Ahora estoy entrenando con la elite de Hillcrest. Bueno, no con ellos, con ellos, pero en el mismo gimnasio. He visto a mamá aquí en las últimas dos semanas, algunos de sus amigos, Elizabeth y algunas otras chicas de la escuela. Antes, habría pensado que me sentiría incómoda, como si no encajara con ellos. Mientras que no encajo de alguna manera, son las clases de cosas que hacen diferentes a las personas... no a algo que hace mejor a una persona que a otra. Ya sabes, la diversidad hace que el mundo gire y esas cosas.
Estoy siguiendo la rutina que Justin me enseñó, excepto que estoy tomando una clase aquí y allá. Hasta ahora he tratado con aeróbicos y ciclismo. ¿Puedo simplemente decir que el ciclismo no es una broma? Pensé que mi trasero se iba a caer de lo mucho que ardía, pero esa es otra herida de guerra que me alegro de tener. El ciclismo es mi nueva meta. Pronto, tal vez en una semana, un mes, dos meses, voy a dominar las clases como con tantas otras cosas en mi vida ahora mismo.
Yo. __(tn) Conway. ¿Quién lo hubiera pensado? Yo, ese quién.
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El timbre suena y lanzo la puerta de mi casillero para cerrarlo. Emily se encuentra a mi lado, y estamos listas para dirigirnos a nuestra próxima clase. Se siente muy raro estar de vuelta en la escuela. Especialmente cuando sólo he estado aquí durante quince minutos y estoy bastante segura que ya toda la escuela se me ha quedado mirando fijamente, y al menos la mitad de ellos se han acercado a hablarme. Me dicen lo bien que me veo, y actúan como si hemos sido mejores amigos durante años. Actúo gentil, les agradezco y rápidamente me escondo detrás de Emily.
Aunque esto era lo quería hace tres meses, ya no lo es. De acuerdo, déjenme explicarles: lo es. Sí quería perder peso. Quería ser más saludable. Quería demostrarme a mi misma que podía hacerlo, pero en ese entonces, también quería demostrárselo a los Billys de mi escuela. Quería que los chicos se babearan y que las chicas me tuviesen celos.
Quizá eso me convertía-o me convierte-en alguien superficial. O quizá solo me convierte en alguien que tenía muchas ganas de brillar tan sólo una vez, lo cual no considero algo malo. No es estoy segura de cuál de las dos es más cercana. Lo que sí sé es que estando de pie aquí, con once kilos menos, me siento feliz. Me siento contenta conmigo misma, pero no es debido a todas las miradas que obtengo de la gente. No es porque de pronto he tenido personas diciéndome lo bien que me veo o porque súbitamente está bien ser mi amigo.
Ni siquiera es porque haya perdido peso. Tener sobrepeso no convierte a una persona en alguien vergonzoso, al igual que ser delgado no te convierte en alguien del cual estar orgulloso. No. Lo que importa se encuentra dentro. En cómo te sientes contigo mismo y la manera en que tratas a los demás. Yo he alcanzado una meta y he encontrado mi autoestima. Ahora no podría importarme menos lo que piense Billy Mason. Me importa __(tn) Conway. Me importan mis amigos-mis verdaderos amigos. Emily, Sandra, y Jasmine.
Hemos estado intercambiando mensajes de texto, y una vez nos reunimos en el centro comercial. A Emily le caen bien, y a ellas también. Y es muy... demasiado difícil no preguntarles sobre Justin. Decirles que no quiero escucharlo cuando intentan hablarme de él, pero lo hago. Aunque sigo amándolo, encuentro la manera de no adentrarme hasta allí. Aún no me siento lista.
-Billy Mason a las doce -murmura Emily en mi oído.
Me giro para ver a Billy, Patrick y el resto de su grupo caminando por el pasillo. El mar de estudiantes les abre paso, dejando una marca en el agua, hasta que se detienen frente a mí.
-Guau... Te vez ardiente, Conway.
De acuerdo, ¿soy yo o este es el idiota más grande del mundo? ¿Te vez ardiente, Conway? Ni siquiera estoy segura de que algo como eso esté bien en ningún universo. Especialmente en uno donde me ha hecho la vida un infierno por años y en donde ha golpeó a mi novio.
-Debiste haber trabajado en eso durante toda la noche. Aunque debo decir que a tu piropo le vendría bien algo más de trabajo.
Comienzo a alejarme, pero la mano de Billy sobre mi brazo me detiene.
-Escucha, Conway. -Se acerca más a mí y disminuye su voz- ¿Podríamos ir a otro lugar a conversar?
En vez de tragarme mis pensamientos, me encuentro a mi misma diciéndolos-: ¿Estás hablando en serio? No. En realidad, ni de broma iría contigo.
-Aw, vamos. ¿Es por lo de tu novio? Escucha, no quise patearle el trasero, pero él comenzó.
Mi corazón se acelera con la palabra novio, especialmente cuando ésta se encuentra ligada a Justin.
-No tiene nada que ver con Justin, y todo que ver con el hecho de que eres un imbécil. De que simplemente porque haya perdido once kilos, automáticamente decides que quieres intentar ser mi amigo. ¿Qué? ¿Es porque ahora sí encajo?
-No, porque ahora eres ardiente. -Billy se ríe y sus amigos lo siguen, riéndose con él. ¿Cómo es que encuentra eso gracioso?
-Eres un idiota. ¿Cuán superficial crees que soy? Luego de todo lo que me has hecho, ¿ahora crees que sólo porque decidiste prestarme atención, simplemente voy a caer rendida a tus pies?
-Yo-
-No. Aún no te he dicho que puedas hablar. Me hiciste sentir como mierda. No encajé en tu pequeña definición de perfección y nunca, jamás me permitiste olvidarlo. Pues ahora puedo asegurarte que no hay nada... Nada en este mundo que pueda hacerte digno del aire que respiras.
-Ya habló -dijo Emily a mi lado.
Justo como el final del año pasado, nos encontramos rodeados de personas. Pero ésta vez terminará diferente. Todos vamos a llegar tarde a clases, pero obviamente a nadie le importa. Sin decir nada más, enrollo mi brazo alrededor del de Emily y comenzamos a caminar, alejándonos con nuestras frentes bien altas.
Y con un Billy muy sorprendido detrás de nosotras.