Día 6

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Louis se despertó cansado. Se sentía mal, tenía ganas de vomitar. Y hoy tenía que empezar la quimioterapia.

- ¿Para qué? – se dijo a sí mismo, decepcionado – Si no servirá para nada –Dijo del todo convencido.

Se vistió, poniéndose algo que encontró que le quedaría bien, ese día tan soleado.
Bajó las escaleras, y cogió un batido de chocolate. No quería comer nada, no tenía ni si quiera hambre. Cogió el coche, y se fue hacia el jodido hospital que tanto odiaba.

*

El timbre de la casa de los Styles resonó entre el silencio. La puerta se abrió. Amy saltó encima de Harry.

- ¡Vida! – exclamó. – tanto que no te veo, andas perdido.

- No... estoy últimamente mucho con Louis...

- Entiendo...

- Deberías estar con el tú también. Necesita a su mejor amiga.

- Lo sé, y estos días procuraré distraerlo un poco... Aun que pensar que...

- No pienses. No le va a pasar nada. Lo que debemos hacer, es aprovechar al máximo el tiempo con el.

-Lo que pasa, Harry, es que tú no quieres ver la cruda realidad- Los ojos de Amy se aguaron. Sonrió, y parpadeó para espantar las lágrimas.

- Bueno ¿vamos?

- Si, vamos. – sonrió. –Louis hoy tiene quimio.

- Espero que todo le vaya bien.

- Yo también. – Harry miró al cielo, cerrando la puerta. – Hace un día bonito. – Amy asintió. - ¿Y que, como has estado? Supe por tu familia que te encontrabas mal estos días... siento no haberte prestado atención...

- No te preocupes. Ahora no soy yo la que más lo necesita. – suspiró – Y... bueno ya sabes... la separación de mis padres, un amigo que se muere... todo influye. Ahora Louis... pero nada más. – mintió.

- ¿De verdad? Te noto extraña...

- De verdad. – sonrió. – Y no me notes extraña, soy yo, tu Amy. – rió y empezó a correr, delante de Harry. – venga, el último paga.

Y Harry vio como desaparecía por la próxima manzana. Corriendo, como si fuera una niña, como la recordaba, hacía unos años, como ella solía ser. Pero no en el presente. Porque dentro, muy adentro, ella escondía otra verdad.

*

- Un Frappuccino, por favor. – sonrió Amy con su amplia boca al camarero. Él no pudo evitar sonreír a su vez.

- Para mi otro. – dijo Harry, colocando su chaqueta detrás de la silla. - ¿Y bien? ¿Algo nuevo que contarme?

Amy colocó su cabeza encima de sus manos. Suspiró. Era ahora o... nunca.

- Harry, eres mi mejor amigo...

- Si. – asintió él. – Gracias. – dijo ayudando al camarero a dejar los cafés encima de la mesa. - ¿Qué pasa?

- ¿Te enfadaras si te cuento algo?

- No, suelta. – Harry dio un sorbo de su café.

- Oye... esto es algo difícil. – Amy se colocó unos mechones de pelo detrás de la oreja.

- ¿No te irás a declararme? – Harry frunció el ceño.

- ¡Bobo! – Amy rió. – Que creído, claro que no... sabes que sigo amando a tu hermano... - agachó la mirada – y límpiate la boca, tienes espuma. – volvió a sonreír, aun que un poco más tristemente.

Día a día {Larry Stylinson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora