Capítulo 9

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-¡MUEREEE! ¡No! ¡Nooo!... ¡MALDITA SEA!

-¡Yu Kwon! ¡Deja de maldecir!

-Lo siento mamá - me encogí apenado.

No sé cuantas veces mi madre se ha asomado en mi habitación a lo largo de los años para hacerme guardar silencio por estar peleando solo y maldiciendo mientras juego algún juego online, pero es que no lo puedo evitar, me meto en el personaje y me emociono, sobre todo cuando me están atacando como lo hacían ahora y el estúpido enemigo no se muere después de acribillarlo con mi metralleta. Es sorprendente que mamá no me prohíba jugar éstas cosas por ser muy violentas y porque pueden atrofiarme el cerebro pues se han visto casos de chicos que llevan esto a la realidad, buscan un arma y matan a cualquiera que encuentran en la calle creyéndose estar dentro de un juego, pero para eso hay que estar bien trastornado y tener algún problema mental; yo puedo estar no tan estable emocionalmente pero nunca llegaría a eso.

Cerré el juego, ya había perdido y cuando lo hago se me quitan las ganas de jugar. Dejé la laptop a un lado, ya había estado mucho tiempo con ella y el regazo ya me estaba sudando. Escuché el timbre de la casa sonar ¿Quien podría ser a estas horas de la noche? No le di importancia y me levanté aún con dificultad por el yeso que tenía que según ya dentro de tres días me lo retiraban. Mi madre volvió a asomarse a mi habitación y me anunció que tenía visita, eso sí que es extraño ¿Quién me visitaba? Entonces vi esa cabeza roja que nadie más tenía, quería lanzarmele encima sin importar que mamá estuviera allí y ahorcarlo. Maldito descarado, después de lo que me hicieron ¿Cómo se atreve a venir a mi casa como si fuéramos amigos o tan sólo buenos compañeros de clases? Aunque gracias a él H.I dejó de patearme aquella noche pero lo hizo muy tarde ya cuando estaba muy mal herido por lo que no se merece que le agradezca. Mamá lo dejó pasar a la habitación y se retiró.

-¿Cómo estás? - me miró la pierna enyesada y luego a mi.

-¿Qué haces aquí? ¿Me espías en mi propia casa para ver que pueden usar en mi contra?

-¿Por qué eres tan desconfiado?

Me reí, alto e hipócritamente para burlarme ¿De verdad estaba escuchando bien o debo limpiarme los oídos?

-Tú sí que eres cínico de verdad - negué indignado con la cabeza - Será mejor que te largues ahora o si no te saco a patadas.

-¿Y cómo harás eso? - arqueó una ceja.

-Puedo usar la otra pierna. Ahora vete - alcé la muleta señalando la puerta, casi dándole en la cara a Ji Hoon.

Él no dijo nada y salió de la habitación. Lancé las muletas con rabia, causando un estruendo metálico al chocar contra el suelo y me dejé caer sentado al borde de mi cama, con mis manos sobre mis rodillas, clavándome los dedos con ganas de lastimarme, de lastimar a alguien. Sentí una punzada en la rodilla derecha en donde tengo el yeso pero no quité mi mano y no sé si fue por el dolor de la misma o por la impotencia de haber visto a ese descarado y mentiroso de Ji Hoon aquí en mi casa, que una lágrima se escapó por uno de mis ojos. Me la limpié bruscamente y otra salió, y de nuevo otra y otra y así hasta empaparme las mejillas. Me tendí de espaldas sobre la cama y cubría mi boca para no dejar salir ningún jadeo mientras lloraba ¿Hasta cuándo seré tan débil? ¿Porque algo como una simple visita de ese patán me quiebra tanto? Me duele el hecho de haberme ilusionado como un imbécil con Ji Hoon, creyendo que era mi amigo y después que me haya traicionado, se haya burlado de mí y haya tan sólo observado cómo casi me mataban a patadas a pesar que después detuvo a H.I... Y lo peor, que haya venido hasta aquí ¿Que pretendía? ¿Decirme que se sentía mal por lo que me hicieron? ¡Já! Como si le fuera a creer. Quizás no es un maldito despreciable tan grande como H.I pero sí que lo es, pero más que eso es un cobarde.

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