Alice estaba un poco nerviosa, Dracco la llevaba de la mano.
El lugar al parecer parecía más abandonado de lo que parecía.
Con telarañas, tablas podridas por doquier.
Pedazos de escombros y la hierva crecida.
Parecía siertamente mas una iglesia abandonada.
Y era curioso que dentro hubiera demonios.
— Estas seguro que debemos entrar?— Dracco se giro a verla.
— Alice... Tú confía en mí, yo te protegeré si es necesario, y además sé que eres fuerte.— Alice suspiro.
Se sabía un par dé hechizos por si la situación se complicaba.
Pero la chica creía que no eran lo suficientemente fuerte si los demonios eran un grupo de demonios mayores.
Volvió a suspirar.
Se sentía mal, pero por otro lado, sentía la adrenalina.La adrenalina que se siente cuando algo malo va a pasar.
Alice trago saliva preocupada.
— Esta bien... Vamos.— Alice tomó mas aire.
Y juntos entraron a la iglesia abandonada.Estaba totalmente destruida, había rayos de sol qué atravesaban por el techo.
Se escuchaba el crujido que los pies de ambos hacían al golpear con el suelo.
También habia vidrios rotos aquí y ahi.
Cajas vacías con un ligero polvo indigo, violeta, rosado, azul etc.
Todo estaba cubierto por maleza.
Enredaderas que llegaban hasta el techo.
Los azulejos del suelo estaban destruidos y solo habia unos que otros restos.
Había tierra y mala hierba.Ademas de que había un olor repugnante en el aire.
Un olor olvidado, cómo una casa humeda olvidada hace ya mas de mil años.
Y ceniza, un olor a incienso y ceniza.
— Un ritual.— Susurro Dracco.
— Un ritual?— Repitió Alice atónita.
— Si... No ves los cadaveres.— Alice abrió mucho los ojos.
En el centro de la gran sala había un pentagrama hecho con tiza roja y blanca.
Habia velas negras derretidas e incienso.
Y si.
Había cinco cuerpos mutilados alrededor de este.
Sangre seca por todos lados.
— Dios mío!— Alice casí se callo de rodillas de no haber sido por que Dracco la tomó fuertemente.
— Esto es trabajo de varios, quiza... No lo se.— Dracco se acerco a los cuerpos.
Alice se quede algo atras.Un crujido y de inmediato volteo hacía atras.
Era Max.
— Chicos tengan cuidado, sé fueron miy rapido.— Max llevaba una espada de una luz resplandeciente.
Era hermosa.
El mango tenía tallado a un ángel.
A decir verdad, eran dos angeles.
Tomados de la mano.
Y la hoja tan brillante y filosa.
— Kim, Ron y Bax están inspeccionando el terreno.— Max se sentía tan tranquilo como Dracco.
— Fue un ritual.— Dijo este desde el lugar donde estaba.
— Si... Se ve... Tan solo el olor a ceniza.
Otro crujido.
Y otro, mas.
Los otros tres aparecieron en una de las puertas del fondo.
— Son Gargolas! Cuidado!— Grito Kim.Alice miró hacia arriba.
Efectivamente, monstruos alados.
Hechos de piedra y con una forma demoniaca.
Eran como de un metro de alto.
Pero eran muchos.
Todos gritaron.
Un grito como el de un aguila.
Y se dejaron caer.
Alice grito.
Dracco hizo aparecer una katana.
Esta era hermosa como la de Max.
Su hoja brillante, y el mango de esta era un dragon chino enrollado.
Y cuando partio a una Gargola tan finamente.
Alice quizo saber luchar como ellos.El arco y la lanza de los Blackfire aparecieron.
Y de inmediato flechas rojas decoraron el techo.
Con criaturas de piedra moviendose y retorciéndose.
Hasta quedar inmóviles.La lanza de Ronald cortaba a a varias Gargolas.
Max saltaba y cortaba a dos seguidas.
Y Kim, la cual traia una ballesta.
Que al parecer parecía un alcon.
Y las flechas aparecian por arte de magia.
Aunque claro, ya todo era magia.Alice se sintió estupida.
Estaba sola en medio de la batalla.
Todos con sus armas en contra de las Gárgolas.Y entonces tres Gárgolas ya estaban llegando hacía ella.
Grito.
— Ascenscio!— Las Gargolas se destrozaron totalmente.
Comenzo a ponerse feliz.
Pero habia mas Gárgolas.
— Alice!!— Le grito Dracco.
Y las flechas rojas terminaron en las Gárgolas.
Baxter saco mas y continuó.
Aparecian de la nada en su mano.Dracco se acerco a ella.
— Vi como usaste ese hechizo contra los demonios, fue increíble.—
Las Gárgolas no paraban de salir.
Y Alice supo por qué.
El pentagrama estaba encendido.
Y dentro salían varias Gárgolas.— Excaxx!— Todas las Gárgolas de la sala explotaron.
Todos se quedaron atonitos.
Y miraron a Alice.
La chica nisiquiera sabía lo que había hecho, y se miraba las manos confusa.
— Vaya!— Exclamo Ronald.
— No... No sabía que podías hacer eso, Alice— Max estaba tan sorprendio cómo los demas.
Ronald corrió.
Y tomo las manos de la chica.
— Dime... Cómo hiciste un hechizo de explosión sin conocerlo.— Alice se encogió de hombros.
La verdad era que nisiquiera ella lo sabía.
— No lo sé, solo pense en una manera de erradicar a las gárgolas y de inmediato se me ocurrió que hacerlas explotar era la mejor opción.— Alie comenzaba a sentirse orgullosa.
Cuando una de las gárgolas rugió como un águila León y se abalanzó contra ella.
Cayendo de espaldas y con el demonio de roca casí mordiendole la cara.El pentagrama ardía, y de él salían varías Gárgolas más.
Era como un portal que no se podía cerrar.
Todos sacaron sus armas.
Excepto Alice.
Se sintió dé nuevo tan inutil.
Pero recordo que ella ya tenía la espada desenvainada.
Que ella tenía consigo una de las armas más poderosas.
La imaginación.
Los Arcángels corrieron hacía las bestias de piedra.
Alice trataba de idear algo para destruir ese pentagrama.Y entonces.
Como apenas un susurro; escucho a su propia voz hablar.
— Salgan de aquí, ahora... Todos ya!— Al principio todos la miraron extrañados.
Pero en un momento después ya se encontraban "evacuando" el lugar.Alice corrió detras de ellos.
Y se sintió por un momento extraña.
Que era lo que estaba haciendo?
Simplemente quería salir.Y al hacerlo no supo qe hacer.
Se bloqueo totalmente.
Las ideas dejaron de llegar, y su mente... Totalmente en blanco.
Totalmente.
Sin ninguna manera de cómo iba a hacer lo que estaba pensando hacer.
Así que simplemente se relajo.
Vío aquella fachada de la iglesia derrumbada.
Y de inmediato.
Penso en verla arder.
En fuego, chispaz, incendios.
Fuego... Fuego...
Fuego.La iglesia comenzo a arder.
Sin siquiera hacer algo mas, sin hacer ningún movimiento.
Solamente lo penso.
Pensó en incendiar ésa iglesia.
En que todo lo que había hecho era pensar en esas criaturas dé roca.
Quemándose.
Quemándose eternamente.Todos no podían creerlo, cómo es que Alice pudo hacerlo.
Alice pudo hacerlo así sin mas.Y la chica no lo sabía.
Tenía los ojos cerrados, y no sabía lo que pasaba.
Cómo las llamas consumían la madera, las rocas, y la mala hierba que crecía.
Todo se quemaba.
Dejaba todo hecho cenizas.
Era hermoso, simplemente hermoso ver cono se incendiaba aquélla destartalada iglesia.Y justo cuándo Alice abrió los ojos.
El fuego se apago al instante.
Cómo un mechero al ser encendido para ser apagado justo después.
Devastación.
Es lo que vieron sus ojos.
No quedaba ni rastro de la iglesia.
Todo se había convertido en ceniza.
Ya no estaba mas aquel pentagrama.
Las Gárgolas pararon de salir.
Estaba, horriblemente en silencio.
El fuego arrasó con todo.
Eso era el poder destructivo que tenía ese elemento.
Destruir.Alice no podía creer lo que había pasado.
Y los demás tampoco.
Max, Kim y Dracco se quedaron mirando los escombros de lo que era antes una fábrica para Hechiceros.
Ronald y Baxter ya corrían a su ayuda.Alice sintió una enorme punzada de dolor en la espalda.
Se retorció de dolor.
Gritó, y se dejo caer sobre el suelo.
Perdiendo totalmente el conocimiento.
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Arcángel 1: Fuego
Fantastik"El fuego carece de emoción, mas sin embargo es ese fuego, el que aviva las llamas del amor..."