Capítulo 21

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Narra Ji Ho

De quien Yu Kwon hablaba era de mí, sentí un poco de miedo en cuanto me dijo que le gustaba alguien pero entonces pensé ¿Quien podría ser? Yu Kwon no es un chico sociable, sólo me conoce a mí y un poco a Jaehyo, Taeil, Haneul y a la amiga de ella, Sun Hye pero la acababa de conocer así que sería absurdo que ya le gustara. Entonces conforme fue hablando, caí en cuenta que era yo y casi me pongo a llorar de felicidad pero me contuve porque pensaría que soy un tonto por hacer eso. Nunca le pedí que lo dijera pero esas fueron las palabras que quería escuchar desde que me fijé en él y ahora las repetía varias veces en mi cabeza para nunca olvidarlas.

Gracias Yu Kwon, me has hecho la persona más feliz. Ya no veo mi vida gris en medio de la tormenta que estoy pasando. Tú eres un rayo de luz que se cuela entre las nubes, que me ilumina y me calienta.

Ya habíamos partido del lago después de que recogimos todas las cosas y las metimos en la camioneta de Taeil. Una de las carpas no quería cooperar y no recordábamos como cerrarla pero después de varios intentos entre mi amigo y yo pudimos hacernos cargo de ella. Me senté en el asiento del copiloto de la misma forma en que llegué y desde allí podía ver a Yu Kwon desde el espejo retrovisor central. No sabía qué pasaba pero ahora lo veía más adorable, ahora que se había confesado se veía más relajado y me gustaba verlo así. Él levantó la cabeza una vez que estuvo acomodado y Taeil arrancó el vehículo; nuestras miradas se encontraron en el retrovisor y le sonreí. Él también lo hizo pero tímidamente y luego volvió su vista hacia la ventanilla logrando ver ahora su perfecto perfil. De vez en cuando miraba de reojo para percatarse si yo lo seguía viendo y dejé de hacerlo o si no se sentiría acosado.

-Yu Kwon, ya llegamos a tu casa – le avisó Taeil.

En el camino de regreso, la casa de Yu Kwon era la primera parada.

-Gracias chicos, adiós – dijo y bajó de la camioneta. Yo lo seguí, por suerte tenía mi bolso allí conmigo así que no tenía que buscarlo atrás en la maleta. Seguro Taeil se confundió al verme bajar pero no dijo nada - ¿Qué haces?

-No quiero ir a casa. Quisiera estar un rato más contigo – me estremecí por el frío que de repente sentí.

-Si quieres puedes pasar, haré chocolate caliente.

-Si no hay problema, está bien.

Entramos a la casa, estaba cálido en comparación con el exterior lo cual fue muy agradable. Yu Kwon avisó que ya había llegado pero nadie respondió. Sus padres habían salido. Dejamos nuestros bolsos en la sala y él fue hasta la cocina para preparar el chocolate. Yo me senté en la mesa y desde allí podía ver la espalda de Yu Kwon frente a la estufa; hasta de ese ángulo era perfecto para mí. Ya el olor tan agradable a chocolate era percibido por mi nariz, Yu Kwon lo sirvió en dos tazas y puso en la mesa una bolsa de pequeños malvaviscos. Yo le eché aproximadamente unos cinco pero él llenó toda su bebida de estos.

-Veo que te gustan los malvaviscos – comenté. Él asintió en silencio y tomó un sorbo, soplándolo antes. Yo tan sólo observaba cada pequeña cosa que hacía –Yu Kwon...

Me miró aún con la taza entre sus manos.

-Tengo curiosidad. Ya que ambos nos gustamos ¿Podríamos seguir siendo amigos?

-¿Qué dices? Claro que sí.

-Es que cuando esas cosas suceden, las relaciones cambian. Nuestros sentimientos ya no son de amistad completamente ¿Me entiendes?

-¿Te refieres a tener una relación? – bajó la taza dejándola en la mesa. Mis ojos viajaron de ésta hasta su cara de nuevo - ¿Ser novios?

-No, no...Bueno, sería lo más lógico pero no es una obligación. Si no quieres está bien.

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