"Nueva York,
En la actualidad"Si estar esperando por horas fuera un delito, seguramente que Alice ya estubiera a punto de pasar a la silla eléctrica.
Llevaba al menos unos cuarenta y cinco minutos sentada en los asientos traseros del auto.
Era una tarde un poco nevada en invierno.
Y todo el auto en sí estaba lleno de cosas.
Eso era lo unico con lo que la chica podría describirlo.
— Vamos! Que perderemos el vuelo!— Grito Alice desde la ventana del auto.
Un... La verdad Alice no era muy buena para los autos, solo sabía que era bonito y de color plata, ideal para una familia de tres integrantes.
Alice tenía el celular en las manos, estaba chateando con su amiga, Kimberly, o Kim como le gustaba que le dijieran.*Enseguida llego...
Le mando aquel mensaje exactamente unos segundos antes de poder verla llegando.
Saludo a Alice con una mano enguantada en rosa.
Tenía un abrigó de lana blanca, y un short corto el cual debajo tenía unas mallas negras, se veían bastante ajustadas, pero seguro que eran abrigadoras.
Tambien, tenía un gorro color negro, y el cabello dorado le caía por los hombros.
Su cabello era de un color entre castaño y rubio, haciendolo ver con un tono cerca al de la madera.
Alice salió para recibir a su amiga.
Ella tenia un suéter negro debajo de una chamarra azul pastel.
También tenía un pantalon azul marino ceñido al cuerpo, unas botas cafes y una bufanda blanca.
Corrió hacia su amiga y la abrazó, como todas las mejores amigas lo hacían despues de que no se habian visto durante tres días.
Kim tenia una enorme maleta rosa tomada de la mano derecha.
— Me alegra que tu madre te haya dejado venir.— Dijo Alice entusiasmada.
La otra chica le sonrió.
— Si a mí tambien! Pero solo en lo que acabo la preparatoria, y eso sería como.... No lo se! Mucho tiempo!— Ambas rieron.
Y como no hacerlo, eran mejores amigas desde que estaban en segundo de preescolar.
— Ven dejame te ayudo a subir la maleta.— Se acercaron al auto.
Y Alice subió como pudo, la maleta en el asiento del copiloto.
— Por qué ahí? Creí que...— Kim fue interrumpida.
— Hey Chicas! En un segundo viene mamá!— Alice sonrió, al igual que Kim, era el hermano mayor de Alice por supuesto.
Max, el era alto, y en esos momentos tenía una chamarra gris, con el cierre hasta el cuello.
Unos pantalones negros y unas converse del mismo color.
También llevaba un gorro gris sobre el cabello negro.
Tenía una impecable sonrisa mientras saludaba a las dos.
Las mejillas de Kim sé sonrojaron al instante.
Alice volteó a verla y sonrío ligeramente.
Después meneó la cabeza.
— Vamos, Kim, hay que entrar al auto.
Ella sonrió ligeramente.
Kim era una gran amiga, es sierto que ella y Alice tenían mucho de haberse conocido, pero aún así Alice podía saber que su amiga nunca iba a dejarla.
Todavía recordaba la expresión de Constance , la madre de Kim, cuando esta le había pedidos permiso para ir con Alice.
La señora casí se caía de espaldas, y obviamente no lo autorizó.
Por que después de todo era un viaje sumamente largo.
Y ella era una de esas madres que cuidaban mucho a su hija, su única hija para ser exactos.
Pero después de varios ruegos y suplicas de parte de ambas, terminó accediendo.
Lo bueno era que Constance y la madre de Alice, Marisse, eran muy amigas, por lo qué no hubo tanto problema de parte de Marisse.
También es sierto que se iba a quedar mucho tiempo con Alice, pero que más daba, las dos eran inseparables, hermanas prácticamente.
Y en esos momentos no se podían dejar tanto una como la otra.Kim se sento al lado de Alice, un poco incómoda, pero ella podía sentarse.
— Me alegra mucho que hayas venido,Kim— Dijo Alice que se estaba acomodando un mechon de cabello castaño.
Kimberly le había dicho que su cabello era hermoso incontables veces, pero ella no entendía por que, solo era un cabello castaño comun y corriente, leemente más claro, pero nada mas.
Kim tomó las manos de Alice.
— Sabes que siempre estaré cuando lo necesites.— Se sonrieron y justo después comenzaron a reírse.
Kim, apesar de que puede verse como una buena niña, era toda una diablilla.
Cómo una vez que ella y Alice iban caminando por la calle y un auto casí las arrolla, y Kim enojada paso la llave por él cofre del auto, arañandolo todo.
Y cuando un hombre corpulento bajo de este, las dos chicas salieron corriendo, Alice agradecía que Kim siempre la llevara con ella al gimnasio.
Pero bueno, por lo menos no era tan adicta al gimnasio o al deporte como su hermano Max.
Que apenas a los diecisiete años tenía un cuerpo fenomenal.
Con un cabello negro y ojos azul hielo, tan palidos que casi parecían grises.
Como él hielo.
Bastante palidos comparados con los de Alice, los cuales podrian compararse con el tono del Zafiro, azul intenso.
Y no olvidemos los de Kim, de color ámbar, cómo la miel misma.
Era extraño que Alice y Max tuvieran los ojos azules cuando su madre los tenía verdes.
Era raro.Justo en ese momento Max y su madre subieron al auto.
—Hola señora Taylor.— Dijo Kim amablemente.
— Hola Kim, qué bueno que ya estamos todos, ahora sí, vamonos.— Alice soltó un suspiro, al fin iban a dejar esa casa en Nueva York, aunque era bonita, Alice, desde que supo que se iban, de inmediato se puso alegre.Marisse encendió el auto y enseguida arranco.
Max venía platicando con su madre mientras que Alice y Kim se pusieron los auriculares, el izquierdo lo tenía Alice y el derecho Kim.
Se dejaban guiar por la melodiosa voz de Avril Lavigne.
Solo las mejores amigas sé sincronizaban a la hora de cantar una cansion, recordo Alice.
Y practicamente una sabía muy bien la canción que le gustaba a la otra.
Y ademas no por nada tenían un collar que decía: BFF.
Los cuales estaban bañados en oro, no mencionemos cuanto dinero gastaron por ese collar, pero al final valió la pena.
Ambas cantaban y Max se había puesto a revisar su celular.
Mientras que Marisse conducía hacía el aeropuerto.
«Hacía otra vida»
Penso Alice...
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Arcángel 1: Fuego
Fantasi"El fuego carece de emoción, mas sin embargo es ese fuego, el que aviva las llamas del amor..."