Pequeñas acciones grandes cambios

Envoltura

Cuantos hemos juzgado a un libro por su portada? O a un chocolate por su envoltura?. En la actualidad las personas vivimos en un mundo donde todo debe ser rápido y listo en poco tiempo, tanto así que nos acostumbramos que todo en nuestra vida funcione a ese ritmo, si pensamos bien, eso lo hemos hecho durante años, se nos hace más fácil, valga la redundancia, los abre fácil, el fideo "rapidito" la comida chatarra, calentar en microondas, y vamos así por la vida, buscando cosas superficiales, ya nadie busca la esencia de las cosas, ahora no tenemos tiempo ni para ver ni oler lo que comemos, se nos va la vida y no entendemos el propósito del porqué de las cosas. Ya no se ama ni se busca lo secreto de alguien, ahora nadie se conoce. El día en que sepamos los gustos y disgustos de las personas que amamos, ese día habríamos aprendido a amar, significa que hemos dado nuestro tiempo, hemos escuchado lo suficiente, sin embargo, todo eso no garantiza que alguien nos haya escuchado, pero quédense con la satisfacción de haber aprendido a ver y buscar lo esencial, no caminen como si fueran esclavos de algo. Sonrían y caminen seguros de que las personas con quien se encuentren en este mundo tendrán la mejor parte de ustedes. Tal vez no sean las mejores palabras o las mejores recomendaciones, pero de algo estoy segura, trabajen como si fuera para alguien tan importante que pudiera recomendarlos, amén como si tuvieran una enfermeras terminal, sonrían como si mañana no tuvieran dientes, canten como si mañana no van a despertar, el que es feliz aún cuando no hay dinero en el banco o algo que comer en la cocina, ese ha conseguido el éxito, ese lo ha entendido todo. Un día alguien me enseño, a reír tanto hasta que duela el abdomen, a ver cada día como un regalo, a sonreír aunque todos tus órganos están muriendo, a hacer que cada minuto cuente, porque lo que vale es lo que damos, dependiendo de eso, esa es nuestra recompensa, hubiera querido escribir esto cuando aún estaba viva mi prima Lili, la que enseñó a más de uno como se debe vivir y cómo se debe morir.