Cuando, tomados de la mano, caminamos puertas hacia afuera, ni siquiera un profesor o un guardia se acercó a preguntarnos qué sucedía. Me sentí alegre, ya que nunca me había escapado antes, y el hecho de que fuese así de fácil mejoró todo.
Ambos conocíamos el camino hacia la parada de autobús, ya que lo tomábamos juntos. Y ahora que lo pienso, creo haberlo oído hablar un par de veces durante el verano antes de conocerlo oficialmente.
Me encogí de hombros pensando "supongo que estábamos destinados a conocernos".
Caminábamos en silencio, conscientes de que era complicado para nosotros comunicarnos estando en movimiento.
Hasta que de repente, ese maravilloso silencio se quebró por un alarido divertido por parte de la boca de mi rizado chico "¡ES EL AUTOBÚS, LOUIS! ¡SE ESTÁ YENDO!" y antes de que pudiese terminar de decirlo, los dos corríamos alocadamente para alcanzarlo.
Sosteniendo nuestras manos entrelazadas en alto a la altura de mi nuca, mientras él me guiaba para que no me chocase contra un poste de luz o algo así (cosa que, por cierto, me ha sucedido más de dos veces).
"¡POR FAVOR, PARE!" Gritó una y mil veces H, pero por lo que oí, el bastardo del colectivero no lo hizo "¡PÚDRASE, ESCLAVO FASCISTA!" lo escuché decir, al tiempo que me di cuenta de que a cada minuto me agradaba un poco más este peculiar muchachito.
Sonreí amplio, ladeando la cabeza cuando imaginaba la tonalidad de sus ojos. Puse mi mano libre, que era la derecha, sobre su pecho, para calmar un poco su agitada respiración. Él tomó largas inhalaciones entonces, ayudando en la misión de relajarse, y esperamos en ese lugar parados cerca de cinco minutos, que se sintieron como un millón de vidas enteras, pero no incómodas o tediosas, sino de esas vidas que darías todo por volver a sentir.
Estiré mi mano para frenar el coche cuando lo escuché venir, y él se rió, supuse que porque quizás el colectivo ya había parado y yo solo agitaba mi mano en el aire como idiota.
"Ven" me dijo y me tomó de la cintura. Con su ayuda, subí primero, y le entregué la tarjeta.
Una vez que pasamos, puso una mano sobre mi hombro y me llevó hasta un asiento en la parte de atrás. "¿Te importa si tomo el lado de la ventana?" consultó, tan educado, y negué con la cabeza, haciendo una sonrisa sarcástica como queriéndole decir 'me da igual, de todas formas no puedo mirar hacia afuera'.
Pensé por un segundo en lo afortunada que es la gente que puede asomar su cabeza a través de un vidrio entre abierto y ver al mundo moverse mientras está quieto, o sentirse moviéndose cuando el mundo es el que está estático. A veces, los placeres cotidianos de la vida son menospreciados por los que están acostumbrados a ellos, pero ver a alguien a los ojos cuando lo besas, escuchar la risa de tu hermano, poder cantar una canción, son lujos que algunas personas, como nosotros, no pueden darse. Y sé que suena a cursilería cliché, pero hay que estar agradecidos por lo que tenemos, en lugar de apenados por lo que nos falta.
Su voz me hizo olvidar todo aquello en lo que pensaba, y es que era tan melodiosa.
"Estamos pasando por un lugar repleto de árboles, es como un túnel." Comenzó, y no pude evitar volver a sonreír. Desde que lo conocí, es prácticamente lo único que hago, y eso no es normal en mí.
"A ambos lados de la carretera, que es gris y tiene líneas amarillas en el centro, hay árboles de cerezo en flor. Sus flores son rosadas y rojas ¿puedes olerlas?" asentí "Huelen como el amor y las noches de verano. Oh, Louis, son preciosas." Se quedó callado por un rato, y retomó diciendo "Lo siento tanto" entre lo que parecían ser pequeños lloriqueos "Siento que no puedas ver los cerezos" se lamentó, moviendo una mano desde el costado de su cuerpo, donde rozaba con la mía, probablemente hasta su boca.
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"yo sí" ♪ l.s.
FanficAU donde Louis es ciego y Harry es sordo. Sin embargo, Louis es el único que ve ralmente a Harry, mientras que Harry escucha a Louis mejor que cualquier otra persona. " llega un momento en que un hombre ciego toma tu mano y dice : ¿no lo ves? " -h.s...