♪ Deseos y Enfermeras

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Narra Louis, x.

Llegamos a la enfermería después de caminar un rato, y tenía un mal gusto en la laringe.

Ese sabor amargo que te deja el saber que algo injusto sucedió, y no hiciste nada para cambiarlo.

Ese mismo sabor amargo que había sentido cada vez que mi padrastro insultaba a Lottie, cada vez que agarraba de los pelos a Fizzy, cada vez que abofeteaba a mamá.

Ese mismo sabor que sentía cuando me insultaban en la escuela, y solo sonreía y me marchaba.

El que he sentido durante mucho tiempo, durante todo ese tiempo que permanecí siendo cobarde.

Cuando decidí ser valiente, las cosas no salieron mucho mejor.

Me había cambiado de colegio para que las cosas fueran diferentes, y ahora aparecía el estúpido Harry con su estúpido carácter amoroso y sus estúpidos brabucones personales que quiero destrozar.

Me refiero a que ¿por qué alguien querría lastimar a ese pétalo de rosa?

O bueno, quizás solo lo imaginaba más hermoso e incluso más amable de lo que era porque mi ceguera me lo permitía, quién sabe.

"Me pregunto qué tanto maquinaras en esa cabeza tuya" dijo en el que estaba pensando, desde la camilla.

Lo imaginé sentado, con los rizos alborotados, moviendo los pies en el aire como un bebé que no alcanza a llegar al suelo.

Solo sonreí, y emprendí la búsqueda de mi mochila. Cuando la sentí, la tomé entre mis manos y de dentro saqué mi anotador y mi birome negra.

Sin saber en dónde estaba escribiendo puse un "Nunca lo sabrás" y di vuelta la agenda, enseñándosela directo en la cara (o eso creo).

"¿Qué es lo que nunca sabré?" preguntó una dama que, supuse, era la enfermera, y ambos reímos.

"Perdone señora, le hablaba a él" me sonrojé y abracé mi cuaderno.

"Bien pequeño, en la cabeza solo tienes un golpe, pero la herida de tu mejilla es algo profunda, deberás cambiar el vendaje cada dos días y cuando te bañes ¿está bien?"

Harry asintió, antes de dejarme hablar para explicarle a la mujer que no podía oírla.

Escuché como se iba, y entonces el ruloso se acercó a mí y preguntó "¿Qué demonios acaba de decir?"

Rompí en una carcajada tan inmensa que tuve que arquear mi nuca hacia atrás, y cuando me recompuse lo sostuve del brazo de la misma forma en la que el a mí y anoté un "Solo vámonos".

Al enseñárselo, el muy obediente muchachito no tardó en arrastrarnos fuera de ahí.

"Louis, ¿vas a decirme lo que dijo la enfermera? Porque si dijo que solo me queda un día de vida todavía hay muchas cosas que necesito hacer" bromeó él cuando caminábamos por el pasillo.

"¿Cómo cuáles?" tracé, con la mejor letra que pude mientras estábamos en movimiento.

"Bueno" comenzó a hablar, y supe que se venía una aburrida lista de asignaturas pendientes como la que tienen todos los adolescentes de hoy en día. Suspiré, desilusionado "Quiero escaparme de la escuela sin razón aparente y tomar un autobús hacia algún lugar bonito. Siempre he querido viajar a Islandia y cantar una canción mientras veo las auroras boreales. Todavía no he tenido sexo, y tampoco he escuchado una canción completa de Melanie Martinez. Hay muchas cosas que tengo que hacer"

Sonreí abiertamente. La de Harry no era una lista aburrida, porque él no era aburrido. Él era especial.

Me paré en seco para poder redactar mejor sobre el papel que tenía entre manos "¿Sabes? Ella de hecho dijo que vas a morir mañana, asique supongo que deberíamos empezar"

"¿Qué?" lo escuché dudar.

Entonces aparté el cuaderno de mi vista y con mi boca le dije "Islandia queda demasiado lejos, pero tengo Cry Baby descargado en el iPod y una tarjeta de autobús en mi bolsillo de atrás" hablé calmado para que me entendiese.

No muy seguro de si lo hizo, saqué de mi jean la tarjeta y el dispositivo de música y se los puse delante, enseñando mis dientes "¿Vamos a cumplir tus deseos?"

Entonces el rizado bajó de mi brazo hasta mis nudillos y entrelazó nuestras manos, murmurando "Eres una pésima influencia, compañero"

Reímos, y sin importarme si lo era, tomé eso como un sí.




"yo sí" ♪ l.s. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora