Capítulo Veinticuatro

1K 25 2
                                    

1100 Horas, Agosto 12, 2552 (Calendario Militar)/ Sistema Epsilon Eridani, Complejo Militar del UNSC Reach, planeta Reach, Campamento Hathcock.

El Jefe Maestro dirigió el Warthog hacia la puerta fortificada e ignoró la ametralladora de cadena que apuntaba directamente en si dirección. El guardia de turno, un Marine Cabo, lo saludó con elegancia cuando John le entregó su tarjeta de identificación.

"¡Señor!, bienvenido al Campamento Hathcock," dijo el Cabo. "Siga esta carretera hasta el puesto de guardia interno y presente sus credenciales ahí. Ellos le guiaran directamente hacia el compuesto principal."

John asintió. Los neumáticos del Warthog crujieron sobre la grava mientras la gran puerta de metal oscilaba abierta.

Situado en las montañas Highland en el continente del norte de Reach, el Campamento Hathcock era un retiro de alto-nivel; cabezas de estado, VIP‟s, y miembros del Alto Mando eran los ocupantes normales de la instalación –estos y una división de veteranos, Marines endurecidos por la batalla.

"Señor, por favor siga esta Carretera Azul hasta este punto aquí," el Cabo y el instructor de la puerta interior, gesticularon un punto en una pared montada en el mapa, "Y estacione en el área de Visitantes."

Minutos después, la instalación principal se encontraba a la vista. John estacionó el Warthog y caminó a grandes pasos a través del agradablemente familiar compuesto. Él y los otros Spartans secretamente se habían abierto paso hasta aquí durante su entrenamiento. John suprimió una sonrisa mientras recordó cuantas veces los jóvenes Spartans habían incautado comida y suministros de la base. Inhaló profundamente, holor a pinos de piñon y salvia. Él había perdido este lugar. Había estado lejos de REACH por demasiado tiempo.

Reach era uno de los pocos lugares que John consideraba "a salvo" del Covenant. Había un centenar de naves y veinte armas MAC Mark V en las estaciones orbitales sobre ellos. Esas armas eran impulsadas por generadores de fusión, enterrados profundamente dentro de Reach. Cada Mark V podía impulsar un proyectil tan masivo, y con tanta velocidad que él incluso dudaba si los escudos Covenant podrían resistir una sola salva de ellos.

Su hogar no caería.

Las altas cercas y el alambre de púas rodeaban el compuesto interior del Campamento Hathcock. El Jefe Maestro se detuvo en la puerta interior y saludó al PM (Policía Militar) que se encontraba ahí.

El Marine PM miró al Jefe Maestro vestido en su uniforme de gala. Se quebró en atención –dejó caer su boca y le miró fijamente sin pestañear. "Le están esperando Jefe Maestro, señor. Por favor, entre."

La reacción del guardia hacia el Jefe Maestro –y a las medallas sobre su pecho– no era algo común.

La primera palabra de los Spartans y sus logros se habían difundido a pesar del manto secreto con que la ONI les había tratado de rodear. Hace tres años la información se había vuelto pública ante la insistencia del Almirante Stanforth –para propósitos morales.

Era difícil confundir al Jefe Maestro de cualquiera de los otros Spartans. Se mantenía sobre los dos metros de alto y pesaba 130 kilogramos de puro musculo de roca y huesos tan densos como el acero.

Había una insignia especial en su uniforme también: un águila real posada con sus garras hacia adelante –lista para golpear. El ave se aferraba a un rayo con una garra y a tres flechas con la otra.

La insignia Spartan no era la única cosa sobre su uniforme de gala que llamaba la atención. Cintas de campaña y medallas cubrían el lado izquierdo. El Jefe Méndez habría estado orgulloso de él. Pero John hacía mucho tiempo que había dejado de hacer seguimiento de los honores que se le otorgaban.

Halo: La caida de ReachDonde viven las historias. Descúbrelo ahora