Capítulo 3

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- Ay no, ahí vamos otra vez.

-Evita tiene todos mis respetos.

. ¿Y el general?

- No, el general no.

Volvió a la cama. ésta vez era el quien no quería debatir sobre nada. Tampoco  quería irse. 

Quería decirle que su risa le ponía la piel de gallina, pero sabía que siendo tan cursi la iba a asustar. Se mordía la lengua para no soltarle que le gustaría volver a verla. No sabía que era lo que ella estaba buscando, si estaba con alguien, si prefería la soledad. ¡Ni siquiera sabía su nombre! 

Estuvieron en silencio como media hora.  Facundo lo disfrutaba.

- Vi que tenés cuentos de Benedetti. Me encanta Benedetti.

- Sí, sus cuentos son muy buenos.

- Y sus poemas también...

- Mmm

- Ay, no. ¿qué?

- Me pone histérica la poesía que no rima.

- La poesía no rima, bebé.

- Me decís bebé otra vez, y te mato.

Rieron, mucho. Ella quiso explicarle sobre asonantes y consonantes, y la cantidad de sílabas. El no quería escuchar, movía la cabeza de un lado a otro, pero se resistió a recitarle un poema de Mario Benedetti. 

También le comentó que a Neruda lo bancaba hasta ahí nomás, y ella pareció escandalizarse. "Hay que estar muy enamorado para entenderlo" balbuceó él.  La señorita suspiró en voz baja, que también se debía estar muy solo. 

De una forma u otra, ella no parecía sufrir las discusiones, que siempre la ponían un poco nerviosa; y a él le encantaba el misterio del nombre de la piba, aunque siempre odio la intriga.

Facu no se sorprendió al saber que su acompañante estudiaba administración de empresas, así como tampoco lo tomó desprevenido escuchar que no era eso lo que le gustaba. Pero ella hablaba tanto que no se permitió interrumpirla. 

Miró la hora pero intentó olvidarla. Eran las diez de la mañana. ¡Se negaba a irse! 

- Sí, quiero que vuelvas.

-Me encantás.

-  Callate.

- No seas tan cruel.

-¿No busques más pretextos?

- Ay, no. ¡Soda Stereo No! 

Amor en tiempos de música.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora