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Oscuridad, solamente rota por la luces de colores que se proyectaban en el local, humo y gente por todos lados bebiendo, riendo, fumando, bailando y demás cosas que se hacen para pasarlo bien. Pero para ser sinceros a Freddy le importaba un carajo todas aquellas sensaciones, él se concentraba en su compañera, en acariciarla y sobretodo en sus lenguas jugando dentro de sus bocas. Espectacular, increíble cualquier adjetivo se le quedaba corto al rio de sensaciones que tenía en aquel momento, sensaciones que sentía a las que sabia que debía aferrarse sabiendo que no se volverían a repetir, la primera vez que te acercas a la chica que te gusta, la tocas, la besas -es algo que no podre repetir- pensaba, pero a la vez sabia que otras cosas aparecerían y serian mejores o por lo menos a él le parecerían mejores. Todo eso pensaba o mejor dicho pasaba por su cabeza a la velocidad del relámpago, que cae fugaz en la noche de tormenta. Miraba a su pareja a los ojos recordó como había llegado a aquella situación. La mente se le fue muy detrás cuando había conocido al par de dos en clase ese primer día, las demás aventuras como la pelea del parque que sirvió para conocer a las chicas y como sin la ayuda de Hugo y Artigas no se habría atrevido ni siquiera a ir a la cena.

Recordó como Hugo el día que el intentaba poner escusas para ir no a la cena, le convenció para que no se echase atrás.

- Vamos a ver- le decía Hugo, la tarde que las chicas habían propuesto la cena, mientras mataban marcianitos en la Play- como cojones se te ocurre decir que no sabes si iras a la cena- le recriminaba.

- Pero si es la oportunidad perfecta para decirle algo- seguía con el argumento Artigas.

- Es que necesitaba tiempo para saber que hacer- decía Freddy intentando explicar que es lo que le pasaba por la cabeza.

- Como para saber qué hacer, pues no es muy difícil la cena es un sábado, después saldremos al casco, cuando estemos allí todos en algún local, con la confusión la separas del grupo y le dejas las cosas claras- decía Hugo.

- Así de simple y sencillo, sobretodo no te pongas nervioso que solo es una chica y le vas a decir algo muy normal- seguía Artigas.

- Ya ¿y si me manda a la mierda?- decía Freddy angustiado ante esa posibilidad.

- Veamos, esa posibilidad existe- le decía Hugo, que paraba para poder aclarar en su cabeza las ideas que tenia- pero ni mucho menos te va a mandar a la mierda, ella se sentirá alagada, si eso algo confundida y lo peor que te puede pasar es que se quede callada y como mucho diga "bueno vale, adiós" si pasa eso es porque a ella le da más vergüenza que a ti- decía Hugo mientras Artigas asentía con la cabeza, acto seguido Hugo paro la partida y mirando muy seriamente a Freddy le dijo- escúchame atentamente, eso no te va a pasar a ti, ya te dije que le gustas-

- Hazle caso parece que sabe de lo que habla, nunca lo había visto parar de jugar a la play para hablar de algo- decía Artigas.

- Está bien te hare caso- asimilaba Freddy que se veía abrumado por la entereza y firmeza con la que Hugo le hablaba del tema, siempre bromeaba con que tenia súper poderes pero nunca le habían tomado enserio, el empezó a hacerlo un poco cuando adivino la identidad de la chica que le robaba el sueño, pero aun así seguía sin creer mucho ya que lo achacó a que este solo hubiese puesto algo de atención a los gestos que el tenia en clase.

Durante los días próximos como las clases aumentaban su contenido temático, por culpa de que los profesores siempre se duermen explicando la materia y luego les entra la prisa. A Freddy no le había dado mucho tiempo a pensar en la cena que se acercaba rauda y veloz. El viernes anterior a la cena en una de los ratos que no tenían clases suspendida por la falta de alumnos, Freddy se encontraba con Artigas acercándose a la cafetería donde les esperaba el resto, por el camino Freddy le comento sus inquietudes de última hora

Entre aulas, cartas, apuntes, pichorras y cervezas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora