¿Por qué debo ir a otro mundo?

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Star

Yo soy Star Butterfly, y soy la princesa de Mewni; toda mi vida he sido preparada para convertirme en Reina. Desde pequeña he sido muy reservada, no me gusta salir a lugares, y aunque la convivencia no sea mucho lo mío, trato de adaptarme a los demás, siempre siendo una persona respetuosa, educada, y amable. Mi espacio está limitado sólo a el castillo, al menos por el momento, pues quiero conocer mejor mi reino y convertirme en una mejor persona para todos.

Me perdí en mis pensamientos por un momento, mientras cepillaba mi cabello frente al tocador; escuché como la puerta del cuarto rechinaba, dando paso al sonido del andar de mi padre, quién se acercó a mi con una sonrisa tranquila y llena de ternura.

Padre de Star: Star necesito hablar contigo sobre algo.

Star: Claro.-Me acomodé para poder ver a mi padre debidamente.-¿De qué es de lo que quieres hablar?

Padre de Star: Bueno....La educación aquí en Mewnie y en otros reinos están teniendo algunos problemas y pensamos...

Empecé a jugar con mis manos un poco nerviosa, el cual es un mal hábito que tengo.

Padre de Star: Star, tu Madre y yo estamos pensando en llevarte a otra dimensión, para que puedas prepararte y seguir con tus estudios debidamente.

Aquí es donde sentí que toda mi felicidad se desplomó en sólo un minuto. 

Star: ¿Por qué? Yo no quiero irme, me gusta estar en Mewnie, además yo tengo la suficiente capacidad para aprender por mi misma...

Padre de Star: Disculpa Star, tu madre y yo te queremos mucho, y esta decisión fue muy difícil para nosotros, pero lamentablemente tendrás que irte hoy mismo después de que te demos la varita sagrada.-Extendió su mano hasta mi mejilla.- Busca un lindo vestido, la ceremonia comienza en hora y media.

Le dí mi mejor sonrisa a mi papá, ocultando la enorme tristeza que me dejó la noticia.

Star: Entiendo...

Mi padre salió del cuarto después de darme un beso en la frente, que fue lo único que me hizo sentir tranquilidad. Busqué uno de mis mejores vestidos, azul, con un encaje azul cielo, llegaba hasta mis rodillas, mis zapatos del mismo color que el de mi encaje, me hice una coleta alta, y encima, coloqué una corona de flores especial para la ceremonia.

Me puse nerviosa al bajar las escaleras, afuera, dos de los guardias estaban esperándome, para que me protegieran mientras íbamos a mi compromiso como princesa de Mewnie.

Cuando llegué, todos tenían una cara alegre y sus ojos brillaban, caminé por la larga alfombra roja hasta llegar donde mis padres, mi Madre dirigió unas palabras conmovedoras y me otorgó la varita, se transformó en una bella estrella de cristal rosa y azul, unas pequeñas alas de cristal transparente salieron de el, una corona en la parte superior y una estrella en la parte inferior, la parte central tomó un color morado con adornos, como si fuera un hielo esculpido, habían muchas estrellas en el. Este era un momento muy importante para mí, uno de los pasos para poder gobernar Mewni.

La ceremonia no duró mucho, pero todos se veían muy felices con al verme tomar la varita que usaría para proteger a mi reino. Al final, mis padres subieron a un carruaje junto conmigo y con las tijeras tridimensionales abrieron un portal; se abrió un nuevo mundo a mis ojos; las personas ahí tenían distintas vestimentas, habían carruajes modernos, dónde no habían caballos jalando de ellos, y las casas eran muy extrañas y diferentes de las de Mewni. Había estudiado antes sobre la Tierra, pero no me imaginaba que tales cosas fueran tan maravillosas. El carruaje llamó la atención de varios niños pequeños, quienes exclamaban alegres cuando miraban a los caballos, mientras que otros estaban un poco extrañados. Me asomé un poco más fuera de la ventana del carruaje para poder mirar mejor todo lo que deslumbraba a mi vista, por un instante, todos mis problemas se habían ido, no me sentía más en presión, y mis cargas como princesa fueron olvidadas, pero como dije, fue por un instante, pues todo se desvaneció cuando una de las ruedas  pasó por una pequeña roca que me levantó en el aire y me hizo chocar con la la parte superior de la ventana. Chillé de dolor y enseguida coloqué mi mano donde recibí el golpe. Me reincorporé al asiento recordando que soy una princesa, y que debía enfocarme en otras cosas y no perder mi objetivo. El carruaje se detuvo, llegamos a una gran estructura, era la escuela a la que iba a asistir. Al principio hubo problemas con la inscripción, pero lo solucionaron después de una larga charla con el director.  Me presenté amablemente, al parecer, le agradé a la mayoría de los que estaban en el salón; mi mirada se dirigió a un chico que parecía molesto con solo notar mi presencia; vestía como todo un delincuente; con un gorro rojo, una sudadera roja cubierta por una chaqueta negra, unos pantalones negros, tenía una curita en su mejilla, y un lunar en la otra; el simple hecho de estar en un mismo salón con él me provocaba escalofríos.

Starco - Un Universo alternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora