A mi futuro yo

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Escribo esta carta para mi en 10 años, tal vez no vuelva a leerla en ese tiempo pero hasta que eso pase quisiera poder decirme que a pesar de las caidas y tropiezos espero haber conseguido todo lo que me haya propuesto hasta ese momento que prometo esforzarme cada día para superar mis obstáculos, que ojalá tenga muy buenos amigos, porque me he preocupado por ser uno, que tenga un hombro en quien llorar que pueda ver pequeñas caritas llenas de sonrisas, que pueda sentir la calidez de mi familia y si  esta lejos con solo cerrar los ojos recordarla, que no haya cambiado mi forma de pensar en que aún se puede cambiar al mundo, que existen personas buenas en quienes se pueda confiar, que aún siga escribiendo, que sea mucho mejor consejera de lo que soy ahora, que ya sepa hablar más de dos idiomas porque ahora me cuesta muchisimo aprender solo uno, que tenga un lugar al que le llame hogar, y un sitio dentro en el que pueda escribir, espero tener un medio de transporte para mi, sea la jefa en mi trabajo, la mejor amiga de alguien, haber visitado varios países, conocido a mucha gente, quisiera que todo eso pase porque aún me molesta tener que levantarme todas las mañanas a las 5:40, y llegar antes que los de la limpieza, espero que mis desayunos no sean el almuerzo y mi almuerzo la cena como lo es ahora, que sea más organizada porque ahora sigo haciendo el intento, cuesta mucho llegar tarde a casa y tener tantas cosas que hacer, pero hay que hacerlo y espero que en 10 años eso haya servido mucho, me alegraría saber que hago ejercicio y mi alimentación es saludable, que la crema para la cicatriz haya funcionado, también espero no haber aumentado de talla, y que pueda usar zapatos altos sin quejarme, quiero pensar que aquel dia llegará y no seguiré siendo la misma, que sea mejor y poder decir que valio la pena cada esfuerzo que hice, cada noche sin dormir, comidas rápida a las 11pm, sobrevivir a los trabajos en grupo, a las malas caras de algunos, a los malos entendidos, sonrisas falsas, a las tardes en las que las siestas se tornaban eternas, a las mañanas lentas, al sol intenso de esta ciudad, y a los largos días sin ver a mi familia, sé que llegará el día en que diré "y parece que fue ayer cuando escribí todo esto".

Pequeñas acciones grandes cambiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora