Todo el camino de vuelta a casa de Louis fue silencio cuando despertamos, por la mañana.
Él se bajó rápidamente al llegar a la orilla, y se apresuró cuando volvimos caminando.
Él cerró la puerta de su casa con un golpe seco, para luego volverla a abrir y avisarme con sus manos que tenía demasiada tarea.
Pero no era verdad.
Lo vi en sus ojos, que aunque no veían, eran vistos. Cargaban dolor.
Y cuando el cerró la puerta, yo dejé descansar mis temblorosas manos sobre ella, preguntándome ¿qué pasaría ahora? ¿qué había pasado hasta ahora?
Ya no podía entender nada.
Volví pateando piedras todo el camino a casa.
Mirando al cielo.
A mis costados con nerviosismo.
Repitiendo alguna canción vieja en el fondo de mi mente.
No quería volver a mi casa.
No podía volver con Louis.
Y no. Definitivamente, ir a ver a Zayn no iba a ser la solución. Solo otro problema.
Fue entonces cuando me golpeó, el simple pero hiriente echo que nadie quiere enfrentar: estaba solo.
Había estado solo durante mucho tiempo ahora.
Pero, al menos, antes de estar con Louis, tenía amigos drogadictos con los que pasar el rato. Antes de Louis, tenía toda una vida desastrosa.
Relaciones tóxicas con personas tóxicas que solo me llevaban a intoxicarme a mí mismo, cada vez más.
Y por eso tenía tanto miedo de estar con él, porque me hacía mejor.
Mejor persona, mejor hombre.
Eso me volvía loco.
Porque nunca me había creído merecedor de lo que las personas buenas son merecedoras. Nunca había creído valer lo suficiente.
Pero Louis, él no me atraía por los mismos motivos que Zayn.
No quería su oscuridad. No quería de él, todo lo peor. No era un amor de telenovela. Louis no era un chico perdido. Louis era la luz. Era todo lo bueno que había en mí.
Desde el momento en que lo vi, la primera vez, vi amabilidad en sus ojos a pesar de que estuviesen muertos por dentro. Y eso me rompió el corazón. Pero también, de alguna sublime y dolorosa manera, lo reparó.
Y por eso lo necesitaba conmigo. Por eso me había vuelto dependiente de él. Por eso sentía que mi cuerpo estallaba por dentro cada vez que estábamos juntos. Por eso había aceptado su cuerpo; no porque solo me interesara tener sexo con él, sino porque quería tenerlo todo con él. Quería más de él, constantemente.
***
Esa noche, volví a casa con los ojos rojos de tanto llorar.
Al llegar, vi a Gemma a través de la ventana de la cocina, haciendo todo tipo de ademanes, y, a juzgar por la marca fugaz de la vena en su cuello, gritando desesperadamente.
Esperé, con la llave puesta y la mitad de mi cuerpo dentro de la casa, a ver quién era la persona con la que mi hermana discutía. Luego de unos segundos, él se dejó ver, adelantando su cuerpo y tomándola por el cabello de la nuca, como solía hacer siempre. El nivel de odio que se desató en la boca de mi estómago cuando lo vi fue impresionante, casi ardiente.
Era mi padre.
Mi. Pa. Dre.
Mi padre, Des.
Solté todo el aire de mis pulmones mientras mis ojos se llenaban de lágrimas.
Mi padre, el que me abandonó.
Mi padre, el que nunca nos dio ni un solo centavo a Gemma y a mí para que sobrevivamos.
Mi padre, el culpable de que mi madre ya no esté entre nosotros.
Mi padre, el que me dejó sordo.
Mi padre, el que creí que estaba muerto.
Mi. pa. dre.
"¡Gemma!" grité, en un desesperado alarido, y caí de rodillas en la entrada, sin soltar la llave que colgaba de la puerta, reclinándome en mi brazo estirado para no caer.
Entonces, ambos giraron su cabeza y vinieron hacia mí, pero mi visión ya era borrosa. Todo dolía. Recuerdos del accidente, de los vidrios en mis labios y en mis oídos y en mi pelo. De cómo los doctores especulaban sobre la mejor forma de tratarme. Recuerdos de Anne, tendida en una cama a mi lado, agonizando. Y por último, recuerdos de Gem llorando al borde de mi cama, intentando explicarle a su hermano menor a través de una pizarra, entre lágrimas y titubeos, que podría no volver a recuperar su audición.
Ella se apresuró hacia mí, arrodillándose en el piso a mi lado y obligándome a levantar mi enrojecido rostro. "Oh, Harry" masculló al mirarme a los ojos, y se rompió en un abrazo sincero conmigo.
Estuvimos así tanto tiempo como nos fue posible. Tratando de evitar la realidad a toda costa. Tratando de evitarlo a él. Tratando de evitar pensar en cómo tanto mi vida como la de ella se habían ido a la mierda desde aquel día.
Cuando fue momento de levantarnos, caminamos juntos hasta el sillón, donde permanecimos tomados de las manos, al a espera de una explicación que pareció tardar siglos en llegar.
Él dijo algo que lógicamente no comprendí, y Gemma le gritó lo que pareció ser un "él no puede entenderte ¿recuerdas que lo dejaste sordo?"
Supongo que Des le pidió que me traduzca, porque eso fue lo que hizo. Él volvió a hablar, mientras ella hacía señas con sus manso en mi dirección.
"Nunca quise que las cosas fueran de este modo. Cuando bajé del auto y vi el estado en el que estabas, Harry, no cruzó mi mente ni por un segundo abandonarlos. Pero luego, cuando vi a tu madre, ella no estaba respirando, chicos, y sus ojos estaban abiertos, y me miraba juzgándome y yo-" comenzó a llorar, de una forma que me hizo sentir actos. De esa forma en la que lloran los violadores cuando juran estar arrepentidos por haber arruinado la vida de millones de jovencitas. "Me acobardé. Creí que me mandarían a la cárcel porque, bueno, estaba algo borracho ese día y no se supone que deba manejar así y-" él siguió hablando, pero Gemma ya no tradujo lo que él decía para mí. Ella cerró sus ojos con fuerza, y apartó la cabeza. Se mordió el labio por un instante, y cuando se dio la vuelta para ponerse de pie, su mirada estaba inyectada en sangre.
Señaló la puerta con el dedo índice, y aunque él trató de continuar explicándose, ella no le dio lugar. La palabra "vete" seguía leyéndose en sus labios, una y otra vez, y es que no queríamos nada de él.
No queríamos nada de nadie nunca más.
Su primer novio la golpeaba. Su primer novia la dejó por una modelo. Mi primer novio me había roto el corazón. Y Louis probablemente no querría volver a verme.
Esa noche, me dormí en el sillón sobre el pecho de Gemma, pensando en como todos los que entraban en nuestra vida, nos marcaban y se iban. Solo podíamos confiar el uno en el otro.
O así se sintió, por lo menos, durante todo el resto de esa semana en la que el amor de mi vida ni siquiera me llamó o envió un mensaje.
Así me sentía cada vez que Lou permanecía lejos mío; vacío.
ESTÁS LEYENDO
"yo sí" ♪ l.s.
FanfictionAU donde Louis es ciego y Harry es sordo. Sin embargo, Louis es el único que ve ralmente a Harry, mientras que Harry escucha a Louis mejor que cualquier otra persona. " llega un momento en que un hombre ciego toma tu mano y dice : ¿no lo ves? " -h.s...