Capítulo 10

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¡Qué frío hace! Demasiado ¿Acaso dejé la ventana abierta? Es invierno así que no la abro; quizás se dañó la calefacción. No siento mi cubrecamas, estoy desarropado, seguro me moví mucho por la noche y terminé así, a veces lo hago pero de todas formas mi pijama me abriga lo suficiente; no la traigo, no siento nada cubriendo mi torso, sólo siento mi espalda desnuda pegada contra el colchón de mi cama y un suave y frío roce en mi abdomen. Me revolví, acostándome de costado y encogiendo mi cuerpo en busca de algo de calor, al hacer eso también me di cuenta que no llevo pantalones ¿Por qué no llevo pantalones? ¿Por qué me dormí así? Yo nunca hago eso ni en verano, de hecho, ahora que lo pienso ¿Cómo llegué a mi cama? No recuerdo ni siquiera haber llamado a mi papá para que me recogiera ni me acuerdo de haber llegado a casa... El frío me hacía sentir muy inquieto, me movía de un lado a otro tratando de no sentirlo y terminé boca arriba como estaba hace uno momentos. Abrí los ojos con mucha dificultad, me pesaban demasiado, incluso más que cuando me la paso toda una noche llorando y con mi visión nublada, la cual acomodé después de frotar mis ojos y pasarme las manos por toda la cara para espabilarme, me encontré con el techo de una habitación que desconocía; esos ornamentos tallados no son del techo de mi cuarto y esa lámpara menos.

-Mmm...

¿Qué fue ese sonido? No fue Luffy, no fue la televisión ni mi mamá ni mi papá. Fue un quejido de alguien que debo tener muy cerca ¿Pero quién? Yo no duermo con nadie... Lo volví a escuchar y el colchón y la sábana que me tapaba se movieron, algo se revolvió a mi lado, algo que se acercaba a mí y me pasaba un brazo por el abdomen; sí, era un brazo. Tragué grueso, me asusté y comencé a temblequear por eso, no por el frío. No entiendo nada, no sé donde estoy, podría disipar mis dudas si me levanto o giro mi cabeza pero tengo mucho miedo con lo que me vaya a encontrar, creo saber en dónde estoy pero no tiene ningún sentido ¿Por qué no logró recordar nada? Lo último de lo que me acuerdo es que me tomé ese vaso de refresco, salí del cuarto después de hablar con Min Hyuk y cuando iba en el pasillo comencé a sentirme algo mareado, después de ahí no recuerdo más nada.

Di un brinco en la cama en cuanto mi teléfono sonó, interrumpiendo el silencio que había. Giré mi cabeza en sentido contrario de donde venía el brazo que me rodeaba y me arrimé bruscamente hacia el otro lado, nervioso, asustado, abochornado, asqueado, confundido; quería morirme en ese preciso instante, que el suelo se abriera en dos y caer al abismo y no salir de allí... ¿¡Quién demonios era ese chico rubio a mi lado!? Creo que tenía los latidos del corazón al triple de lo normal, sufriría un infarto de seguro y apenas a mis diecinueve años. Al echarme hacia atrás, mi espalda pegó contra algo duro que empujé y cayó al suelo con un golpe seco, me di la vuelta y vi una mata revuelta de cabello castaño oscuro asomándose y quejándose por el borde de la cama.

-Ayy, mi espalda – murmuraba con dolor. Esa mata de cabello se asomó por completo, dejando ver el rostro bajo de ella que enseguida se dirigió hacia mi – Buenos días – me dijo con una sonrisa, asomando sus hoyuelos pero de buenos no tenía nada.

Aún temblando por el asombro y el susto, me senté sin quitar mi mirada de pánico de encima de él que enseguida volvió a sentarse en la cama y quiso darme un beso en los labios pero yo me incliné hacia atrás para evitarlo, siendo entonces atrapados por unos brazos.

-Buenos días – me dijo ese otro detrás de mí, el rubio, con un tono empalagoso y hundiendo su rostro en mi cuello dejando un beso en él. Yo me sacudí asqueado pero me tenía bien sujeto.

-¿Por qué tienes esa carita? Era tu primera vez ¿Verdad? Es normal que estés así de asustado pero a todos le pasa ¿Verdad Suk?

Sentí al chico asentir con su cabeza todavía en mi cuello, me restregó su cabello en éste, raspándome. Min Hyuk me acarició la mejilla con delicadeza y apartó el cabello desordenado de mi frente, dejó un beso en ella y luego buscó mi mirada y sonrió.

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