Chat Room

Capítulo 7

¿Que se sentirá ahogarse? Que el agua entre por tus fosas nasales y boca e invada tus pulmones, acortándote la entrada de oxígeno hasta que desaparece por completo y mueres. Me pregunto qué sentirán aquellos que naufragan, caen de un barco en una tormenta o simplemente se ahogan en una piscina por presentar un calambre en su pierna ¿Será verdad eso de que antes de morir toda tu vida pasa por delante de tus ojos como un fugaz flash antes de apagarse todo? ¿Qué pasaría en mi película? Tantos horribles momentos que preferiría no volver a ver y quedarme dormido de una vez... ¿Pero por qué pienso esto ahora? Son cosas que llegan a mi cabeza cuando despejo mi mente y me relajo un rato tomando un baño en la tina ¿Pero por qué cosas negativas y no positivas? Supongo que porque no las tengo. Desde qué mi depresión comenzó, lo único que podía y aun puede sacarme una sonrisa es cada vez que suben un nuevo capítulo de la serie que estoy viendo o leyendo, cuando gano una partida en un juego online o como mi comida favorita; ahora también cuando habló con Jaehyo... ¿Pero qué estoy pensando? Aunque es verdad, cada vez que hablo con él, se me sube el ánimo, cuando entro en el chat y me sale la notificación de que JH12 quiere iniciar una conversación conmigo, siento un frío en el estómago, pero uno bueno que se genera por la emoción de hablar con él, con mi único amigo. Muchas veces he hablado con desconocidos en internet pero siempre con mis compañeros de juegos, hablando sobre eso. Con Jaehyo es diferente, ha sido la primera vez que me he abierto a alguien y le he confiado libremente mis problemas y sentimientos sin ninguna vergüenza; él siempre me comprende y sabe cómo hacerme olvidarme de todo lo que me preocupa, supongo que porque somos casi iguales aunque estoy seguro que yo estoy peor que él. Jaehyo me ha contado de las presiones impuestas por sus padres lo que le hizo generar ansiedad pero a pesar de eso está haciendo lo que le gusta y se le nota feliz. En cambio yo, aunque estudio lo que yo mismo decidí, sigo sintiéndome miserable porque al parecer todo el mundo se puso de acuerdo para hacerme sentir así ¿Por qué no pueden darme un respiro?

Ahora estoy acostado en la bañera, con el agua hasta el cuello y sólo bastaría tenderme más hacia adelante para sumergirme por completo y sentir lo que es ahogarse, aunque yo ya me siento así, figurativamente. Cerré mis ojos y enseguida los volví a abrir, dudé pero levanté mis brazos frente a mí, contemplando las cicatrices en la piel. Las conté, seis en el brazo izquierdo y siete en el derecho, eso hace un total de trece; algunas se interceptaban con otras y habían dos que casi ya no se veían pero sabía que esas sombras quedarían allí, fueron las primeras que me hice. Intenté recordar a cual triste momento pertenecía cada una de ellas pero no recordaba, no quería hacerlo, la única de la que sabía era esa nueva que me hice hace poco. Baje los brazos escondiéndolos bajo el agua e introduje mi cabeza completamente, viendo las pequeñas burbujas que salían de mi nariz y boca, subiendo. Escuché un golpeteo a lo lejos, amortiguado por el agua que me rodeaba, seguido por alguien llamándome. De pronto se hizo un silencio y luego volví a escuchar lo mismo, era la voz de una mujer, quien más si no mi mamá. Sentí ya quedarme sin aire y me asusté, por lo que salí apresuradamente, salpicando gotas fuera de la bañera y lo primero que hice fue tomar una gran bocanada de aire, seguida por tos.

-¡Yu Kwon, llevas casi una hora allí, sal de una vez!

-Ya voy - dije con dificultad, aún tosiendo e intentando regresar el oxígeno a mis pulmones.

Me salí de la bañera, vuelto una pasa por el largo rato que pasé y con el agua chorreando por todo lo largo de mi cuerpo. Quite el tapón para vaciar la tina y me sequé bien con la toalla para luego vestirme y salir con el paño sobre la cabeza, en dirección a mi cuarto. Ya eran las dos de la tarde del viernes, había salido de clases temprano porque el profesor avisó que no podía asistir a la clase y justo a ésta hora mi hermano estaba de salida al aeropuerto para regresar a Japón. Ya había pasado la semana y la que pensé que sería peor, estuvo normal; el mismo cuento de todos los días en la universidad, aunque H.I no me molestó tanto, sólo me tropezó a propósito en el comedor haciendo que me cayera el café caliente en mis pantalones y todos se rieran de mí además de quemarme. Por otro lado, Yu Shin cada vez que podía hablaba conmigo sobre lo que le conté e intentaba sacarme más información como cuándo y cómo me di cuenta de que también me gustaban los chicos, si había alguien en quien estuviera interesado y si tenía pensado en decírselo pronto a mamá y papá, eso último por supuesto que no. La mayoría de las veces evadía sus preguntas, ya me estaba molestando pero por lo menos ya no tenía la idea en la cabeza de que algo malo me pasaba.