

Lo dejé que siguiese hablando, describiendo como los pequeños en uniformes de colegio privado eran arrastrados por sus madres hasta las puertas de la escuela.

Como había una nube que se parecía a su madre.

Lo dejé hablar por horas sobre cómo se veía cada persona que pasaba, y la historia que contaba su mirada.

"¿Te estoy aburriendo, Lou?" preguntó, compungido, mientras corría mi flequillo de mi frente con sus manos. Yo, que aun seguía recostado sobre él, me incorporé un poco para arrancar algunos yuyos y escribir sobre la arena mojada un "Nunca."

El tiempo pasó, y antes de lo esperado, el sobrio calor de los rayos de Inti irradiaba en mi rostro.

"Te vez bonito bajo ésta luz" susurró Harry, y se tapó la boca inmediatamente, agregando un tímido "lo siento".

Apuesto a que el bobo se sonrojó.

Me enderecé de pronto, y limpié el "Nunca" que había garabateado sobre la arena para remplazarlo con otro texto.

En él (si, con suerte, el éxtasis me dejó escribir de manera respetable) se leía "¿Puedo tocarte, Harry?"

Luego de escribir llevé mis manos hacia mi regazo, avergonzado. "Yo solo- solo quiero saber cómo eres" hablé bajito, incluso sabiendo que no iba a escucharlo, quise decirlo.

Luego, como de la nada, sus manos tocaron las mías. Era un contacto familiar, casi que al que estaba acostumbrado. Me sobresalté, y él se movió calmo.

E l silencio y las cigarras se apoderaban del parque, parecía que éramos las únicas personas despiertas. Las únicas personas vivas.

Guando mis ambas palmas hasta sus mejillas, tiritaba. Cuando por fin llegué, el dejó caer sus brazos a sus costados, y aproximé mi cuerpo un poco al suyo.

Yo, en mis rodillas. Él, todavía sentado en posición de indiecito (y aun así, más alto que yo).

Lo toqué como si fuera una experiencia sagrada. Recorriendo con mis pulgares sus pómulos, apenas hundidos. Sus labios tan voluminosos e ideales, dibujaban una extensa y bien hecha línea, y cuando le hice cosquillas con el roce, se curvaron hacia arriba, dejando me palpar esa sonrisa, con un borde más alzado que el otro. Su mentón rígido parecía invitarte a perder la cordura, y su delgada nariz, haciendo juego. Pasé los índices por los párpados y acaricié esas largas pestañas que daban escalofríos. Era perfecto. Tanto como lo había imaginado, y aun más.

Con las manos a ambos costados, en sus cachetes, un "Eres perfecto" se me soltó de los labios, y él lo comprendió, porque bajo mis dorsos se removió la piel, haciéndose para arriba en una sonrisa.

"No lo soy." Concluyó, tomando mi mano y alejándola tiernamente de su cara, haciéndole mimos con su dedo mayor "Soy un desastre y yo- creo que deberíamos irnos."

Se paró, apoyando una de sus manos en el piso para hacerlo, y me extendió la otra para ayudarme a levantarme. Lo miré extrañado.

"La pasé de maravilla, nene" habló, dejándome con un beso fugaz cerca de la comisura izquierda y una incomprensión inmensa.

Quise correr tras él. Quise tomarlo de la mano.

Quise decirle que se detenga y me acompañe a casa. Pero no lo hice.

Supe entonces que algo había pasado. Un mal movimiento, una conexión mal hecha en su complicada cabeza que yo no terminaba de comprender.

Supe que lo que había pasado, no era algo bueno. Y tuve de pronto esa fea sensación de duda que me indicaba que esto no se repetiría, que tal vez Harry y yo ni siquiera nos volveríamos a ver.

Lo sentí distante mientras lo imaginaba alejándose caminando, tanto que estoy seguro de que no podría haberlo alcanzado ni con las piernas más veloces.



Escribí esto escuchando "Pillow Talk" por enésima vez en el día. ya me aprendí toda la letra chau

 ¿la escuchaste? ¿que te parece?

Luna ,xx.


"yo sí" ♪ l.s. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora