8.¿Por Qué No Puedo Dejar de Aletear?

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Es demasiado dulce. Así que si a alguien le da diabetes vayan a reclamarle a la autora. Por cierto, deberían seguirla, su nombre de usuario es @ASliceOfDeansPies.

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Cas estaba parado en la habitación de Dean, sin polera. Sus alas estaban a su máxima extensión. Hoy sería el día en que se las mostraría a Dean. Juntó toda la confianza que pudo hasta que Dean atravesó la puerta. Dobló sus alas hacia atrás, todavía un poco inseguro. Dean se quedó parado ahí y lo miró.

—Cas ¿por qué estás sin polera?

—Iba a mostrarte algo, pero ya no estoy tan seguro.

—¿Qué ibas a mostrarme?

—No importa—musitó Cas.

—Vamos, Cas ¿Qué es?

Cas respiró profundamente y lentamente desplegó sus gigantes alas negras. Dean miró asombrado. Eran mucho más grandes de lo que podría haber imaginado. Eran hermosas.

—Esto—murmuró Cas. Se quedó mirando el suelo como si estuviera avergonzado.

—Cas, ¿has tenido esas desde siempre?—preguntó Dean.

—Sí, pero ningún humano ha jamás puesto sus ojos en ellas.

—¿Cómo?

—No es importante.

Dean caminó hacia él, lentamente extendió la mano para tocar una, Causando que Cas las retirara rápidamente.

—Wow ¿Qué fue eso?

—Lo siento. Es un reflejo.

Dean rió y Cas lentamente las volvió a desplegar. Dean pasó sus dedos a lo largo de su ala derecha, haciendo que esta temblara.

—Es muy cálida—sonrió Dean.

—Sí. Mantienen a los ángeles calientes.

—¿Enserio?—Dean siguió acariciando su ala. Las que aleteaban sin parar.

—¿Por qué no puedo dejar de aletear?—gimió Cas.

Dean rió.

—¿Eso es algo bueno?—preguntó. Empezó a frotar la punta, causando que Cas riera y batiera un poco su ala. Cubrió su boca con su mano y Dean rió.

—¿Hace cosquillas?

—Un poco.

Dean siguió haciéndole cosquillas en el ala. Cas reía incontrolablemente. Accidentalmente botó algo con su ala. Se congelaron.

—No hagamos más eso—rió Dean.

Ahora, Cas estaba de rodillas, con mirada triste perdida en el suelo. Dean se arrodilló a su lado.

—¿Qué pasa Cas?

—Sólo he sido tocado así una vez en toda mi vida—murmuró.

—¿Por quién?

Cas lo miró a los ojos.

—No importa.—Una lágrima rodó por su mejilla.

Dean estaba sorprendido. Nunca antes había visto a Cas llorar. Envolvió sus brazos alrededor del ex-ángel, quien imitó el gesto. Silenciosamente lloró en su hombro.

—Está bien, Cas. Está bien.

Las alas de Cas se aflojaron a sus lados. Sólo un ángel lo había tocado en la forma que Dean lo hizo. Ariel. Supuso que dijo el nombre en voz alta.

—¿Quién es Ariel?—preguntó Dean.

—La amaba—sollozó.

Dean lo sostuvo más cerca. Quería saber más sobre esta tal Ariel. Pero se podría decir que no era un tema tocable para Cas.

Sin caer en cuenta de lo que hacía. Dean le dio un pequeño beso en la frente. Inmediatamente se ruborizó. Así como Cas lo hizo.

—Dean, ¿para qué fue eso?

Todo lo que Dean pudo hacer fue balbucear. Hasta que Cas tiró de él para un besó mucho más apasionado, el que hizo que las alas de Cas aletearan locamente. Se tomaron un momento y se miraron el uno al otro. Tardó un poco en darse cuenta que Cas estaba mirando fijamente a Dean, estaba flotando justo por encima del suelo. Y al darse cuenta de lo que hacía, sus rodillas golpearon el suelo.

—¿Que diablos fue eso?—susurró Dean.

—Había besado a Ariel muchas veces, pero ella nunca me hizo hacer eso. Eres especial Dean.

Destiel One Shots (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora